El disco de vinilo giraba en la bandeja y la música, como se dice en estos casos repitiendo una vieja metáfora, flotaba en el aire, aunque la música no flota y de hacerlo el aire no podría sostenerla. El ritmo, la melodía, penetraban en mi cabeza con cada nuevo y conocido acorde. Una música cíclica, repetitiva, pero cada vez diferente, como si algo se sumara, como si algo se recuperara o perdiera, un compás, un detalle, cuestiones mínimas que uno esperaría volver a escuchar luego de tal acorde, de tal golpe de las cuerdas, de tal nota, pero esa vez, eso no estaba allí, y quién sabe si lo estaría la próxima. Mientras el disco no dejaba de girar, la música atrapaba mis oídos y el movimiento del vinilo atrapaba mi mirada obligándome a permanecer de pie junto a la bandeja, hundiéndome en mis pensamientos tan o más oscuros que ese círculo de vinilo que no dejaba de girar cual un abismo invitándome a no dejar de mirarlo.
Era incapaz de muchas cosas, esto ya lo sabía; deben de habérmelo dicho tantas veces que terminé aceptándolo como la verdad que sin dudas era y es. Incapaz de tanto y de tantas cosas que me es difícil reconocer si alguna vez fui capaz de algo, al menos lo suficientemente capaz como para sentir que lo que hacía lo hacía medianamente bien, solo eso, solo una vez, para variar. Pero la espera continúa y ahora mismo soy incapaz de dejar de mirar el disco.
Espero sin saber qué, cuándo, o por qué espero eso que probablemente nunca llegará, estando tan atascado en el camino que avanzar es tan imposible como retroceder. Así que, para quien no me conozca, puede parecer que esté esperando, pero en realidad estoy atascado y bloqueando cualquier opción, cualquier posibilidad, cualquier lugar al que pretendía llegar.
Todos los que saben adónde van, qué dirección seguir, qué acciones tomar para lograr lo que anhelan, todos ellos ¿cómo es que lo saben? ¿Cómo reconocen las direcciones, las acciones, las funciones necesarias? ¿Quién se lo enseñó o dónde lo aprendieron? Yo no tengo nada de eso, nunca lo tuve, o creo nunca haberlo tenido, aunque quizá sí lo tuve y lo perdí sin siquiera percatarme de eso, si es que había de lo que percatarme, que tampoco estoy seguro que lo hubiera. Solo sé que cuando hay que decidir no sé hacerlo; si estoy con alguien más, dejo que sea ese alguien más quien decida por ambos y yo solo acompaño lo que finalmente se hará; pero si estoy solo, no decido, nunca, nada. Abrumado frente a las opciones, frente a todas las posibilidades, frente a un muro tan amplio como alto, no me muevo.
Si el mundo fuera más pequeño, más fácil de ordenar, de definir, de aceptar, como una única habitación, por ejemplo esta misma habitación, y con una única cosa por hacer, como escuchar esta música, mirar este disco girar, concentrarse en esa única cosa y luego pensar en lo que se hará al finalizar el disco, seguramente poner otro, la experiencia de vivir, la vida en su compleja totalidad, se volvería más aceptable, más tolerable, algo al alcance de mi propia capacidad. Podría entonces hacer más cosas que solo sentirme abrumado por todo. Podría, no sé, vivir y ya. Pero no, el mundo no es tan simple, nada nunca lo es. Cada cosa a la que me acerco se hace más grande, más compleja, más inabarcable, más difícil.
―¿Qué te pasa? ―Sentí su mano bajar por mi espalda―. Se te terminó la música.
El disco continuaba girando sobre la bandeja, la púa ya no recorría sus surcos y yo no podía dejar de mirarlo girar, girar y girar.
Sin decir nada más, cambió el disco. Un ritmo diferente comenzó a sonar, otra melodía que ignoraba por qué caminos me conduciría. Por el rabillo del ojo vi que empezaba a bailar, a ella le gustaba bailar.
ergo, no es mía.
35 comentarios:
¿Qué canción, banda, disco los hace hundirse en sus pensamientos de manera similar?
Saludos,
J.
