…por lo que también quiero que sepas que hice aquello que durante tanto tiempo me pediste, me sugeriste, me reclamaste hacer y yo siempre tenía un motivo para no hacerlo o dejarlo para después. Una razón más para tu decepción, lo sé. Es que siempre detesté que me dijeran lo que “tenía” que hacer, lo que “debía” hacer. No me gusta seguir órdenes ni cumplir mandados ―ni mandatos―. Es algo que tendría que haber cambiado. Lo veo ahora que ya es tarde, pero al menos lo veo. Por eso lo menciono, para que lo sepas junto con todo lo anterior.
Hice eso que me pediste tantas veces que ni siquiera recuerdo cuándo fue la primera vez. Cambié los muebles de lugar y sí, estabas en lo cierto, ahora parece que tengo más espacio que antes, espacio vacío, pero mío. Conseguí lo que me dijiste que quedaría muy bien en la sala, sí, ese sillón que viéramos una vez y del que me reí porque nunca tuve uno de esos y no sabría cómo utilizarlo si lo tuviera en la casa. Ahora estoy sentado en él, está muy bien construido, es sólido y cómodo, tenías razón.
Podría continuar enumerando otras cuestiones, cosas que al menos una vez señalaste; detalles y cambios, algunos mínimos, otros más importantes. Mi memoria es perfecta para eso, para indicarme el momento exacto en el que arruiné lo que quise que funcionara. Olvido muchas cosas, la mayoría de suma importancia, sin dudas, mas no olvido el dolor que soy capaz de provocar. Eso está siempre presente, no me abandona, me acompaña sin nunca separarse de mí, se parece a una larga sombra que en el crepúsculo se confunde con otras oscuridades cercanas y no duda en seguirme cuando pretendo continuar.
Intenté seguir adelante, aun fingiendo, que es en lo que me creía un experto, y me resultó imposible. Se sentía como si el impulso más íntimo de mi ser se hubiera detenido y yo con él. Detenido, atascado, encajado en un punto, en un instante, en ese último resquicio en el que pensé que podría salvar algo de todo cuanto fue. Lo creí posible por un breve momento, luego me abandonó la fuerza, la voluntad, el motivo. Y aquí me quedé. Hice las cosas que me pediste, sí, pero solo aquellas que podía hacer sin un esfuerzo real, que solo requerían muy poco tiempo y dinero, lo que requería que me implicara de forma más personal no, esas cosas quedan por hacer. Aunque creo que nunca las haré.
Ya es suficiente. Esta es la quinta versión de esta carta, la más extensa, la más cercana a lo que pretendía expresar sin que llegue a decir lo que quiero decir de la forma en que lo quiero decir, o escribir, que es lo mismo. Si tengo algo de suerte, cosa que dudo, algún día lograré decirlo, o escribirlo.
Aunque nunca te enteres, de seguro mañana vuelva a escribirte.
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21 comentarios:
Siempre hay cosas que quedan sin decirse o escribirse.
Saludos,
J.
Cuando es tarde, lo mismo da.
Ahora ya estará con otro, que ya habrá puesto ruedas en los muebles, para cambios repentinos y probaturas varias.
Si algún día llega a su poder la carta, no tengas duda de que será un día en que se hayan quedado sin papel de water.
Abrazooo
Una carta escrita con mucho cuidado, para no ser enviada.
Saludos, colega demiurgo.
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...Luego PornHub un rato.
Es triste cuando no sabemos que escribir y mas a quien amamos. Me gusto tu historia.
¿Y esta es la quinta versión? Chuta, tanto que decir, revelar y ocultar estratégicamente, muchas veces escribiendo esto con fluidez en estado de gracia, pero se atasca todo cuando entra el miedo a expresarte mal y uno peor: a que te entienda peor. Va un abrazo, José.
Cuanto más importante, profundo, más real, sincero... sea el mensaje, más insuficiente se hace el lenguaje.
SAludos.
Una carta nunca leída es un grito eterno en el espacio.
he escrito cartas similares (o mejor aun comentarios en blogs/foros en donde se dan discusiones acaloradas) y luego de un rato cierro la pagina y no lo envio.... todo por mantener un aire de 'correccion politica' y aparentar que uno es cuerdo.
Una carta tardía
Sin embargo sirve para vos
O quizás no sirva de nada
Tal vez para descargar un peso por lo que nunca hiciste
Abrazo
Yo no habría hecho ni una. Quizas pronto sí, pero tarde... ni una. Es más haría lo contrario de lo que hubiera dicho. Sólo te digo que si me hubiera dicho que no me cortará la mano... Bueno, algo igual sí wue lo haría.
Y El final me mata; si tan culpable se siente y tanto tiene que corregir, para hacer penitencia, al menos que escriba con máquina de escribir.
Abrazote
Es la historia de tantas veces no?
Me ha encantado poder leer lo que muchas veces me sucedió.
Un saludo.
Cuantas veces rehacemos o intentamos darle nuevos aires a lo que ya no tiene novedad , será acaso, esa tonta idea de la esperanza que se nos anida desde eones
Buena semana 👍
Suele suceder. Porque no logro decirlo es que trato de escribirlo...
Abrazo!!
Es muy bueno hacer aquello que nunca hicimos.
Abrazo
Las palabras parecen servir de bien poco en ciertos momentos, nunca vienen en nuestra ayuda... a veces los silencios ayudan, pero lo cierto es que, en el fondo, no podemos hacer nada por explicar lo que llevamos dentro.
Por esta vez ¡nos salvó el guardado automático!... e ir a revisar el Historial.
Abrazos, herr J.
Que andes bien
Tal vez el destinatario no se entere nunca de esas palabras, aunque a mí me sirve mucho este ejercicio de escribir y resetear, limpia el alma de ese mal sabor, ese mal ánimo que te hace dormir fatal.
Si quiere o está interesada, puede llamar o mandar mensaje, que las relaciones son fifty fifty.
Me encanto el relato-carta...que difícil decir a veces aquello que nos pasa y enviarlo, a veces solo queda en ese instante de inspiración y luego borramos y seguimos...y hacer aquello que nos dijeron pero cuando ya es tarde también suele aplicar en la práctica jaja Bello y cargado de emociones, muy bueno y enigmático... Besos por ahí!!!
Yo creo que debería ser la última, aunque tal vez las guarda y las reescribe. Abrazos
Uno no termina de decir lo que quiere y hacerlo. Un abrazo. Carlos
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