sábado, 2 de mayo de 2020

Crónicas Charrúas # 01


Decididamente, ese no era el momento de detenerme a pensar; al contrario, era el momento de actuar, aprovechar aquella levedad que sentía tras saltearme el desayuno, junto con la brisa que llegaba desde el invisible mar del otro lado del cerro, y dejarme llevar.
            Con toda la fuerza que pude imprimir a los pedales de la bicicleta de alquiler, me lancé en dirección a la ruta 37 sin preocuparme por lo que pudiera aparecer en mi camino. A la velocidad que llevaba, en línea recta y en declive, nada podía hacerme daño o todo lo haría; como fuera, no podía detenerme. El estado del asfalto, a lo largo de todo el trayecto, no era bueno pero si desaprovechaba esa oportunidad, si pensaba en mis acciones, todo se terminaría. Sería tan sólo un día más, igual que los anteriores.
            Debía ganar la velocidad suficiente para que, al entrar en la parte urbana de Piriápolis, restara un último esfuerzo que me llevara a atravesar las pocas calles restantes hasta la Rambla de los Argentinos y lanzarme, desde la rampa de ingreso a la playa, al mar, al amanecer y lo que viniera después con el sol creciendo a mis espaldas.
          La bicicleta respondía, mis piernas también lo hacían, mi corazón no dejaba de bombear sangre a cada rincón de mi cuerpo, mis ojos adivinaban lo que mis reflejos percibían antes de que pensara en ello, la brisa me acompañaba y apagaba cualquier sonido más que el propio.
       Aprovechar ese momento era, irremediablemente, imprescindible.

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Inicio del Espacio Publicitario:

En el número 26 de la revista digital La Ignorancia, de España, pueden encontrar el relato Noche de Juerga

En el Número 1 del tercer año de la revista digital de ciencia ficción Teoría Ómicon, de Ecuador, pueden leer el relato Cuando, por las noches… 

Y, por último, en la Revista Polvo, de Argentina, pueden leer el relato La chica del helado

Fin del Espacio Publicitario.

19 comentarios:

José A. García dijo...

Mil y una noches de lecturas.

Nos leemos,

J.

Guillermo Castillo dijo...

Hay aventuras únicas o retos personales que asumimos por elección o por obra del destino. Creo en el libre albedrío cunado las decidimos con los ojos abiertos.
Te dejo mi saludo amigo.

Alís dijo...


Llegó a darme miedo esa velocidad, y más en bicicleta y con el asfalto en mal estado. Ir cuesta abajo impidió que me cansara, aunque cada vez que mencionabas las piernas y los pedaleos, sentía el esfuerzo... Sin duda, ese amanecer debe valer mucho la pena.

Un abrazo

Tot Barcelona dijo...

Si está Cayetano Gea y Pere Muntaner ¡¡¡ en la Ignorancia...y yo sin saberlo ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Gracias JOSÉ A GARCÍA


Ahora voy por las demás ¡
Un abrazo
Salut

jfbmurcia dijo...

Las bicicletas son para el verano y para soñar. Gracias por compartir tus sensaciones. Casi iba contigo en tándem. Saludos asintomáticos.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tu relato deja con intriga.
Saludos, colega demiurgo.

Ginebra dijo...

Un momento mágico pedalear, que tu cuerpo y tu mente te respondan y que te te lances al mar. Sea ficción o realidad, el instante o la propuesta es magnífica. Yo he salido, después de la cuarentena de casi dos meses confinada en casa, ayer y hoy. Todo está pletórico, majestuoso en este parón humano y en su actividad frenética contra el medio natural. Los caminos estaban casi diluidos, cuajados de flores y vegetación. La basura había quedado escondida, disminuida... ¿cuánto durará este placer? me temo que poco, será pasajero porque muchos no aprenden ni a hierro y fuego.
Besos

Doctor Krapp dijo...

