sábado, 26 de enero de 2019

Caminata


Realizaba cada día la misma caminata por el exterior de la vieja y destartalada mansión. Siempre salía a la misma hora, solamente podría retrasarle la lluvia o alguna dolencia pasajera. Pero, a pesar de la lluvia o el dolor, o del dolor y la lluvia, daba el mismo paseo por el mismo sendero de guijarros que rodeaba la construcción.
Decir que recordaba por qué lo hacía sería una mentira. Desde su infancia, tras las muertes de sus padres, obligado a vivir en esa anticuada construcción, acompañaba a su abuelo a realizar ese mismo paseo cada mañana. Nunca necesitó conocer el por qué de aquello, lo sentía como una obligación antes que cualquier otra cosa y, por ello mismo, continuaba con las caminatas matutinas. Era una de las tantas tareas que cumplir en aquella casona antes de comenzar el día; un deber al que resultaba imposible negarse y del cual no sabía cómo desentenderse. Tampoco era capaz de olvidarse de aquel paseo que le servía, entre muchas otras cosas, para percatarse del paso del tiempo sobre todo cuanto rodeaba el sendero.
            Tan extrañas caminatas podrían llamar la atención de los visitantes de aquel páramo, si alguien lo visitara; semejantes caminatas resultan por completo innecesarias, ninguna señal explica el por qué de esos paseos circulares a través de ruinas tan vetustas como la propia mansión, sino más, de una figura solitaria a la que sólo su sombra acompaña. Y eso únicamente los días en que el sol lograba imponerse entre las nubes.
El círculo encierra un espacio en su interior. El círculo es una prisión mejor que cualquier otra construida por el hombre, una que no necesita muros, rejas ni vigía alguno. Una prisión que ningún ojo puede ver y en la que todos pueden entrar y salir a su gusto. La única excepción es aquel para quien la prisión fue construida.
Alguien al que nadie conoce, al que contadas veces se lo ha visto hacer otra cosa que no sea caminar en círculos. Alguien que carece de recuerdos sobre el por qué de sus acciones.
Quizá pretendió ser el relato acerca de un pobre y desquiciado espíritu que sale a caminar en círculos todas las mañanas, para conservar alguna migaja de su pasado; luego devino en otra cosa. Tal vez nunca haya sido un relato en sí mismo, ni tampoco haya pasado el tiempo, y hoy, como mañana, como ayer, se despertará, se calzará las viejas sandalias de cuero pardo y saldrá a dar su vuelta, confiando en que siempre existen motivos para lo que hace y tal vez algún día acabe por comprenderlos.
Lo duda, claro que lo duda. Prefiere que todo carezca de una explicación, racional o mística, hasta llegar al final de su historia.

13 comentarios:

José A. García dijo...

Por mi parte también lo dudo.
Principalmente porque desconozco qué es lo que pretendía lograr.

Nos leemos,

J.

Cayetano dijo...

A veces desconocemos de dónde viene el impulso que nos lleva a contar algo que bulle en nuestra mente. Las historias circulares están en el origen de nuestra existencia: volver, siempre volver... Y cometer, una y otra vez, los mismos errores. Es la naturaleza humana.
Un saludo.

Frodo dijo...

El principio de la incertidumbre, incluso en esa grandiosa etiqueta.
Abrazo!

DULCINEA DEL ATLANTICO dijo...

Las acciones no siempre tienen un porqué ni un motivo para hacerse, aquí tu protagonista daba vueltas en circulo sin más, salvo en los días de sol que entonces lo hacía acompañado de su sombra.
Saludos Jose.
Puri

lunaroja dijo...

He aprendido que no siempre es necesaria una explicación,o entenderlo todo no?
Dejarse llevar por las palabras como en este caso, es un viaje placentero al relato!
Un abrazo!

mariarosa dijo...


Extraño personaje. Pero muchos de nosotros tenemos algo de ese caminante que realiza sus paseos en círculos por costumbre y sin motivo.

Saludos José.

Trini Altea dijo...

Que tengas una buena semana

Guillermo Castillo dijo...

El camino nace del caminante, sin embargo,la historia de los hombres es un instante entre dos pasos de un caminante.
Saludos.

Doctor Krapp dijo...

Nada más perfecto que un círculo, el lugar ideal para perderse.

Mara dijo...


Nuestra vida también gira en círculos de rutinas, pocas veces salimos de ellos. Saludos.

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

A veces obedecemos a impulsos que no son imposibles de buscarle alguna explicación,
besos

lanochedemedianoche dijo...

El circulo es una manera de quedarte sin respuestas, gracias.
Abrazo

Mujer Virtual dijo...

El círculo es ideal para perderse, no tiene fin, siempre se vuelve y se cometen los mismos errores
Un abrazo