sábado, 5 de agosto de 2023

Aullido

Sonaba como un lobo, pero no lo era. Tampoco era un coyote o un perro salvaje: era un simple perro aullando. Y ni siquiera le aullaba a la Luna, porque esta se mantenía oculta tras las densas nubes. Un perro doméstico, una mascota tal vez, aullándole a la nada recuperando su instinto ancestral que cualquiera creería olvidado y perdido para siempre.
    El aullido se repitió una vez más, un poco más lastimero que antes, con mayor carga de angustia si algo semejante es posible para un perro y no son las personas quienes pretendemos ver algo semejante en las acciones de un animal.
    Mirando las nubes bajas, el cielo que parecía una pesada bóveda cerrada sobre la ciudad, sintiendo el aire frío en las mejillas y en los ojos húmedos, recordando las palabras que pronunciaran los mismos labios que nunca podía dejar de besar, palabras que sonaban como definitivas, como los golpes finales de los últimos clavos cerrando mi futuro ataúd, me supe acompañado por aquel anónimo perro que aullaba en medio de la noche.
    Tan cercano me sabía con ese perro que pensé en aullar yo también, no como respuesta, sino como un pedido desesperado para que la Luna se mostrara en aquel desolado cielo nocturno. Lo pensé, no lo hice. No aullé. Como antes me obligara a no llorar. Como antes me obligara a no luchar. Como antes me obligara a aceptar el ya no saber nada de ti.
    Pensé, también, que era una suerte que el balcón tuviera esa protección para evitar la caída de los niños de la que tanto me había reído cuando me mudara. Una suerte, sí.

25 comentarios:

José A. García dijo...

Siempre podemos encontrarle un sentido a ciertas cosas que no sabemos para qué están allí...

Saludos,
J.

lanochedemedianoche dijo...

Por supuesto que todo es interesante si podemos sentir, y ver.
Abrazo

Cabrónidas dijo...

Y claro está que lo que no tiene sentido para uno, lo tiene para otro.

Etienne dijo...

La vida misma, la cotidianeidad y sus personajes nos dan oportunidades para identificarnos, para sentir que las cosas fueron puestas para que nos aferremos a ellas, casualidad, similitud, identificación.
Otras, aparentemente inútiles, pueden desviar el derrotero de ciertas acciones ineficaces en momentos de cúlmine aflicción.
Palabras definitivas, ah si, las conozco. Las usé para enfriar mi bebida la otra noche...

Jose Casagrande dijo...

Es que ese es el problema de enamorarse (y perder el ser amado) y es que como que de repente TODO comienza a tener sentido, cosas "normales" bajo la optica de haber perdido al ser amado, hace que la realidad se vea diferente o con otros significados. Hasta las canciones suenan diferente y lo impactan a uno con mas fuerza.

Cipriano Algor dijo...

Tomaré este como mi sábado de aullidos

Guillermo Castillo dijo...

La imaginación y la fantasía, a veces, se oponen al sentido común. Un saludo desde Colombia.

J.P. Alexander dijo...

Genial relato. a veces solo nos queda controlar nuestros impulsos. Te mando un beso.

Gabiliante dijo...

Bueno, además de la protección del balcón, también participaron la obligación de no luchar, el desánimo y la flojera. Todos tuvieron su pequeño papel en este momento de supervivencia.
Con lo tranquilo que estaba uno, ahora ¿ otra vez a buscar?
Aullidoooo( amistoso)

Alfred dijo...

Al menos así se libra del gran salto final.

Saludos.

Sergio Munari dijo...

Me ha gustado mucho tu relato. Juegas con el lector, oscilando sobre la naturaleza del aullido que tiene un tañido especial, inefable, parecido al de un perro. Es cuando esperaba un giro fantástico, pero se produce un viraje hacia la fronda más íntima y personal del narrador. Quizá los detalles, más que una técnica narrativa, nos desvelen retazos de vivencias del autor. Enhorabuena J. Espero que tu personaje haya superado el desamor. Recuerdo en mi etapa adolescente. Un profesor sevillano, que viajaba a su ciudad natal, para doctorarse en filología hispánica. Su barba hirsuta de bucanero y que masculló en una de esas estancias en su tierra,que había enterrado a un familiar. La vida son cada vez más ausencias, amor y desamor. No soledad, sino ausencias y pertenencia a otro mundo que se había ido con los otros. Me pareció tétrico entonces, pero al cabo del tiempo, que parten amores y seres amados, comprendí una parte de su sentimiento. Un saludo,J. Como siempre, hay que estar despierto leyéndote, porque nos sorprendes continuamente.

Tatiana Aguilera dijo...

Cuando perdemos a una persona importante, nos cuesta admitir la derrota y, de a poco vamos aceptando. En ese camino todo lo que acontece a nuestro alrededor tiene sentido, incluso, que un balcón tenga protección. Situación que estando en pareja no había sido dimensionada.