Esa sensación de vértigo y poderío solo se siente muy joven en una bicicleta cuando contemplas los milagros de la movilidad desafiante.

Saludos

lunaroja dijo...

Estas mil y una noches,prometen!
Un placer volver a leerte José!
Un abrazo.

Frodo dijo...

Lugar loco Piriápolis.
¿Es mar o río de la Plata, de dónde sopla el viento?
Tal vez cuando fui había sudestada, pero no tuve el gusto de ver lo que otros dicen, que se e el mar entrando.
Claro, esos otros no suelen pasar ningún antidoping. Pero... pude sentí algo de la magia de ese lugar.
Una sola vez estuve ahí, debería volver.

Abrazos!

AlmaBaires dijo...

Me gustará leer cómo sigue esta aventura...

Un beso.

LA ZARZAMORA dijo...

No sabía que publicaste en Polvo. Me gusta muchísimo esa revista.
Y lo de la bicicleta, cuando la mente se deja aparcada y se sigue el instinto del cuerpo, las sensaciones vividas le hacen perder el sentido a la razón.

Abrazo, J.A.

DULCINEA DEL ATLANTICO dijo...

Un relato con tintes de intriga, ahora toca saber que pasa cuando abandona la bicicleta y se introduce en el camino en busca de respuestas.
Un saludo Jose A.

Raul Ariel Victoriano dijo...

Sin duda hay momentos mágicos en los cuales hay que dejarse llevar hacia donde los amaneceres lo dispongan.
Un saludo, José.
Ariel

lanochedemedianoche dijo...

Voy a regresar en bicicleta a leer más.
Abrazo

gla. dijo...

Hermoso relato...me gusta esa sensación de dejar ser y esperar lo inesperado
Espero por mas
Abrazos

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Con el viento y la ruta a tu favor, para darse el chapuzón salino. Grato voilver a leerlo. Un abrazo. Carlos

Beatriz dijo...

ok, la bicicleta es completamente anormal para mí, así que ni siquiera podría imaginar el vértigo que impulsaría el pedaleo en bajada.
Me da gusto que esto continúe latiendo.

Saludos.

José A. García dijo...

Guillermo Castillo: Aventuras única que, claramente, jamás se repetirán; porque de ser así dejarían de serlo. Tiene sentido, lo sé.

Alis: Iba en bajada y pedaleaba para dar más velocidad.

Tot Barcelona: Muchas gracias por tus palabras.

Jfbmurcia: Todo esto pasó en verano, al menos se supone que así fue.

Demiurgo: Sigue, y sigue y no termina, como un folletín de los de antes.

Ginebra: Casi nadie aprende, ni aunque los obligues a hacerlo y sea por su bien.

Dr. Krapp: Sólo en la juventud. Luego el cuerpo se cansa cada vez más rápido, y todo duele el doble. Ya lo sé.

Luna Roja: La lectura mutua es una de las pocas cosas que nos quedan, por ahora.

Frodo: Piriápolis es una ciudad de misterios, poblada por gente misteriosa, en medio de un país que nadie entiende y suponen un misterio aún mayor.

Julio David: Y con toda la velocidad posible.

Alma Baires: Claro que continúa.

La Zarzamora: Sí, de casualidad y con mucha ayuda logré ser aceptado en esa publicación. Gracias por tus palabras.

Dulcinea: Cualquier camino es siempre una búsqueda interminable de respuestas, cuando no de preguntas.

Raúl Ariel Victoriano: Pase lo que pase, sin detenerse.

La Noche de Medianoche: Puedes regresar cuando gustes.

Gla: Lo inesperado siempre oculta la cuota que está dispuesto a presentarnos. Y luego nos sorprende.

Carlos Augusto Pereyra Martínez: Era la idea, seguir escribiendo, aunque más no sea para no dejar de hacerlo.

Beatriz: Gracias. Nos leemos.

Gracias a tod@s por sus comentarios y visitas.
Nos leemos,

J.