sábado, 4 de agosto de 2018

Continuar escribiendo


Escribir para no perder la costumbre, no porque tuviera nada para decir y/o contar, para sentir fluir las palabras.
Llevaba tiempo sin hacerlo, sin escribir sin un rumbo fijo, sin una necesidad de llegar a algún sitio determinado, sin contar una historia que sabía desde la primera palabra de qué manera acabaría. Escribir tan sólo por escribir, sin caer en el absurdo de la escritura automática, pues todo el mundo sabe que el subconsciente es apenas un invento; ni recurrir, tampoco, al cadáver exquisito de ideas truncas de otros textos con los cuales formar otra cosa y venderla como algo novedoso antes de que la mezcla comenzara a denunciarse por el mal olor.
            Tampoco sería el diario de una escritura, porque lo que no hay es, precisamente, escritura, sino tan sólo el deseo de escribir. Todo lo demás se encuentra ausente. Y al decir “todo”, elijo una palabra lo suficientemente amplia como para dejar abierta a la imaginación de los lectores supuestos (un texto siempre supone la existencia de un lector, aun cuando ese lector solamente sea el mismo escritor) engloben con ella lo que prefieran imaginar que se necesita para concretar un deseo tan vano y egocéntrico como el querer hacer algo, no poder hacerlo y, aun así, hablar de ello.
            La tentación del silencio, siempre presente, siempre latente, siempre anhelante de un final definitivo, por alguna razón resultaba una salida fácil, sencilla por demás, para escaparle al momento. Esperar a que surja la inspiración nunca, bajo ningún aspecto, es una respuesta.
            Las palabras bullen, escuecen bajo la piel, arden en la punta de mis dedos hundiendo delicadamente las teclas para formar una oración (la violencia necesaria para marcar a tinta una palabra en un grueso papel de obra con una máquina de escribir, una Remington, una Olivetti o una Underwood, hace tiempo que dejó de ser necesaria). El silencio y lo aséptico de una página siempre limpia reemplazaron a la pasión, la furia de las palabras disparadas contra las teclas y las manchas de tinta. Algunos dirán que es para mejor, otros que antes se escribía de otra manera.
            Escribir para continuar, escribir para señalar que seguimos vivos y aún podemos levantar la cabeza por sobre la línea mínima de flotación.

10 comentarios:

José A. García dijo...

Continuar, aunque la duda nos devore.

Nos leemos,

J.

lunaroja dijo...

Siempre...continuar siempre.
NO podría vivir sin la escritura...
Saludos!

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

yo he estado varias veces por cerrar mi casa, pero me pierde el seguir escribiendo, aunque sea de tarde en tarde...
un vicio imposible de dejar
besos

gla. dijo...

Me gusta escribir
A veces caigo en el error de no escribir por esto o por aquello
Otras veces escribo por la necesidad de llenar algo vacío que hay en mi
Incluso cuando estoy muy triste quiero escribir y no precisamente para dar pena
Solo escribir para confirmar que siento
Un abrazo

Frodo dijo...

Lo lograste! y te salió redondo!
Picasso decía eso de "que la inspiración te encuentre laburando"...
mi pregunta a tu texto es ¿lo pensaste todo de antemano estando todo cuidadosamente estudiado o realmente los párrafos fluyeron?

Abrazo!

lanochedemedianoche dijo...

Escribir es una necesidad imperiosa del alma, no importa el objetivo, solo escribir como tu dices para sentirnos vivos.
Abrazo

Mundo Aquilante dijo...

Escribo porque dios me lo pide (para cada uno dios es alguien distinto)
Me encantó! recordé cuando escribia a máquina. Había una acción más contundente, cada letra valía, y los textos eran más agresivos (léase agresivos como certeros).
Lo que me sigue generando la hoja o pantalla en blanco... es la misma angustia, el mismo precipicio. Cuando dejo que ese miedo me invada, salen la primer letra,

Saludos desde Mundo Aquilante!

escritoscarolina.wordpress.com dijo...

tanto tiempo que no pasaba por aca....
y sí seguir escribiendo es una forma de vivir...
saludos

mariarosa dijo...



Es bueno lo que decís, pero a veces es necesario escribir para darle vida a ciertos personajes que salen , hablan y molestan. Una vez grabados en el papel, te dejan tranquilo y comienza otro.

mariarosa

la MaLquEridA dijo...

Escribe para continuar sea lo que sea que siga.


Un abrazo