El ruido del motor se pierde entre la niebla, o más bien llega a través de ella, aunque no estoy seguro de si se aleja o se acerca. En medio de tanta humedad los sonidos resultan extraños, confusos, como si no estuvieran seguros de cómo comportarse. Es un motor, al menos tengo esa certeza, tal vez sea el de un avión, o de alguna otra cosa igualmente grande. Está cerca, pero no se ve nada. Tal vez esté volando muy bajo, aunque con estas condiciones debería hacer lo contrario. Al menos es lo que yo haría, pero no soy el experto, solo soy el que escucha el ruido de ese motor como si estuviera persiguiéndolo.
La humedad, esas gotitas de agua en suspensión que no saben qué hacer, se adhieren a mi piel, a mi ropa, a todo mi ser. Siento húmedos lugares de mi cuerpo ocultos y bien protegidos. Por ahora no tengo frío, este llegará después, cuando el sudor se seque y tal vez no salga por completo el sol para levantar toda esta niebla. El motor continúa ahí, diría que a la misma distancia, yéndose o llegando, no se mueve y yo avanzo muy poco porque el resto de los sonidos quedan ocultos, y eso es lo más peligroso.
Nada de cuanto me rodea puedo tocar, estoy seguro de que alguien me lo dijo. Esa indicación se repite en mi cabeza como una mezcla entre advertencia y amenaza. Esas cosas con el aspecto de árboles pueden no serlo, la misma niebla puede no ser solo niebla, y, si es así, el motor que no dejo de escuchar también podría ser otra cosa. Ignoro qué podrían ser, pero sin dudas serán algo diferente a lo que simulan ser.
Quizá es posible que también yo tampoco sea lo que muestro ser. Pero ni siquiera eso sé lo que pueda significar. ¿Qué soy? Pensar en quién pueda ser es otra cuestión, primero tendría que definir qué soy, y hacerlo sin dejar de avanzar paso a paso entre la niebla, intentando percatarme de cualquier otro sonido que no sea el de ese motor, percatarme de cualquier otro movimiento que no sean los míos. Los reflejos se confunden, parpadeo más de la cuenta para liberar mis ojos de la humedad, pero las gotitas de niebla me ciegan.
El ruido del motor parece más cercano ahora, más insistente, como si el avión pasara directamente sobre mi cabeza o algo parecido. A mi alrededor todo se estremece, no como si vibrara, como si se rasgara. Un dolor lacerante me atraviesa, como si algo intentara salir del interior de mis entrañas, algo que al salir me destruirá, me matará en medio de esta niebla, de esta humedad, sin escuchar otra cosa que ese motor yéndose o llegando, de algo a punto de aplastarme.
El dolor hace que me tire al suelo húmedo. Entre el barro maloliente veo mis pies descalzos sabiendo que no puede ser así, que tendrían que estar cubiertos por las botas de mi uniforme.
Hace frío ahora, por fin siento frío.
El motor ruge en mis oídos. Quiero tapármelos con las manos porque algo caliente fluye a través de ellos. Mi cuerpo no reacciona, mis manos no se mueven, mis ojos no se abren, pero tampoco se cierran.
19 comentarios:
¿Cómo se siente el estar perdido en la vida sin siquiera saberlo?
Saludos,
J.
Si no lo sabe es que todavía no está perdido del todo
Hay ruidos que se convierten en verdugos. Salud-os.
Buen relato sientes el miedo del personaje. Te mando un besol m
Nos qujamos del calor, pero cuando llega el frío es cuando hay que preocuparse.
De calor no se muere nadie ( excepto juana de arco). La gente secmuere en presencia del frío. Dile al prota wuue toca preocuparse
Abrazooo
Angustioso relato, el ruido de un motor bien vale como símbolo de nuestro tiempo
Creo que eso es lo que ocurre cuando uno de pronto "aparece" en medio de esos escenarios en donde no hay mayor explicacion que la de la fatalidad: ¿quien nos pone alli? ¿sera un tipo de prueba o de aprendizaje? ¿o es simple maldad? ¿o quizas no responde a ningun proposito?