Yo, escucho una canción preferida, que me dice mucho y siento algo similar
La música me gusta, cualquier estilo, cualquier ritmo, si está muy bien interpretada, me gusta, me hace sentir
Abrazos
Ella solucionó un conflicto, el protagonista no tuvo que decidir que nuevo disco elegir. Ella lo hizo por él, para ponerse a bailar.
Y parece que al protagonista le gusta verla bailar.
Saludos.
La música nos transporta y nos abre nuevas puertas. Te mando un beso.
¡Aguante Enigma vieja!
Todo es música, incluso el tintineo del dinero cuando cae en la caja registradora...
Un extraordinario divague a partir de la hipnosis que le produjo al protagonista mirar fijamente como giraba el vinilo mientras escuchaba esa misteriosa melodía ...muy muy bueno!! ...A mí me abstraen y teletransportan casi todas las melodías q escucho...lo único q cambia es a donde me lleva cada una de ellas ;) Un abrazo !
A mí la música barroca me coloca en un estado de paz en el que me dejaría llevar por cualquiera
Por eso me pido para la próxima ser una roca no pansiquista.
Tu relato es como entrar en un estado casi catatónico, donde la música es el facilitador que te lleve a adentrarte en esos surcos de la mente.
Lo que escucho para entrar en ese estado, es la música de meditación , campanas tibetanas, o diferentes ondas.
Saludos!
Realmente no saben dónde van. Si fallan simulan sorprenderse.
Ella tampoco no decidió, cogió el primero que le vino a la mano.
Abrazoo
Tine algo de hipnótico tu relato... Fantástico!!
Este mismo personaje, según qué canción escuche, tiene para relatarnos tantos sentires distintos como temas tenga el álbum. Excepto si es de reguetón, claro. Va un abrazo, José.
Lo narrado, desde luego, no te lo ofrecen las descargas ni las plataformas musicales. La tecnología acabó con cualquier atisbo de romanticismo.
Creo que me salgo del tema, pero no he podido evitar pensar la de veces que hemos escuchado una melodía que no conocemos, hemos bailado con ella y alguien decide cuando ponerla sin consultarnos ;)
Es un texto dificil, mi abuelo alguna vez nos conto que oia musica de unos discos "laser", o CD-ROM... yo no le hacia mucho caso, ya que para mi la musica viene de Spotify..... no puedo imaginarme como eran los discos o cilindros de musica, pero se que existieron de alguna manera.
Pero este personaje de esta semana, (que puede ser el mismo de otros relatos) al menos tiene una pareja.... una nueva musica.... si me encanta esa idea.
Esperemos no sea una dama muy abusiva ....
Hola, José.
Cuando te leía me venía a la cabeza, la vida sigue, rueda, circula, como si se tratara de una metáfora, a veces es apacible, otras caótica, pero como el vaivén que contiene la música es capaz de transportarnos, de emocionarnos de mil maneras.
Un abrazo.
Tu relato me hizo recordar esas teorías de que hay varias clases de personas, entre una de ellas dicen que solo hay 3 tipos esenciales: 1. líderes, 2. seguidores y 3. opositores. El personaje, pues no es líder, más bien espera ser liderado, no es un opositor, ya que no quiere rebelarse ante el liderato de otros. Es un número dos innato, es bueno que existan porque sin ellos los líderes solo quedan en buenas intenciones, sin seguidores no pueden hacer realidad sus sueños. Tal vez el 98% de las personas están en esa clase: La Masa. Los que votan en las elecciones sabiendo que todo el dispositivo gubernamental no es más que una parodia.
Sin duda ella sabía lo que quería. Todo un camino de emociones. Profundo y hermoso texto. Un abrazo
La vida se completa de música, de emociones, de no saber qué rumbo tomar cuando se debe elegir lo que nos pasa, la vida no es tan complicada, solo hay que animarse a salir de ese bloqueo infernal, y regresar a la vida. Que está ahí para vivirla
Abrazo
La vida se completa de música, de emociones de no saber qué rumbo tomar cuando se debe elegir lo que nos pasa, la vida no es tan complicada, solo hay que animarse a salir de ese bloqueo infernal y regresar a la vida.
Abrazo
José:
también admiro a los que lo tienen todo claro y saben qué hacer en cada momento.
Salu2 ciertos.
