Al descubrirlo sintió una fuerte atracción
hacia él; sin una explicación racional, sin mucho sentido del por qué, sentía
una extrañeza familiar al encontrarse junto al árbol para quien él era apenas un
instante en su existencia.
Tal
vez haya sido el descubrirlo en el momento indicado, cuando sus flores
amarillas esparciéndose por las cercanías tiñendo con su tonalidad el paisaje.
Llevaba años pasando por los mismos lugares, estaba seguro de haber mirado en
esa dirección sin haberse percatado antes de algo semejante. Pero, sin embargo
y de improviso, allí estaba, la atracción irrefutable de sus ojos junto con el
resto de sus sentidos. Sin poder sustraerse al aroma de la tierra húmeda y las
hojas que comenzaban a descomponerse sobre ella.
Era
un magnífico símbolo.
Tanto
que apenas dudó en la decisión que tomara en la soledad más atroz que sintiera
desde la profundidad de sus pensamientos. Sabía que no era solamente una idea
sin asidero, sino, al contrario, la realidad que se encargaba de demostrarle lo
solo que se encontraba.
Como
siempre lo había estado, aún cuando fuera incapaz de nombrarlo de ese modo en
años anteriores.
Sin
familia; último descendiente del único hijo de una familia que fue yéndose poco
a poco.
Sin
amigos; porque desconocer, entre otras cosas, el arte de la hipocresía.
Sin
mores; porque nada (ni material ni emocional) tenía para compartir.
Cargado
de pasado; viviendo un presente constantemente indefinido; carente de futuro
como no podría ser de otro modo.
Su
única costumbre era salir a caminar dando paseos cada vez más extensos para
evitar las horas vacías en el pequeño monoambiente sin luz natural, sin aire
puro, sin nada; paseos que lo llevaban por caminos extraños, desconocidos, pero
siendo incapaz de perderse, de mezclar sus pasos en otra dirección. Acababa
siempre por regresar al punto exacto del cual decidiera partir.
Pero
ese día había sido, finalmente, la excepción.
Un
algo indefinido, quizás un aroma, un color, una sensación extraña en el aire, el
sonido del viento silbando entre sus ramas susurrándole melodías de sabiduría
en sus oídos, lo condujo frente a ese ginkgo perdido en medio del bosquecillo
que dejaban crecer fuera de los límites de la ciudad, a horas de caminata de
todo y de todos. Se sabía solos en el mundo, perdidos en la inmensidad de la
vida, del universo, de la nada.
Su decisión no cambió.
Era
una suerte que tuviera la costumbre de llegar en sus extensos paseos la pesada
y gruesa soga con el nudo siempre a la expectativa.
8 comentarios:
Te traigo nuevamente azúcar es dorada y orgánica tiene casi el color amarillo del bello árbol de tu texto. Sigue lloviendo en Miami
Y esta fresco
Y se ahorco nomas..
Es un árbol originario de China, pero muy bien adaptado en nuestros jardines.Sus hojas en forma de abanico, de un amarillo intenso en otoño,son muy atractivas, pero no tanto como para colgar la soga en él. Muy al contrario: ver esta maravilla invita a vivir.
Me has recordado una película iraní: "El sabor de las cerezas".Un hombre desea suicidarse y encuentra un cerezo. Se sube para anudar la soga, pero prueba las cerezas y recobra las ganas de vivir.
Saludos, J.Antonio.
Recomenzar: En Buenos Aires hace calor y humedad, mucha humedad, como siempre esta ciudad.
Ningún Records: Pues sí...
Fanny: Recuerdo la moda del cine iraní hace unos años en Argentina, pero nunca me plegué a ella, ni a ninguna otra moda. Siempre por afuera y lejos de todo/todos.
Es cierto, es muy interesante este árbol también porque se lo considera un fósil prehistórico ya que carece de contacto genético con cualquier otra familia de árboles, es único en sí mismo. Y tal vez su antigüedad es lo que le permite adaptarse a cualquier sitio.
Saludos,
J.
cuando se está mal, debe ser todo un lujo pasear y parar bajo semejante árbol... nunca he visto uno en directo
besos.
yo nunca he sabido de donde viene la ginkgo bilova es mas no se ni como se escribe
Muuy bueno J.!
Tal vez no se animó y ahora está en su monoambiente despertando con resaca, todo transpirado, con un quilombo terrible en el bocho y en el monoambiente y con una boleta de luz para garpar que le pasaron por abajo de la puerta
Abrazo!
Magnética: Si, es como tú dices.
Yobailopogo: Lo descubrí de casualidad, buscando datos sobre otras cosas en la web. Es interesante.
Frodo: Es una versión 2.0 de la historia, donde en verdad no pasó lo que pasó, sino que todo era un sueño narcótico.
Saludos,
J.
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