domingo, 27 de agosto de 2023

La Torre

Llevo ya treinta y siete años de investigación sobre la Torre. Sí, esa torre, la que ven allí, en el centro del pueblo. Esa construcción que resulta tan alta en comparación al resto de las casas, y tan extraña ya que no responde a ningún otro estilo de construcción de la región. Esa torre, erguida en una perfecta línea recta con ladrillo y mortero, sin abertura alguna más que una pequeña saetera en lo más alto, antes de los tirantes de madera que sostienen el cónico techo de pizarra gris. De esa torre hablo, la única, incomparable, innegable.
    Treinta y siete años investigando lo que pudiera saberse sobre ella y, sin embargo, es poco lo que he logrado descubrir. La Torre no tiene nombre ni otra denominación diferente al de “Torre” entre las gentes del pueblo, ni en ninguno de los registros de nuestro pueblo, en los de los pueblos vecinos o en los de la Dirección de Catastro General de la región, porque no aparece en ellos. Ninguna mención, ningún comentario, todo es silencio. No hay forma de saber quién o quiénes la levantaron ni cuál fue el motivo de su construcción. Aunque, debido a la altura de la única saetera, imagino que desde ella sería posible divisar cualquier cosa que se acercara desde esa única dirección, el suroeste. Pero no hay nada por allí. Al menos ya no queda nada. El bosque que antaño ocupaba esas tierras fue retrocediendo poco a poco, los animales salvajes han emigrado y los campos de cultivos no dejan de extenderse. Además de que la frontera está tan lejos que una invasión desde esa dirección resulta improbable. El que la Torre carezca de puertas o algún mecanismo externo para subir o bajar de ella, pone en dudas que se tratara de un punto de vigilancia.
    Los ladrillos de su base están cubiertos de hiedra y humedad, como si se tratara de una construcción centenaria, como las que pueden verse en la capital. Pero de todos esos edificios hay registros sobre los motivos e intereses que empujaron su construcción, incluso es posible saber los nombres de quienes colocaron cada roca, cada ladrillo, cada cucharada de mortero. De la Torre, como ya he dicho, nada de esto se sabe.
    Desconocer estos detalles no tendría que ser un problema, porque a lo largo y lo ancho de nuestra tierra hay construcciones y fortificaciones de antaño, de los tiempos de guerra, de cuando la paz no era posible, construcciones secretas porque ese secreto era la mejor de las armas. Esto no lo pongo en dudas, sé que ha sido así, pero incluso de esas construcciones hay registros, mínimos, pero registros al fin. En cambio, la Torre ni tan siquiera es mencionada en los boletines militares privados. Esto estaría muy bien si se tratara de un refugio, de un lugar en el que nuestro pueblo pudiera protegerse de sus enemigos, pero la Torre no tiene puertas, no tiene ventanas más allá de la diminuta saetera, no hay forma de ingresar en ella y carece de provisión de agua. Incluso si se tratara de una prisión, como otros han propuesto, sería el lugar más atroz al que no desearía que arrojaran ni siquiera a los más traidores de entre los traidores, porque incluso para ellos debe de existir algo semejante a la clemencia.
    Mi investigación, que ya no puede durar más y que sin dudas acabará en fracaso, no comenzó por un interés malsano por la Torre, como han llegado a creer algunos, sino porque en mi recuerdo tengo la certeza de que ella no estuvo siempre allí, en el centro del pueblo. Conservo imágenes en mi memoria en las que me veo atravesar el centro de la plaza, la misma en la que se levantaba el mercado de primavera, en la que se hacían bailes y otros festejos que se han perdido desde la aparición de la Torre. Con todo su aspecto anticuado e impenetrable, la Torre apareció de un día para el otro, durante una única noche a decir verdad, y lo cambió todo.
    Incluso los recuerdos de quienes vivimos en el pueblo han cambiado para incluir a la Torre allí donde antes no estaba, volviéndola parte de nuestra historia, cuando sé que no es así. Sé que no es parte de nuestro pasado porque no estuvo allí cuando nací, no estuvo allí cuando crecí y di mis primeros pasos bajo su sombra, ni cuando mis padres se casaron junto a ella, en aquella crecida que hizo que el río se saliera de su cauce y tuvimos que refugiamos a su alrededor por ser el punto más alto del pueblo, no estuvo allí cuando aquel rayo cayó e incendió nuestras casas siendo la Torre lo único que se mantuvo en pie. No estuvo allí, lo tengo bien claro.
    Temo que cuando todos los recuerdos anteriores a la Torre se borren o se transformen incluyéndola, cuando quienes hemos conocido un mundo anterior a su aparición nos hayamos ido, nadie dudará de que haya estado aquí desde siempre. Me investigación es, pues, una prueba de ello, de que la Torre es la construcción más antigua, más noble, más sólida y la que mejor representa a nuestro pueblo. Tengo también la certeza de que mientras ella se mantenga en pie no deberemos temer ningún mal.

