Corríamos, alejándonos de los viejos árboles
del profundo bosque, sin mirar atrás.
El sentir nuestras manos
entrelazadas, como cuando niños, me daba la fuerza necesaria para continuar
huyendo de la bestia que pretendiéramos cazar. La que ahora nos obliga a huir.
Resultaba raro no escuchar más tus quejas y lloriqueos, pero necesitábamos
todas nuestras fuerzas para correr.
Queríamos
venganza por lo que sucediera en el pueblo durante la luna nueva. Queríamos
expiar la sangre de nuestras familias, de nuestros amigos, de nuestros amores
muertos. Queríamos enfrentarla para demostrar nuestra valía y su error al
dejarnos vivir.
Éramos
jóvenes e inexpertos creyéndonos invencibles con esas armas de freno y sílex que
apenas sabíamos sostener del modo correcto. De haber pensado en que los cazadores
del pueblo, preparados y alertados de su presencia, nada habían podido en su
contra, habríamos desistido en nuestra búsqueda de su cubil. Habríamos
abandonado el pueblo en dirección al mar sin detenernos a descansar. Pero
hicimos todo lo contrario.
Apenas
encontrarnos cara a cara con la bestia supimos que había sido un exceso estúpido
exponer los cuerpos mutilados de sus cachorros en la plaza del pueblo creyendo
que lograríamos alejarla de nuestras tierras de caza. La bestia no estaba
asustada en lo más mínimo sino que estaba lo suficientemente furiosa como para
no detenerse ni siquiera a plena luz del día.
Corríamos,
alejándonos de los viejos árboles del profundo bosque, sin mirar atrás, en una
huída desesperada.
Sé que corres detrás de mí, te llevo
de la mano como cuando niños, pero tu brazo se siente tan extrañamente liviano mientras
pende hacia abajo, y no me atrevo, y no pienso, y no lo hará hasta salir del
bosque, mirar atrás.
26 comentarios:
Nunca se olvida cómo correr...
Saludos,
J.
Parece que la bestia tiene más capacidad para ser salvaje, letal.
Bien contado.
Me ha provocado un escalofrío ... Sin mirar atrás
Me encantó
Supongo que en algún momentos vas mirar
Abrazos
Me gustó mucho el relato, tiene mucha fuerza.
Besos.
Antes nos cansaremos nosotros de correr que la bestia. Así que debemos estar preparados.
Salut
Vaya bestia, me parece más bestial aun, que quieran huir de los viejos árboles del profundo bosque...es sugestivo.
Saludos y salud.
Excelente narración Jose, me ha gustado muchísimo, a pesar de no ser la narrativa habitual a la que nos tienes acostumbrados.
Tus relatos, tienen tu sello innegable.
Saludos.
Arrastramos nuestros y los ajenos.
Con peso vacío o con peso infinito.
La bestia tiene la ventaja porque ha sido cazadora de todos los tiempos, por eso corren, o sueñan correr? Un abrazo. Carlos
¡Qué última escena! Genial.
¿Cuánto pesa un brazo flameando?
Abrazos, diabólico J.
la libertad es correr es escapar hacia senderos nuevos
Dicen que correr es de cobardes... En realidad, a veces, es todo un acto de cobardía.
Aunque sea a tientas a través de un bosque, sorteando a penas los ostáculos...
Besos a la carrera
Suspense atrevido y furibundo. Por lo menos el narrador ha tenido la posibilidad de contarlo.
Saludos
Excelente relato de terror... del verdadero terror.
Y me gustan esos finales abiertos.
Un beso.
Yo tampoco habría mirado atrás. Habría aprovechado la liviandad de ese brazo para correr más rápido.
Siempre es mejor no provocar la ira de la bestia.
Un abrazo
Amigo, leerte es estar en vilo hasta el final, genial!!
Un abrazo, cuídate.
No culpo a la bestia. Quizás pastaba tranquilo y la fueron a molestar con sus cosas de humanos ególatras e "invencibles".
Va un abrazo.
Muy buen relato me gusto muchisimo.
Que final tan tenebroso.... no quisiera ver la cara de espanto cuando vea lo quedo del brazo de su amiga. Tiene un continuara??
Un beso Jose!!
está claro que no llegaron los dos a la ciudad...
que exceso de valentía! a mi no me hubiese pasado je, saludos
Un relato con mucha fuerza. Feliz día
Wwaaawww... que bueno...
Miedo y un final que no esperaba.
mariarosa
Estremecedor.
Demiurgo: Ya de por sí, una bestia no va a ser humana, ni a sentir compasión.
Mujer de Negro: Sin mirar. Gracias por tus palabras.
Gla: Siempre miramos atrás cuando ya no tiene importancia.
Amapola Azzul: Gracias por el comentario y por tomarte el tiempo de leerme.
Tot Barcelona: La bestia siempre gana, es como en el casino, la casa siempre gana.
Beatriz: El viejo bosque siempre es símbolo de protección.
Luna Roja: Era habitual hace unos años, tal vez sea momento de recuperarla… Gracias por comentar.
Mista Vilteka: Los arrastramos hasta el final.
Carlos Augusto: Correr, o soñar que se lo hace, es casi lo mismo, ¿o no?
Frodo: El peso depende de la velocidad y la masa al cuadrado por el doble de la distancia recorrida por el ángulo de la hipotenusa del rectángulo isósceles. Creo.
Recomenzar: Exacto. Al menos así debería de ser.
A do outro lado da xanea: También es cierto que los cobardes viven más. Gracias por el comentario.
Dr. Krapp: No sabemos en qué estado, pero algo es algo.
Alma Baires: Gracias, no era la intención que fuera abierta, solo quedó así.
Alís: De alguna manera logró huir…
Enca Gálvez: Gracias por el comentario. No estaba seguro de haber logrado ese efecto.
Julio David: La culpa siempre es de los humanos, eso nadie puede negarlo.
Gra!: Así termina, no hay continuación en este caso. Por ahora…
JLO: Lo que no está claro es si llegaron a algún lado…
Neuriwoman: Gracias por pasar y comentar.
María Rosa: Dicen que los finales que no se esperan son los mejores finales.
Manuela Fernández: Gracias por el comentario.
Gracias a tod@s.
Nos leemos,
J.
Literal corre por su vida.
Un abrazo
No conviene atacar a la bestia si no se ha planeado antes la batalla...
Salu2.
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