Allí estaba él, como siempre a unos cuantos pasos de mí. Cinco, tal vez seis, no mucho más. Mirándonos de frente, de perfil, de espaldas, caminando uno detrás del otro, lo mismo da, él siempre está allí. Lo miro, no sé quién es pero lo miro, y entiendo que hay algo entre nosotros, algo que nos une, algo que me impulsa a acercarme a él. Doy un paso acercándome, y en ese mismo instante, él se aleja un paso. No entiendo por qué o cómo lo hace. Tal vez adivina mis movimientos, los percibe en mis gestos, tal vez llevamos tanto tiempo en esto que sabe cómo pienso, está tan dentro de mi cabeza que me conoce mejor de lo que yo lo hago. Me gustaría saber si hay una respuesta, aunque sea para una parte de todo esto. Aun sabiendo que nunca lo sabré, no puedo dejar de preguntármelo.
Doy otro paso, esta vez para alejarme, de espaldas, sin mirarlo. Escucho sus pasos, tienen el mismo sonido que los míos. Su respiración es lo único que hasta el momento resulta diferente, más agitada, confusa. En todo lo demás, en cada otro detalle de su persona y la mía, somos idénticos. A pesar de esto, sigo sin saber quién es él.
Recuerdo que lo descubrí entre la multitud una tarde de hace ya tanto tiempo que no podría decir cuál de ellas, incluso existe la posibilidad de que haya sido en algún amanecer y no en el crepúsculo. Me miraba como yo lo miraba a él, con intensidad, con desconcierto, con miedo, con fascinación. En mi recuerdo yo no lo buscaba, hoy no estoy tan seguro de que haya sido así. Tal vez, si bien no lo buscaba, lo esperaba. Esa tarde, ese amanecer, en ese momento, comenzó nuestra compleja y elaborada danza. Doy un paso hacia él, él se aleja un paso de mí. Doy un paso alejándome de él, él da un paso acercándose a mí. Levanto mi brazo solo para ver como él hace otro tanto. Camino, hablo con gente, subo al ómnibus, y él también lo hace. Sé que no es mi reflejo ni soy yo el suyo, nuestra relación es más compleja. Lo demostró cualquier otra tarde, o tal vez fuera durante cualquier otro amanecer, en el que la calle por la que avanzábamos se encontraba desierta y me detuve a mirar algo, un detalle en una fachada, un reflejo del sol en algún cristal, la danza de un árbol al viento, el polvo flotando en un haz de luz, cuando sentí un latigazo en mi rostro, un dolor tan inesperado como brutal e inentendible. Me llevé la mano a la cara, no había sangre, no había nada salvo dolor. Sin comprender, y como acto reflejo, lo miré buscando una respuesta. Él había avanzado un paso hacia mí y se preparaba a dar otro paso, su siguiente movimiento no había comenzado aún que volví a sentir el mismo sacudón, el mismo dolor del otro lado de mi rostro antes de que él diera su paso hacia mí.
No parecía enojado, sorprendido ni alguna otra emoción que pudiera descifrar en su rostro, aunque algo extraño se distinguía en él. Me miraba, y mientras le miraba supe que iba a dar otro paso. Retrocedí uno, dos, tres pasos para evitar el nuevo dolor en mi rostro. Creo que entonces sí pude entender en su expresión esa sonrisa de satisfacción.
Desde ese momento comenzó una competencia atroz en la que él lleva la ventaja. Tiene más experiencia en repetir mis gestos, mis movimientos, mis acciones, lleva más tiempo en esto y sé que nunca se equivoca ni se equivocará. Jamás recibirá como castigo un dolor similar al de un latigazo sobre su rostro. En cambio, yo deberé acostumbrarme a esto poco a poco, aunque nunca lo haré con el dolor, porque uno nunca se acostumbra al dolor. Comienzo a imitarlo con mayor precisión, cada vez más cerca de ser idéntico, él no deja de intentar sorprenderme, cosa que logra de vez en vez, pero es cierto que le cuesta cada vez más lograrlo.
Cuando doy un paso, él da otro. Cuándo es él quien lo da, me obliga a repetirlo quiera o no quiera hacerlo. La voluntad del más fuerte será la que se imponga. Nos queda averiguar cuál de las dos será. Por lo pronto, continúo presentando batalla.
