En la mayoría de los casos los pioneros nunca son recordados, lo son aún menos si fracasan o mueren en su intento. Son recordados aquellos que, luego de un tiempo, evitan cometer los mismos errores y lograr lo que se proponían estos pioneros. Habrá quienes digan que en realidad se está olvidando a quienes fueron los primeros en intentarlo, pero si estos ya están muertos nada pueden decir, y si no tienen cómo defenderse, tampoco.
Así, pues, aunque hubo pioneros, los primeros en ser recordados por sus logros fueron, como lo son siempre, los ricos. Los exageradamente ricos, esa categoría de personajes surgidos entre el final de la Segunda Guerra Civil europea y la cosmigración, con fortunas que alcanzarían para salvar a la humanidad de cualquier dificultad, molestia o enfermedad, pero sólo les interesaba solucionar sus problemas personales. Y eso en el caso de que no resultara demasiado costoso.
El hecho de ser desproporcionadamente ricos no los prevenía de leer como nueva literatura del siglo anterior. Y así fue como a principios del siglo XXI, aburridos luego del quinto o sexto año de pandemia, llevaron adelante lo que los personajes de la literatura de ciencia ficción de inicios del siglo XX hicieran antes de ellos. Imagino que habrán leído a Heinlein o Bradbury, tal vez algo de Asimov, que son los autores más fáciles de comprender; dudo que se arriesgaran con algo de mayor elaboración. Se pensaban como esos genios locos del romanticismo, creyéndose mejores que el resto, viviendo del resto y pensando que no necesitaban a ese mismo resto.
Construyeron sus atalayas de aluminio, plástico y silicio con forma de cohetes y se dieron a la exploración espacial autoproclamándose la vanguardia de la humanidad. Nadie creía que lo fueran y era muy divertido verlos en sus naves espaciales de juguetes actuando como héroes de películas o personajes de algún videojuego pasado de moda.
Dejó de ser divertido cuando lo lograron. Cuando establecieron sus colonias de explotación minera en la Luna, sus exclusivos complejos turísticos en Mercurio, los no tan exclusivos de Marte, las pistas de juegos de invierno en Europa ―la Luna de Júpiter, no el continente arrasado por el cambio climático―, las careras a través de los anillos de Saturno, la línea de cruceros a Plutón sin paradas intermedia, mientras seguían ganando cantidades, ahora sí, astronómicas, de dinero que ellos mismos diseñaban, imprimían, distribuían, gastaban y volvían a ganar.
Dejó de ser divertido cuando se dieron cuenta de que aún los genios más excéntricos, luego de lograr sus cometidos, necesitan alguien que limpie el desastre. ¿Quién trabaja en las Minas de Luna, quiénes atienden a los huéspedes en Mercurio, Marte, Europa, Saturno? ¿Quién mantienen girando y alumbrando el sol? ¿Quiénes conducen las naves interplanetarias? ¿Quiénes limpian todos esos baños? ¿Quiénes se exponen al verdadero peligro cuando algo falla? ¿Quién lo hace? Puedo asegurarles que no son ellos. Claro que no. Y como a la robótica le quedan años de desarrollo antes de lograr algo que en efecto pueda reemplazar a los seres humanos por su bajo costo, lo fácil de su reproducción, la nula necesidad de mantenimiento, el anhelo de conocer el espacio y arriesgar la propia integridad física en un trabajo mal remunerado, peor entendido y para nada reconocido tan sólo para sentirse parte de algo en lo que no se lo tiene en cuenta, ese, y solo ese, es nuestro lugar.
Antes nos reíamos de sus atuendos comprados de oferta, de sus ideas disparatadas que parecían que nunca iban a funcionar, de su desconcierto al encontrarse rodeados de personas, de su incapacidad para responder de manera directa una pregunta, la elección de los nombres de sus mascotas ―cuando no de la mascota en sí―, del desconocimiento sobre cualquier cuestión relacionada con la vida misma. Ya no podemos hacerlo o, de lo contrario, no nos tomarán en cuenta en sus próximas búsquedas de personal, no responderán nuestras plegarias y los correos electrónicos enviados serán marcados como correo basura.
Antes nos reíamos porque eran ellos quienes querían estar fuera de este mundo, ahora, que nosotros también queremos estarlo, no podemos hacer. Y tal vez nunca debimos haberlo hecho.
O tal vez sí.
Aclaración: Esta foto NO es mía.
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Inicio del Espacio Publicitario:
En el Número 2, del Cuarto año de la revista de ciencia ficción Teoría Ómicron (Ecuador), se ha publicado el cuento: En la tierra del sol muerto.
Pueden pasar a leerlo, junto con el resto de la revista, cuando gusten.
Fin del Espacio Publicitario.
15 comentarios:
Las cosas más interesantes siempre pasan cuando estamos distraídos.
Saludos,
J.
Y hemos estado distraídos mucho tiempo, es hora de espabilar. Saludos
"¡Poderoso Caballero es Don Dinero!", y Quevedo tenía arte; hoy sigue pasando, el vil metal se impone, qué angustia. ¡Buen domingo, Muchacho!
Hay muy buenas inquietudes en este relato, hay una pregunta a la quye le he dado vueltas y vueltas desde hace tiempo ¿Quiénes conducen las naves interplanetarias?
Cierto, la Tierra se supone segun la Ufologia (que no es una cosa que digamos confiable) es visitada por OVNIS.... pues bien ¿quien maneja esos aparatos de origen tan exotico?