Abrazos José

Mista Vilteka dijo...

Me hacés recordar a una frase que conozco de mi mamá cuando alguien se quiere quejar de algo contra un sistema imposible, demasiado complejo, demeasiado poderoso, porque, dice ella, "es como un perro que le ladra a la luna".

Beauséant dijo...

Cuando un perro aúlla en la noche a algo que no existe, otros cientos de perros convierten eso en una realidad... Pero aúlla, nunca dejes de hacerlo, saca lo que lleves dentro, nada nos devolverá lo que hemos perdido, pero el grito será nuestra última, y quizás única, rebelión.

carlos perrotti dijo...

Ni una letra de mas. Me remató ese final... Final?

Abrazo... Perdona, no sé qué pasa con los acentos.

lunaroja dijo...

Es cierto,a veces dan ganas de aullar, puede que de gozo,de dolor,de rabia o de liberación.
Estupendísimo relato!
Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo pienso es que lo que aúllan los perros es la muerte del ser que los acompaña o simplemente su dueño.
También por qué estén en un momento de melancolía y tristeza.
Y lo del protagonista creo que le salvó el balcón ya que podría ser la llamada del hombre lobo o su trasformación.
Te doy las gracias por tu visita a mi blog.
Saludos de flor 🌸
Ten por seguro que volveré a leerte ya que es curioso 🦝 este blog.

gla. dijo...

Yo creo que es mejor aullar, aún a la fría luna
Abrazos

Anónimo dijo...

Aullido como grito de desolación y de encuentro, como un solemne ritual de anhelo animal... que no pudo ser por la envoltura de la razón... y su tortuoso sinsentido del vivir...

Saludos

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Este escrito, muy de tu estilo, tiene un toque oscuro que no pude terminar de descifrar, ni aún con la pista que dejas en tu comentario

Paz

Isaac

Egle Nazar dijo...

El aullido de un perro es sinónimo de malos augurios muchas veces... es difícil interpretar pero me da escalofríos cada vez que escucho a un perro aullando...

Saludos José

Frodo dijo...

Como esos silbatos, o como la radiación infrarroja que se nos escapa, ese perro estaba sintiendo algo que quizás el personaje todavía no.

Abrazos, querido herr J

Carlos augusto pereyra martinez dijo...

El aullido nos dice que si somos ý estamos vivos. Un abrazo. Carlos

Maite-volarela dijo...

Excelente narración, sintetiza todo un mundo, un carácter también, a partir de un aullidoe desenvuelven un pasado, un presente, y un futuro (abortado gracias a Dios).
Muy bueno, éste y otro relatos que te he leído.
Encantada de visitar tu espacio.
Un abrazo :)

José A. García dijo...

José: Incluso podemos interpretarlos y vivir nuestra vida en base a ellos…

La Noche de Medianoche: Si lo podemos vivir.

Cabrónidas: Y también a la inversa.

Etienne: No podría haberlo expresado y analizado de manera más adecuada y con palabras tan precisas. Gracias.

José Casagrande: Los significados dependen del momento en que se los signifique, claramente.

Cipriano Algor: Tómelo.

Guillermo Castillo: Y otras veces se complementan.

J. P. Alexander: O dejar que ellos nos controlen a nosotros.

Gabiliante: ¿Cuenta como búsqueda cuando no se sabe lo que se está buscando?

Alfred: Al menos eso, sí.

Sergio Munari: Gracias por el comentario y el análisis. Es cierto, la vida se vuelve poco a poco una sumatoria de desamores, amores frustrados, ampres perdidos y ausentes.

Tatiana Aguilera: Exacto, cambia el sentido de las todas las cosas.

Mista Vilteka: Pero el perro no sabe, o creemos que no sabe, lo que hace…

Beauséant: Hay que sacar el instinto de las profundidades de nuestra civilización.

Carlos Perrotti: Gracias. Blogger algunas días tiene problemas con los tildes, no sé por qué.

Luna Roja: Aullar o gritar hasta desgarrarnos las garganta y tener un dolor más por el cual llorar.

Anónimo/Flor: Gracias por la visita, el comentario y el análisis. Seguro seguimos leyéndonos.

Gla: Aullemos, pues.

Julio David: Siempre hay un antes y un después de un aullido semejante.

Anónimo: Algún motivo debe de haber tenido, la cuestión es saber si el mismo es comprendido o no.

Sólo el Amor es real: Ese toque oscuro es lo que más interesa en este caso. Gracias por señalarlo.

Egle Nazarena: Tal vez más que interpretarlo sea necesario aceptarlo…

Frodo: Algo que pronto sentirían todos, sin dudas.

Carlos Augusto: Estamos vivos, tal vez solo de momento.

Volarela: Gracias por la visita y el comentario. Siempre es mejor que algunos futuros no ocurran.

Gracias a tod@s por sus comentarios.
Nos leemos,
J.