19 comentarios:
Doppeltgänger, 'el que camina al lado', término utilizado por el novelista Jean Paul en 1796. De este término deriva el término más común de Doppelgänger, que en alemán definir el doble fantasmagórico o sosias o gemelo malvado de una persona viva.
Pongamos que hablo de algo similar a esto.
Saludos,
J.
Tremendo relato de nuestra sombra, de ese reflejo que muchas veces nos negamos a aceptar.
Saludos!
Yo creo que es nuestra conciencia. Siempre está y va dentro con y nuestra voluntad.
Ingenioso relato José.
Abrazos
Una sombra, un doble, que domina y se impone. Tremebundo.
Un abrazo.
Great article and good review. I followed your blog now. THx
Perdona, soy Alfred.
Al menos, la sombra no es como esa clase de personas que se acercan nariz con nariz para decirte algo. Aprieta pero no ahoga; eso está bien.
Yo no lo llamo, Doppeltgänger, simplemente lo llamo "espontáneo" y es que en ocasiones se me cuela en las fotos que yo hago.
Saludos.
excelente historia
da como para capitulo de la serie de TV "La Dimensión Desconocida"
saludos
¿Qué sería peor? ¿Un doble malvado o un doble que fuera la personificación de la conciencia, en versión intolerante de cada cosa que se haga?
Tu cuento deja con intriga. Lo que es un acierto.
Saludos.
Cierto. Todos tenemos un sosias. Un abrazo. Carlos
Pues te ha salido un relato inquietante, la verdad. Menos mal que no tengo " a mano" a uno de esto.
Buen relato!
Saludos
Buen relato me ha dado algo de miedo. Tiene ese toque oscuro que me gusta. Te mando un beso.
Siempre hay que presentar batalla aunque sea a nuestro propio yo. Un abrazo.
Creo que fue Peter Pan el que dejó olvidada su sombra y volvió para recuperarla.
Al personaje de tu historia no le importaría dejarla en cualquier trastero de la mente.
Saludos
Un relato que tiene ese encanto que le das tan especial, es lo mismo, o se parece cuando no sabemos bien si somos o no en cada encuentro con la realidad.
Abrazo
Hasta recién no sabía lo que significaba. Ahora no me lo olvido más.
A juzgar por lo que me dicen, debo ser un tipo con multi-doppeltgängers.
Abrazos
El entrenamiento del gemelo de tantos años en imitar casi simultáneamente al protagonista, va a resultar inútil, ya que el protagonista, en poco tiempo va a alcanzar la maestría del gemelo. Yo, en el puesto del gemelo me suicidaria.
Abrazo
José: Siempre haciéndote el intelectual vos…
Luna Roja: Gracias por el comentario. Sea lo que sea, no hay dudas de que nos persigue.
Tatiana Aguilera: Algo debe de ser, seguro.
Alfred: Algo que nos pisa los talones y marca el paso. Eso atroz.
Julio David: El bien y el mal es una cuestión de perspectiva, así que…
Vicky: Muchas gracias por pasar y comentar.
Cabrónidas: No es de esos que escupen al hablar tampoco.
Un Jubilado: Vamos a decir que tiene muchos nombres…
Carlos MxAx: Podría ser, pero sería uno muy corto, a menos que consigamos un buen guionista, al estilo Richard Matheson.
Demiurgo: ¿Lo peor sería descubrir que nosotros somos el doble?
Carlos Augusto: Algunos dejan mucho que desear…
Ginebra: Gracias por el comentario. Sí, menos mal.
J. P. Alexander: Gracias. Lograr la oscuridad necesaria no siempre es fácil..
Tinta en las Olas: Presentar batalla aunque sepamos que no triunfaremos…
Dr. Krapp: Haya sido Peter o no, debemos encontrar al responsable, y castigarlo como corresponde.
La noche de medianoche: La realidad puede alterarse muy fácilmente cuando no sabemos quiénes somos…
Frodo: Una vez que conocemos un término semejante hay que buscar dónde usarlo, cómo lograr meterlo en una conversación casual sin que parezca forzado. Ese sería un gran logro para el 2022.
Gabilante: ¿Suicidándose el gemela muere el original? ¿Qué pasará con el gemelo el día que el original muera?
Gracias a tod@s por sus comentarios.
Nos leemos,
J.
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