Los sentía debajo de la piel.
Llevaba tanto tiempo con esa
sensación de picazón que, aun queriéndolo, sería incapaz de decir cuándo había
comenzado. Formaba parte de él al igual que sus pensamientos, sus recuerdos,
como todo aquello que lo hacían único. Se identificaba con esa sensación. No
sería él mismo de no sentirse de esa manera.
Gusanos.
Ocupaban sus venas y devoraban su sangre reemplazándola por más gusanos. Cada
rincón de su ser estaba plagado de ellos sin que nadie además que él mismo pareciera
percatarse de los movimientos debajo de su epidermis. Es cierto que en varias oportunidades
había descubierto a sus amigos apartando la mirada luego de quedarse mirando
atentamente algún fragmento de su ser. Pero no apartaban sus ojos por repulsión,
sino por envidia.
Sabía
que había sido el elegido entre los miles de millones de humanos que ocupaban
el planeta. Sería el primero de un nuevo paso en la evolución, estaba seguro de
ello, una síntesis entre el hombre y el gusano, entre la capacidad de crear y
la posibilidad de subsistir sin importar el cómo. Sería él y no otro quien
diera inicio al cambio, a lo nuevo, marcando el final de todo lo viejo, de lo
que ya no tenía lugar en la Tierra. Las razones de su elección carecían por
completo de interés.
Así
como tampoco hacía falta explicar el hedor putrefacto que lo acompañaba
constantemente y que lograba que fuera expulsado de cualquier espacio público, ya
que causaba vómitos en las personas que no estaban acostumbradas al mismo. Semejante
hedor llevó a su última mascota, un gran mastín napolitano, a huir de su casa
arrojándose por una ventana; y en esos momentos aún vivía en un 5to piso por
escalera. Eran apenas detalles que si bien debían de ser considerados, pensando
en lo que vendría en el futuro, en poco importaban. Quizás aquel olor sería
parte de la nueva humanidad, una nueva forma de apareamiento tal vez, y, como
cada ser humano sabe por su propia experiencia, siempre se huye de las
novedades antes de acabar aceptándolas.
Esas
pequeñas larvas que despedía cuando hablaba, cuando intentaba aleccionar a sus
conocidos, a las personas que se acercaban a saber de él y a conocer su estado,
eran claras señales de lo que se acercaba.
Quienes decidían no comprender se
alejaban rápidamente, para evitar el contagio decían, para no participar de la
transformación corregía. Le hablaban de medicamentos, de internaciones, de la
necesidad de salvarle la vida y costosos tratamientos en el extranjero o la
necesidad de desinfectar todo cuanto tocara. Pero no era su vida la que se
encontraba en peligro. Eran ellos quienes dejarían de ser lo que eran pronto,
muy pronto.
Ellos
veían en esos pequeños detalles, la sangre, el olor, la piel amoratada, la
clara demostración de su decadencia. Nadie comprendía que eran el inicio de su
gloria futura. Si no lo aceptaban ahora, cuando su transmigración aún no se
encontraba completa, luego sería tarde. Se los decía en cada oportunidad, pero
ellos sostenían que poco se le entendía cuando intentaba hablar porque sus
labios carcomidos apenas dejaban escapar algún sonido. No le importaba.
Continuaba sonriendo con los escasos dientes que resistían en sus arruinadas
encías enjugándose la sangre que manaba entre ellos, esa sangre que generaban
la mayor repulsión.
Los miraría con sorna unos días más,
hasta que los gusanos que habían comenzado a nublarle poco a poco la visión,
completaran su cometido.
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En el número 32 de la revista digital cubana
de ciencia ficción Korad pueden encontrar el relato Para restaurar
el Universo.
Pueden descargar la revista gratis y disfrutar
de su contenido.
Fin del Espacio Publicitario
13 comentarios:
Última entrada del año. Espero sea del agrado de tod@s mis lectoras y lectores.
Nos leemos en el 2019.
Saludos y Suerte,
J.
Muy bueno J!
Esperaba ansioso que sobre el final se diera cuenta que era una oruga y no un gusano, y que luego de hacerse crisálida se convirtiera en una hermosa mariposa. Pero en tus relatos los gusanos son gusanos y veo que completan su cometido
Abrazo grande!
Que tengas un excelente fin de año! Pasala bien!!
Frodo: Este texto es una clara referencia a todos aquellos que a lo largo del último año me han dicho que los tenía podrido o que, sin saberlo, me tenían podridos ellos a mí.
Si, no es una metáfora muy elaborada que digamos, pero siendo 29 de diciembre...
Saludos,
J.
José A. García said...
Las cosas divertidas no siempre lo son para todos.
Saludos,
J.
Feliz fin de año
si es que podés ser feliz
Feliz año, gracias por seguir sorprendiendonos. Muchos éxitos.
Buen relato.
Un abrazo y Feliz Año.
Solo paso a saludar y dejar buenos deseos para que sigan aflorando tus letras, que claro, no vienen de los buenos deseos sino de tu creatividad pero uno desearía que la creatividad, venga de donde venga jamás se agote.
Feliz 2019
Sorprendente. Un relato que parece sacado de algún guión de película.
Felicidades 🥂
Un relato muy en tu línea,sorprendente,sarcástico y siempre escrito desde el talento!
Aprovecho para desearte un muy feliz comienzo de año!
Abrazos!
Tus palabras son fluidas. :)
Los cambios siempre son buenos, no hay por que temerles. Maravilloso!
Un beso, feliz año nuevo
Este relato sí que da miedo.
Salu2.
Gracias por las lecturas, comentarios y saludos.
Como siempre, el blog no tendría sentido si nadie se dedicara a leer las cosas que se me ocurren.
Nos leemos!
J.
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