Con el mismo marcador negro que
uso en mis clases escribía sin mirar sobre la pizarra mientra explicaba el tema
del día, algo relacionado con historia argentina del siglo XIX. Aburrido, así
como suena, de explicar, de estudiar y de enseñar; pero era parte del programa.
Daba la espalda al aula concentrándome en lo estaba diciendo, con la seguridad
de que los presentes atendían mis palabras porque nadie interrumpía, nadie
decía nada, ningún celular sonaba indebidamente, ni ninguna otra cosa.
Al
terminar de armar el esquema del tema sobre el cual hablaba, aunque mirándolo
de reojo no creía entender lo que había escrito, dejé el marcador sobre el
borde de la pizarra y giré sobre mis talones.
—Alguna pregunta —dije mirando el
aula vacía.
3 comentarios:
Sin lugar a dudas, mi mejor clase del año.
¿Quién puede contradecirme?
Saludos,
J.
Frustrante debe ser eso. Una clase dada al aire.
Un abrazo
Yo no, ¡¡muy buena!!
Un giro magistral
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