Aquella canción nunca la comprendía. Su mensaje se repetía una y otra vez en mi memoria mas yo la perseguía en mis ratos libres. Un misterio flotaba en el ambiente. La melodía era bastante buena enlazando la palabra mas yo era inútil en comprenderla. Todo formaba parte de un secreto pero, qué secreto si las palabras las entendía y no eran extrañas en mi vocabulario pero el dichoso mensaje formaba parte de un jeroglífico. Era en grupo de moda, todo el mundo cantaba sus canciones; se sabían cada tema y lo hacían suyo como si lo estuvieran componiendo ahora...Mi complejo de inferioridad aumentaba. Una y otra vez escuchaba el misterioso tema portador de una o varias verdades pero mi mente se ofuscaba; buscaba los tres pies al gato y, me angustiaba de tal manera que me quedaba bloqueado mientras la gente en sus conciertos cantaban aquella canción y yo no sabía su mensaje. Los fantasmas me visitaban en mi pensar, los sueños hacían de las suyas en un puro surrealismo pero yo, no sabía nada de nada. Aquella canción golpeaba mis sentidos y la sensibilidad se convertía en una aguja que traspasaba mi alma...
Cuando aquel grupo presentaba su tercer disco, yo todavía iba por el primero y los temas musicales hacían cola para ser descifrados. "Algo me pasa" me decía para mis adentros; en esos adentros donde el fantasma del error hacía de las suyas para manejarme a su antojo._ " Una inquietud mas veloz que la luz" "recorriendo la ciudad" y decía también "Sortea los fantasmas". A esta edad temprana, cuando el mundo de un adolescente comienza a despertar, el mundo o parte de el se vuelve amargo y un día me revelé contra los fantasmas y en lugar de una "inquietud", cambié la palabra por "quietud". Comencé a jugar con la imaginación y las ideas; todo tenía una explicación sencilla y hallar la verdad de algo, se convertía en segundos: Me encontraba en mi sótano oscuro; anclado en el fondo de mi frontera y seguro de mi mismo...
Quien no haya experimentado en esta vida para conocer, anda un poco perdido.
Dedicado a Santiago Auserón.
Cantante de Radio Futura.
La música suele hacernos viajar sin boleto y por el aire de la imaginación, la canción que me remonta como un barrilete es: "Non ti scordar di me" cantada por Pavarotti.
mariarosa
Cualquier hilo musical me hace pensar, me hace divagar, me hace retrotraerme en el tiempo y volver al momento en que la oí por primera vez, sentir la revolución interna, tengo muchos recuerdos ligados a la música, incluso una lista...
Ante la pregunta, podría responder El lado oscuro de la luna, de Pink Floyd. Escuchar todo el disco.
Boa tarde de terça-feira, com muita paz e saúde meu querido amigo José. Lembro do pequeno disco de vinil e com uma música de cada lado.
La música tiene maravillosos estadios dónde el pensamiento se desarrolla, lo mismo que observar el cielo nocturno
Buena jornada 👍😊
Un relato fascinante, casi hipnótico, como el disco de vinilo que mencionas
Paz
Isaac
Parece gallego, con esa incapacidad para decidir. Es que a los gallegos nos cuesta mucho elegir cuando hay muchas opciones. Si no las hubiera, ¿sería más fácil? Probablemente. Más aburrido también.
Parece que a tu protagonista sólo le falta aprender una capacidad: la de elegir, aunque ya lo hace cuando opta por seguir lo que deciden los demás para no hacerlo él. Eso también es una elección.
Son pocas las canciones que no me hacen volar en mis pensamientos. No son pocas las veces que elijo una para escuchar su letra atentamente y necesito ponerla una y otra vez, porque al tercer verso ya me fui de ahí a cualquier otro lugar del pensamiento.
Un abrazo
El disco gira y gira, como gira y gira el mundo... La vida sigue al son de la música que escuchamos.
Un abrazo.
Como nos tocan, bailamos. Saludos (Bis)
Se siente la nostalgia por una música que, sólo el vinilo puede volvernos a hacer vivir. Un abrazo. Carlos
José tu Blogger se quedó en mi compu, y no lo puedo sacar fíjate que pasa, gracias.
Abrazo
Contestando a tu pregunta del primer comentario e hilando con la trama del relato, yo creo que algunas canciones de Led Zeppelin realmente flotan en el aire.
Salú y pesetas, herr
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