(Sí, está al revés, es adrede)

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En la Revista Digital El Narratorio N° 90 se ha publicado el relato Arañas.

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26 comentarios:

José A. García dijo...

Quizá siempre haya estado allí, aunque no siempre la hayamos visto...

Saludos,
J.

Tot Barcelona dijo...

No se, pero esta está cabeza abajo !!!

lunaroja dijo...

Yo pienso como vos...quizás siempre estuvo allí pero a fuerza de costumbre, era invisible para todos.
Un saludo.

Gabiliante dijo...

Pues voy a comentar rapido, porque sin duda, olvidare este texto en breve, de manera que no haya duda alguna de la preexistencia de la torre. Y seguro que este texto y tus dudad tambien desapareceran en breve.
Puedo aportar a tu investigacion que una torre con tal poder debe ser giratoria y orientarse a derecha o izquierda segun convenga.
Ahora mismo me asaltan dudas sobre lo que has estado hsciendo los ultimos 37 años.
abrazooo

Guillermo Castillo dijo...

La humanidad cesa de lanzar piedras tan pronto les puede levantar un monumento.
Saludos.

Tatiana Aguilera dijo...

"la torre apareció de un día para otro, durante una única noche.." Existen personas, cosas y acontecimientos que de repente aparecen y, se hacen tan imprescindibles que es como si siempre hubiesen estado.

Abrazos José

J.P. Alexander dijo...

Genial relato. El final me encanto. Te mando un beso.

Erik dijo...

Me gustan las torres como me gustan los faros. Casi siempre tienen un tufillo enigmático, aún cuando se pueda acceder a ellos.

Salud

Cabrónidas dijo...

Y un dato importante: no está torcida.

Joaquín Rodríguez dijo...

creas una atmósfera de terror gótico, con esa torre que se yergue a lo alto con los cimientos presuntamente muy hondos, de la que no hay noticias pero que afecta a la percepción de la memoria. Es muy de Lovecraft. ¿no habrá un héroe bárbaro que la escale buscando robar las joyas que el constructor esconde en su interior, quizá un hechicero poderoso?

Jose Casagrande dijo...

Es un relato muy bello, en la que la torre puede ser algo en nuestras vidas que "aparecio" sin mas explicacion y se quedo alli. para siempre.

Una herida o conocer una persona, pueden ser ejemplos de torres misteriosas.

ahora bien, si no es un simbolo, sino que en verdad hay una torre de "carne y hueso".... alli construida en el pueblo, diria yo que es un misterio insoluble.

Tendriamos que decir que fueron los dioses los que la trajeron

Fackel dijo...

Extraordinaria, tensa e intrigante descripción de la Torre. ¿Por qué me recordaba "El desierto de los tártaros", de Dino Buzzati? Envolvente texto.

Sor Austringiliana dijo...

Me pongo a pensar qué podría ser la misteriosa torre.
Saludos.

Luiz Gomes dijo...

