—La idea la tomé de algo que vi en el
escaparate de una tienda —dijo en voz alta—; y me pareció interesante hacer
algo similar.
En
la mesa se acumulaban trozos de cartón mal cortado, retazos de telas de
diferentes colores, pomos de pintura y varios pinceles tan sucios como sus
manos. El pote de pegamento se encontraba peligrosamente cerca del borde de la
mesa, pero no parecía darse cuenta de ello.
—Claro
que era más fácil comprarlo terminado, pero no hay nada de divertido en ello.
Además, llevaba mucho tiempo sin usar la manos para nada útil.
A
punto estuvo de cortarse el dedo con las tijeras cuando remató una punta del cartón
que no quería quedarse en su sitio a pesar del pegamento y los ganchos que
había utilizado sobre ella. Apenas sí se percató del peligro, continuó tomando
uno de los pinceles cargados de pintura para comenzar a dibujar las letras en
la superficie de cartón.
—Hacer
las cosas que se quieren tiene un sabor diferente a comprarlas ya hechas.
Siempre lo he dicho, aunque algunas veces no es fácil hacerlo de ese modo.
Con
mucho cuidado pintó los detalles de las letras que delineara antes con un fino
lápiz negro, no quería salirse del diseño que había pensado para que el
resultado final fuera lo más parecido a lo que imaginara. Sabía que habría
errores, era inevitable, pero no por eso dejaría de intentarlo.
Terminó
con una letra y pasó a la siguiente; luego a la que otra.
Continuó
hasta terminar con los pocos colores que le quedaban cambiándolos o
combinándolos allí donde se le agotaban o los pinceles decían basta. Pero, a
pesar de las dificultades, completó su dibujo.
—Creo
que es de lo mejor que he hecho, considerando los materiales con los que cotaba
—dijo sonriendo.
Dejó
los pinceles a un lado y se concentró en decorar el cartón de la caja con los
retazos de las telas que tenía preparado para ello.
—El
diseño será sumamente personal, se parece muy poco a lo que vi en ese negocio,
pero tampoco quería algo pensado alguien más y estampado sin ningún otro
interés más que el vender el producto. Quería algo más… Real —dijo sin dejar de
atender a la gruesa aguja que atravesaba el cartón hacia adentro y hacia
afuera.
Varias
veces se pinchó la yema del pulgar derecho antes de terminar con las telas y
acomodar en su lugar la tapa de la caja, con su pintura ya seca. Formaban un
conjunto llamativo la parte inferior de la caja decorada con telas de colores
mal cocidas al cartón y la tapa pintada con restos de tempera.
—Perfecto
—dijo al colocar la tapa y leer en voz alta—: Recuerdos de momentos felices. Perfecto.
Se
levantó y comenzó a guardar los elementos que había utilizado para concretar el
pequeño proyecto. Desechó los pomos de pintura vacíos, los pinceles rotos, los
retazos de tela que ya no servían para nada, junto con los restos mal cortados
del cartón. Solamente dejó la caja en el centro de la mesa. Se lavó las manos y
volvió a sentarse en la misma silla que ocupara antes. Entrelazó las manos,
miró el resto de la habitación vacía y dijo:
—Ahora
solo falta encontrar algo con lo que llenarla.
--
Inicio de Espacio Publicitario:
En el número 2 del segundo año de la revista
digital de ciencia ficción Teoría Ómicron (Ecuador), se publicó el relato Sólo chatarra
Pueden pasar y leerlo cuando gusten.
Fin de Espacio Publicitario.
15 comentarios:
Las veces que habremos sentido algo similar...
Saludos,
J.
Me preguntaba para donde iba ir tu relato, colega demiurgo.
Y resultó que logró terminar esa caja para recuerdos felices, sin tener esos recuerdos.
Bien contado.
Saludos.
Hacerla la caja tal vez le haya dado algo de felicidad. ¿Pero como meter la caja dentro de si misma? Pregunta que haría un topologo, alguien con interés en la cinta de moebios, la botella de Klein, etc.
Qué relatazo!!
Me ha mantenido pegada al texto sin poder hacer pausa.
Tremendo final, realmente un cuento precioso!
Muy muy bueno...
Un saludo!
La riqueza está en las ideas no en lo material.
Saludo amigo desde Colombia.
Un trocito de esa tela sería ideal para llenar ese espacio vacío, como inicio de los futuros recuerdos
El creador disfruta de sus obras. Y lo que falta es un pequeño detalle.
Mariarosa
Yo lo rellenaría de frases agradables para ver si ellas solitas se ponían de acuerdo y componían un libro, para poder decir que lo había escrito yo.
Saludos
Alguno encontraría ¿no?. Sería triste que después de tantas molestias manuales no los hubiera:))).
Saludos
Qué bien: la felicidad de querer guardar la felicidad. Un abrazo. Carlos
Excelente. Para todo lo demás, existe Mastercard...
Abrazo
pues yo la llenaría complet ....
eso si, también tendría otra para los malos...
Besos
A medida que leía llegue a pensar que se trataría del propio féretro pero afortunadamente solo eran momentos no vividos. Es original, debería montar un taller y exportar su invento. Tendrá éxito asegurado y alcanzará alguna forma de felicidad.
Saludos
Hay personas especiales con nada hacen cosas sorprendentes.
Abrazo
Te mando flores aquí es verano
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