Sentía el contacto de la máquina vibrando sobre
su piel.
Instintivamente
cerró los ojos para soportar el dolor que, poniéndolo en perspectiva, no
resultaba tan insoportable como le habían dicho, y había escuchado, miles de
veces antes. Un dolor de muelas, sin ir más lejos, molestaba bastante más en
comparación; aunque se trataba de dolores diferentes, claro. Podría, tal vez,
compararlo con la intensidad de sus viejas migrañas. Pero tampoco era para
tanto.
Llevaría
horas terminar, lo sabía. Su piel comenzaría a adaptarse a la temperatura de la
habitación, a la presión de la aguja y a las manos enguantadas del tatuador
que, viendo su nerviosismo habrá pensado que hablándole se calmaría.
—El
diseño que elegiste tiene muchos significados —comenzó—, no sé si lo sabías.
Pensó
en pedirle que no hablara, que hiciera silencio y le dejara concentrarse en sus
pensamiento. Pero temió que, de hacerlo, acabara por arruinarle el tatuaje de
forma adrede y evidente.
—En
el Japón se lo asocia a la sangre derramada en batalla por los samuráis. Pero
también a lo femenino. Mientras que, para los budistas, el cerezo es un símbolo
de lo efímero de la vida, de la existencia misma.
Suena
a información sacada de Wikipedia, pensó sin decir nada pero asintiendo con un
movimiento de cabeza. Tal vez su mutismo fuera suficiente para indicarle dejara
de hablar. Claro que no fue así, al contrario, la ausencia de respuesta le
motivó a continuar hablando. Algunas
veces, las indirectas necesitan ser un poco más directas para ser comprendidas.
—Durante
la segunda guerra mundial —retomó el tatuador a su lado, en un semiperfil
obligado mientras recorría con su mano la piel sobre sus costillas— se lo
asoció con los kamikazes. ¿Sabes lo que eran?
Suspiró
y se acomodó un poco mejor sobre el respaldo de la silla para evitar cualquier
movimiento brusco.
—Y
en China, por supuesto, porque está cerca de Japón, si lo pensamos mirando un
mapa, también tiene sus significados. Algunos son similares, pero no había
samuráis en China, otros son bastante diferentes.
La
presión sobre su piel se detuvo.
—Voy
a cambiar la aguja para comenzar con el color —explicó ante su mirada
inquisitiva.
No
tardó demasiado, menos de tres minutos, y la vibrante presión regresó sobre su
piel. La sensación era exactamente la misma a pesar de que, por alguna
inexplicable razón, hubiera creído que la tinta de color se sentiría de manera
diferente. Nada era, en definitiva, de la manera en que lo había pensado; todo
le sorprendía sin saber si tantas diferencias entre la expectativa y la
realidad eran buenas o malas.
Lo
único que realmente le molestaba era que continuara hablando mientras pintaba
los pétalos sobre su piel.
—Es
un tatuaje muy grande para ser el primero, además de muy simbólico… ¿Qué te
motivó a hacerlo?
La
insistencia acabó por vencer su resistencia, su pasividad ante tan innecesaria intromisión.
¿Por qué no podía trabajar en silencio?
—Vi
el diseño y me gustó, no hay ninguna otra razón, ni real ni simbólica, nada, en
lo absoluto —respondió.
Hora
y media más tarde, en el más completo silencio, su tatuaje estuvo, finalmente,
acabado.
11 comentarios:
Hay quienes creen que las mejores obras se hacen en silencio...
Me encuentro entre ellos, sin dudas.
Nos leemos,
J.
Ya ves sigo acá mientras aspiro la soledad de tu alma
Muy buen relato, la experiencia es tal como la cuentas (y eso que mis tatuajes son pequeñitos).
Pero también he de decir que preferiría el silencio!
Me ha encantado! (El tatuaje es precioso también,no sé si es tuyo o no).
Saludos!
Cerezo es un pintor artístico que por lo general realiza dragones, dragones como los de China o Japón, y dicen que es daltónico.
Leí el título y pensé que venía de todo eso, pero después recordé tu etiqueta árboles. Aunque también parece ir de todo eso, menos de los dragones.
¿cómo hacemos para que no se pregunte "qué significa" o "por qué te tatuaste eso"? Supongo que contestando lo que contestó: nada, porque me gustó.
Abrazo!
Valio la pena el malestar, es una hermosura.
Mariarosa.
Qué buen relato.
Nada más lindo que sentir el zumbido de la máquina y ese dolor extraño sobre la piel, con los ojos cerrados y en absoluto silencio.
Besos.
es simplemente una maravilla...
besos
Debo de ser muy mayor, nunca me he hecho un tatuaje y nunca me lo haré, sinceramente es algo que aunque no rechazo frontalmente, no me resulta agradable una persona con tatuajes, además los dermatólogos advierten del aumento de pacientes con problemas por los tatuajes.
Alergias, problemas ante la exposición solar o reacciones inflamatorias son los principales problemas que pueden ocasionar los tatuajes y no siempre de forma inmediata. "Pueden surgir a lo largo de toda la vida del tatuaje; al principio o al cabo de diez años", indica un alergólogo.
El artículo excelente.
Saludos
Tatuarse engancha, por qué será? Una vez has empezado perteneces a un grupo especial de personas diferentes y hasta la espiral más sencilla se carga de significado o de belleza porque sí. Sin más.
Saludos!
Si me animara lo haría así de bello.
Abrazo
El silencio...debe ser hermoso...comparado con este dolor
Yo no soporto el dolor...me rindo sin haber luchado
Pero si alguna vez accedo a hacerme un tatuaje...la condición sería...silencio
Quiero sentir hasta el último segundo
Abrazos
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