Desde el balcón de la habitación del hotel, a
mitad de camino hacia la cima del cerro San Antonio, pueden verse varias cosas:
La costa, el mar, el puerto de juguete de Piriápolis, los escarabajos yendo y
viniendo por las calles más cercanas, y la agente paseándose por la arena con
el termo bajo el brazo disfrutando de una estival brisa matutina.
Siempre
pensé que eso de que los uruguayos llevaban todo el tiempo el termo bajo el
brazo era un estereotipo pero, si alguna vez lo fue, lo tienen muy bien
aceptado. Tanto que aquella visión se me hacía idílica.
El
que esa mañana el agua del mar fuera extremadamente azul y limpia, y no marrón
y sucia como la del Río de la Plata, sumaba a favor de esa idea.
Sigo
sin poder girar por completo la cabeza hacia la izquierda, sé que esto sonará
irónico para algunos de los que me conocen pero, después del golpe de hace unos
días, es lo que menos me importa. Prefiero descansar, tomar algo de sol en la
playa, caminar por la arena (sin el termo bajo el brazo porque no sé cómo es
que lo hacen y siempre se me cae (ya rompí varios de esa manera)), mirar a la
gente que siempre luce tan feliz en este tipo de situaciones, tan
despreocupada, sin pensar en lo que hacen, o en lo que deberían estar haciendo.
Maldito
ómnibus de la 27, ¿por qué te interpusiste en mi camino? Pienso sin mucho
énfasis, porque de verdad no habría sabido qué hacer si las cosas se daban de
cualquier otro modo. Bueno, sí se que habría pasado en uno de esos posibles
desenlaces, pero todos los demás resultan tan inciertos como improductivo
pensar en ellos.
Mi
concentración se rompe cuando golpean a la puerta.
—Servicio
de habitación —dice la mujer cuando abro la puerta entre sorprendido y
confundido; la confusión habría sido la misma si la mujer vistiera algún uniforme
relacionado con su tarea, un traje de conejo o una túnica griega. Asiento en
silencio y decido que tal vez, siendo hora de desayunar y, quizá, por qué no,
caminar por el minipuerto de la ciudad.
También
podría seguir practicando eso que hacen con el termo y el brazo; algo útil
tendría que sacarle a estos días.
15 comentarios:
En serio, ¿alguien sabe cómo hacen eso del termo bajo el brazo?
Saludos,
J.
jejejje, de verdad que no lo se.
En mi estancia en BsAs jamás vi eso del termo, y eso que por razones laborales estuve tiempo largo.
Sin embargo, en Barcelona, no hay uruguayo ni argentino que no lleve el dichoso termo bajosobaco, tampoco lo entiendo, pues se supone que cuando se va por la calle se va a trabajar, o a comprar, pero no a tomar mate a ritmo de marcha, aunque esta sea lenta.
Un saludo
Yo no te puedo ayudar con lo del termo pero prometo seguir leyéndote. Saludos cordiales.
Lo llevarán para matear, parece que el cono sur no puede vivir sin el mate como los ingleses sin el té.
En fin, las cosas pasas sin más, asumirlas es importante. Esa contractura no es nada, se te pasará. Hay cosas mucho peores.
Saludos
Mi duda es... ¿qué llevan en el termo? ¿Café con leche? ¿Agua para cebar el mate? ¿Carajillo de coñac? ¿Cubalibre de ron?
Saludos.
Deben ser años de entrenamiento.
Hay un personaje de Capusotto que es un espía uruguayo infiltrado en Argentina llamado James Bó. No se saca el termo.
Abrazos.
Y espero la próxima.
PD innecesaria: La última vez que fui a Uruguay fue a La Paloma. Otro mambo totalmente diferente.
Siempre me he preguntado lo mismo,como caminar con el termo bajo el brazo y además hacer cosas... misterio.
Nunca lo intenté, bah,sí una sola vez,me incliné para darle un beso a mi marido con el termo bajo el brazo,y lo quemé... (juro que es cierto).
Me encantan tus crónicas!
Abrazo grande Jose.
Cuando estuve en Buenos Aires , eso también me llamó la atención.
Todo el día con el termo en la mano y bajo el brazo.
A mi que no me gusta llevar ninguna carga (y la cámara al cuello, las manos libres)
Un abrazo.
José, me dejaste con la intriga sobre el termo. ¿de que se trata? ¿Acaso llevan el elixir de la vida?
Vale una crónica sobre ese misterio que a distancia no entiendo.
Mis abrazo.
lo del termo es muy argentino
no tomo mate aunque me gusta
en Miami hay yerba
me gusta lo que dices
sonrío y me voy a dormir la siesta
No me atrevo a entrar en ese conflicto larvado entre uruguayos y argentinos que a veces es clandestino y a veces muy evidente.
Saludos
Tendrás que averiguar lo del termo, es una idea inquietante o ¿formará parte del relato?
Un abrazo
Tot Barcelona: Claro, no es algo de Buenos Aires, es algo específico de Uruguay, al menos así lo parece. Y sigo sin entender cómo es que lo hacen.
JfbMurcia: Gracias por la visita y el comentario. Y sí, cualquier ayuda siempre en bienvenida.
Ginebra: Claro, lo llevan para el mate, la cuestión es cómo lo llevan. Y no es sólo el cono sur, porque en realidad en Chile no lo he visto, y si en Paraguay, me parece que viene más del lado del Río de la Plata.
Cayetano: Llevan agua caliente. Aunque habrá quien, sin dudas, lo lleve lleno de coñac.
Frodo: Entrenan toda la vida, de eso no hay dudas. Sí, conozco al personaje, es muy Capusotto. La última vez fui a Montevideo, en invierno, resultan tan aburrido y embolante como una película de cine arte europeo, imaginate.
Luna Roja: Eso es lo más raro, porque no dejan de hacer cosas, siguen moviéndose como si el termo no estuviera allí, pegado a su cuerpo.
Laura: Si lo viste en Buenos Aires tal vez eran uruguayos infiltrados, o de vacaciones, nunca se sabe, porque no conozco a ningún argentino que pueda hacerlo con tanta maestría como ellos.
Julio David: ¿Y qué llevaba en el termo?
Guillermo Castillo: Había culturas, antes de la conquista europea, con consideraban sagrada a la yerba mate, que es la que se usa en el mate, así que… podría ser.
Recomenzar: Gracias por el comentario. No sabía lo de Miami, pero lo intuía.
Dr. Krapp: Y que será el origen de la sexta guerra sudamericana, sin dudas.
La Malquerida: Hay formas y formas para averiguarlo, de eso seguro.
Gracias por sus visitas y comentarios.
Nos leemos,
J.
Yo no sé cómo hacen lo del termo, ni siquiera sabía eso de los uruguayos, me parece curioso imaginarlo.
Menos mal que ya va saliendo del choque porque me había quedado con la preocupación.
Saludos.
Una estancia en este puerto, que dejan dudas de qué hacer. Pero si se ha llegado a él. No es vano. Un abrazo carlos
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