Boa tarde José. Obrigado pelo carinho e felicitações pelo aniversário de 4 anos do Blogger viagenspelobrasilerio.blogspot.com
grato pela visita e comentário. Luiz Gomes.
Saudações cariocas e brasileiras.

carlos perrotti dijo...

Tal vez La Torre sea totémica, una representación de tantos fenómenos-mitos que desde el fondo de los siglos nos han sido impuestos...

Abrazo!!

Beauséant dijo...

Yo estuve un año en un trabajo, enfermé durante una semana y nadie se dio cuenta de mi ausencia... Quizás a la torre le ha pasado algo parecido.. Cuando sea necesaria todo el mundo se acordará de ella.

Manuel dijo...

¡Felicidades!, José, porque de esta misteriosa y ficticia torre, has elaborado un excelente artículo, narrado al estilo de Gabriel García Márquez, donde la torre al final es lo de menos, y lo importante son los moradores de ese pueblo, sus costumbres y tradiciones, y que esos recuerdos nunca se olviden.
Un Abrazo.

José A. García dijo...

José: Quizá nunca haya estado allí, aunque…

Tot Barcelona: Tal vez todos estamos cabeza abajo.

Luna Roja: Nos hemos acostumbrado a cosas peores, así que…

Gabilante: Todos los relatos breves se olvidan rápidamente, esa parece ser una de sus múltiples particularidades.

Guillermo Castillo: Y adorarlas antes de que caigan sobre sus cabezas.

Tatiana Aguilera: Así como también existen otros objetos y personas que desearíamos que desaparecieran con la misma celeridad.

J. P. Alexander: Gracias por el comentario y la visita.

Julio David: También puede venerarla temiéndole.

Erik: El enigma muchas veces somos nosotros mismos, aunque demoramos en percatarnos de ello.

Cabrónidas: No lo está, no.

Joaquín Rodríguez: Gracias por la comparación con Lovecraft, no lo tuve en cuenta al momento de escribirlo, pero bien podría ser una referencia.

José Casagrande: Gracias por el análisis simbólico del relato. Es cierto, bien podría estar hablando de una persona que un día apareció y todo lo cambió.

Feckel: Tendré que releer el texto de Buzzati. Gracias por la referencia.

Sor Austringiliana: O quién…

Luiz: Gracias por la visita y el comentario.

Carlos Perrotti: Podría serlo, nada se lo impediría.

Beauséant: Ese tipo de cosas suelen suceder en muchos lugares de trabajo, me ha pasado algo similar.

Manuel: Gracias por la visita, el comentario y la referencia a Márquez.

Gracias a tod@s por sus vistas y comentarios.

Nos leemos,
J.

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Una torre inmemorial, como u arcano, mirando el pasado y el futuro y solo estando allí...

Paz

Isaac

Carlos augusto pereyra martinez dijo...

Creo que es un espejismo. Un abrazo. Carlos

Alfred dijo...

La torre estaba, pero no siempre hubo voluntad de verla.

Saludos.

Maia dijo...

Tomemos la torre como hoja en blanco, lista para cualquier historia, por más fantástica o inverosímil que parezca.

gla. dijo...

Yo creo que como lo dices...siempre estuvo allí, aún cuando nadie la veía
Abrazos

lunaroja dijo...

Interesantísimo volver a releerlo...
Un abrazo.

BEATRIZ dijo...

Sugerenta aparición, quizá viene desde la invisibilidad como dices.

Saludos en septiembre.

Frodo dijo...

Si Poe pudo escribir sobre una carta buscada que todo el mundo veía en la mesa pero no la relacionaba... por qué no.
Me guardo la imagen, usted ya sabe para qué. Me gusta así, dada vuelta.
En este último viaje a Vuelta de Obligado del que le comenté, el predio tenía un Mangrullo (así se llama el complejo) para ver el Paraná. A los 5 minutos de haber llegado tuve que subir, no me aguantaba.

Abrazos, herr J