Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Por alguna razón que sólo el dueño de blogger tal vez conozca, todos los textos y comentarios que publiqué desde el inicio de Proyecto Azúcar hasta principios del 2011 hoy figuran como si los hubiera realizado un Anónimo. Sepan pues, dos cosas, Uno: todos los textos publicados son de mi autoría. Dos: los mensajes firmados como J., son respuestas a los comentarios de quienes me leyeron. Los otros comentarios anónimos seguirán de esa manera. Gracias
Si no dice "esta foto es mía", es porque la saqué de la red. No son de mi autoría, ni de ningún conocido mío, no las utilizo con fines de lucro sino para ilustrar para el contenido de mis textos. Y si alguien se ofende o se molesta, problema de ese alguien.
Gracias.
José A. García
10 comentarios:
Para peor, seguro que era demasiado caro.
Saludos,
J.
Por lo menos no estaba demasiado caliente. De haberlo estado habría gritado Ay, de haberlo probado apurado. O de haberlo volcado sobre si mismo.
Saludos.
¿?
Cuando uno siente olor a café quemado, ya no hay vuelta atrás
El café quemado es causal de revolución.
No me gusta el café quemado, ese tipo es un santo.
José: Seguro que sí, para que la cafetería parezca más “pro”. Sea lo que sea lo que signifique ser más pro.
Demiurgo: Demasiado caliente o amargo, casi ácido, son las dos opciones.
Guillermo: Exacto.
Frodo: Algunas veces es demasiado tarde.
Etienne: Sin lugar a dudas.
María Rosa: O un derrotado.
Gracias por sus visitas y comentarios.
Nos leemos,
J.
Pasa. Hay sitios donde el que les queda, lo recalientan, sin importarles el cliente. Saludos.
Carlos
El café quemado sólo para el fin del mundo.
Carlos Augusto: Es cierto, pasa, muy seguido.
Mista Vilteka: Tal vez ya estemos allí.
Saludos,
J.
Publicar un comentario