domingo, 19 de noviembre de 2017

Sueños Breves # 07

Desde la ventana de una habitación en un primer piso, que bien podría ser mi habitación, veía bailar a una pareja abajo, en el patio, entre las sillas de plástico abandonadas, las plantas descuidadas y otras cosas de esas que se amontonan en un patio durante el invierno. 
     Tenía la sanción de que los veía haciendo lo mismo noche tras noche. 
     —Allí están otra vez —dije. 
     —¿Son ellos? —preguntó una voz femenina desde la oscuridad de la habitación, del lado opuesto a al ventana. 
     —Si —respondí. 
     —¿Cómo pueden entrar? —pregunta que me llevó a mirar los altos muros que separaban el patio de las casas de los vecinos, no había forma de que entraran más que a través de la casa, y nunca lo hacían de ese modo. De alguna manera sentía que ya lo habíamos comprobado, junto con la dueña de la voz, más de una vez. 
     —Tampoco se escucha música alguna, ¿por qué bailan? 
     Sus rostros nunca quedaban del todo iluminados, como si las vueltas y revueltas de tan extraño baile se encontraran orquestadas de tal forma que ese detalle, que esa visión fuera incompleta para mantener, en todo momento, el interés en ellos. Aún así, resultaban extrañamente familiares.

2 comentarios:

José A. García dijo...

Eso mismo, ¿por qué bailan?

Saludos,

J.

Frodo dijo...

Muy bueno! Felicitaciones.
Esas sencaciones extrañas de creer saber el cómo y el por qué y sin embargo no entender.
Yo creo que bailan porque están vivos, para espantar la muerte.

Un diez
Abrazo!