Cierto es que los pilotos de aviones comerciales que van de pais en pais tienen oficios decentes y bien pagados, idem con los capitanes de navio que van de continente a continente.
Manejar aparatos grandes de transporte es un oficio bien remunerado (en la mayoria de paises). Usualmente pues estos pilotos de avion o de barcos son personajes que trabajan, si, y que a veces son elegantes pero finalmente no serian pues "filosofos" o "academicos". (habra excepciones como en todo)
Claro el capitan del barco no es como el capitan del avion, parece que el del avion tiene que estar atento y trabaja en una oficinita diminuta.... el del barco parece ser como una especie de Rey....
Entonces como se la cosa en un Ovni?
Si hay unos OVNIS chiquitos de maximo un par de tripulantes, pero se supone hay una nave nodriza de una talla quizas igul de gande a la ciudad de Nueva York, detras de la luna....
En fin que charlar con un piloto de una nave interplanetaria foranea, que se ha estrellado en el desierto.... no le hayo mucho sentido.....
volvamos a la pregunta
¿Quiénes conducen las naves interplanetarias?
Y respondes... alguien que no tiene el poder, no es ni politico, ni filosofo, ni aristocrata, ni rico.
Seria interesante charlar con un alienigena que sea considerado como culto en su planeta, pero si es un tipo que se la pasa viajando de estrella en estrella como James T Kirk, no nos va a decir mucho de que teologia tienen en su planeta, que filosofos desviaron el curso de la historia, si hay o no masones de grado 33 entre el gremio de pilotos de ovni....etc, etc....
Yo diria que manejar naves interplanetarias sera un oficio bien pagado en el futuro, pero el piloto de nava espacial a parte de manejarla, nos era una persona muy culta, salvo que conocera perfectamente en donde quedan los mejores prostibulos de cada puerto.
Los ricos, los verdaderamente ricos, necesitan recordar constantemente que lo son, por eso hacen pobres, para poder tener un espejo en el que mirarse y salir guapos...
Y ahí los tienes ahora, haciendo lo posible por escapar de este planeta, ellos y sus séquitos, antes de que todo se vaya a la mierda.
Vaya que se hablará sobre estos tiempos en el futuro lejano, se estudiarán y se preguntarán cómo es que tales conductas y eventos pudieron ser posibles.
Bueno otra salida es que los ricos puede hacer un genocido de talla mundial para "comabatir la pobreza".
Segun se dice la idea es solo dejar algunos millones de perosnas creo es la cifra del 500 millones maximo de seres humanos.
En que lado estamos?, somos ricos o muy pobres?
Una crítica muy audaz sobre el último experimento espacial de este reducido grupo de ricos.
A decir de Confucio, cuando en un país reina el caos, es una vergüenza ser rico y funcionario.
Saludos dejo.
Todo un cuento que ni a Bradbury se le hubiera ocurrido. Que buenas respuestas te dan tus lectores.
mariarosa
Cuando veo a los ricos viajar varios kilómetros al espacio en una nave pene gigante, justo en plena pandemia donde la plebe se muere o se mata, es ahí donde lo más oscuro de la ciencia ficción del siglo pasado se vuelve realidad.
No tengo dudas que más tarde o más temprano, tu relato se realizará. Espero no lleguemos a verlo, aunque lo de la Luna y Marte, ya está en proyecto de Power Point
Abrazos, diabólico J.
Los pioneros casi nunca triunfan, solo lo hacen aquellos que compran los derechos de propiedad intelectual o les suministran el crédito para conseguirla.
Tengo alguna historia futurista en mi blog sobre colonias espaciales por Saturno y demás fantasías.
Saludos
CReo que nos adelantan con los viajes al espacio de estos días, y las noticias sobre la explotación del lado oscuro de la luna, y la arquitectura mutilada de un Marte abandonado por alguna civilización interestelar, y su colonización si que ya se ha dado, un futuro que queremos o no. Al fin sólo es rentable, para los del poder económico. Un abrazo. Carlos.
José: Y no sólo eso, también le pasan a otros.
Tinta en las olas: La alarma lleva largo rato sonando, pero parece que nadie la escucha.
Juan: El más poderoso de todos. E invencible.
Juan Casagrande: Las expansiones siempre la llevan adelante los conquistadores, nunca los filósofos u otros pensadores. Por eso es conquista y no aprendizaje. El problema no es la cantidad de personas que seamos, si 500 o 5000 millones, el problema siempre es la calidad.
Beauséant: La cuestión es que si se van, no van a hacerlo solos.
Alexander: Por mi parte dudo que exista tal cosa como “tiempos lejanos” en el futuro de la humanidad. Pero bueno, no hay que perder las esperanzas, dicen.
Ginebra: Dudo que sea algo como audaz, es más bien una sátira y ya. Gracias.
Guillermo Castillo: Pero todos los funcionarios son ricos en nuestros países…
María Rosa: Siempre he dicho que lo más interesante de un blog son los comentarios de sus lectores. Y sí, lo son.
Frodo: El problema es que lo más oscuro de la ciencia ficción del siglo pasado era en verdad lo más luminoso en ese momento. Luego todo se invirtió.
Dr. Krapp: Cierto, los pioneros tienden a fracasar. Pasaré a leer lo sugerido.
Carlos Augusto: El problema siempre comienza cuando algo se vuelve rentable. Mientras no lo es funciona mucho mejor (pasó con la web, pasará con todo).
Gracias por sus comentarios.
Nos leemos,
J.
Mind blowing post
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