Supongo de todos los escenarios en donde uno puede aparecer esos de niebla en donde no sepuede ver claramente son de los mas angustiantes, la muerte es segura en pocas horas (o lineas)
Un ruido que puede llegar a ser ensordecedor. Pero también hay silencios que son peores que el ruido. Me encantó el post. Un abrazo y feliz semana
Escucho ruidos en mi casa. Nadie puede ser porque vivo solo. Se escucha arrastrar de muebles, voces que murmuran en un eco lejano y un frío que me cala hasta el alma. Siento tal miedo que es como si me llamara algo posesivo. Al final del túnel hay una luz que me sigue llamando y me pregunto si me estoy muriendo o estoy en otra dimensión. Las voces parecen gregorianas o de un coro de iglesia que no cesa en mi oído. Quiero huir, desaparecer, buscar esa sensación de tranquilidad cuando todo va bien y, despierto casi de un sobresalto. Me tranquilizo, pongo los pies en el suelo intento recomponerme y lo primero que se me ocurre es intentar dominarme.
Abro los ojos a la noche y todo es silencio en apariencia. Mi respiración es entrecortada y profunda pero tengo mi oído atento a cualquier variación...Han sido días muy duros, casi insoportables por la tensión del trabajo. Todo lo que me sucede es frío; sin sentimiento alguno donde la vida me ha golpeado de la forma mas cruel. Necesito un algo para no tener mas pesadillas; un todo para comenzar una nueva vida y entonces, una melodía venida de lejos, comienza a sonar en mi cabeza...
Me lleva a mis recuerdos mas íntimos cuando era joven. Nunca pude imaginar la maravilla donde mi corazón enlaza a la perfección hecha música. Viene de muy lejos, quizá fuera del pueblo pero mis ojos lloran y yo necesito estar allí...
Camino por mi pueblo orientándome en esa música y sintiéndola como si fuera una medicina espiritual. Mis pasos me llevan allá donde la música es mas cercana. "La maravilla está cercana", (me digo). El sentimiento de plenitud me embarga en los cinco sentidos y salgo del pueblo siguiendo esa luz. Camino y camino y ahora la melodía suena en mi cabeza de forma incesante y estruendosa hasta hacerme daño; caigo desmayado...
Despierto de nuevo en mi cama. ¿ Alguien me llevó allí o fue un sueño?. El reloj marca las 12 de la noche. Cierro los ojos y mi pesadilla se repite durante un año entero sin cesar, cada noche de cada día, el tormento me espera.
Doctor: Durante el día todo va bien pero la noche me espera en esta pesadilla que es tan real como las llagas que tengo en mis piés y cada noche, una melodía nueva me llama como el canto de una Sirena...
Hay ruidos horribles. Que se meten en la cabeza y no salen. Muy buen relato.
Un saludo.
Ruidos externos son pasajeros, pero los internos se hacen cadenas
Saludos💐
nos rodea el ruido, el ruido es nuestra vida, el día que dejes de escucharlo, empieza a preocuparte...
has creado un clima de suspenso, de terror anticipado,no sabemos qué pasa...como va evolucionando el relato, y el frío nos envuelve.
Estupendo.
Un abrazo
Tan inquietante como sonoro tu relato... Me encantó. Tiene tensión.
Abrazo!!
Lo cierto que el personaje es real, porque siente dolor.
Saludos.
Me quedo con la incógnita
¿Qué era él?
¿Quién era él?
¿El ruido?
¿Dónde ?
Me encantó
Abrazos
A veces la realidad es tan irreal que hay que vestirla de ruido, el ruido que permita sentir latidos... ¿Latidos? Una vez me perdí tanto que ya no escuchaba mis latidos... Pero de todo se vuelve, incluso de uno mismo...
Me gusto mucho tu post: sugestivo, metafísico; delirio, realidad... Bien escrito. Gracias.
Hasta pronto.
Inquietante, de un suspense que queda flotando en la niebla, esos ojos que se abren pero que no cierran del todo me llevó a pensar en los ultimos instantes ¿callaría al final el ruido?
Me ha gustado mucho
Un saludo
Una niebla espesa y el efecto Doppler, dos cosas que suelen desconcertar.
Suerte con la PC o lo que sea que necesite para volver a la vida.
Abrazos herr J, hasta la próxima!
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