domingo, 12 de noviembre de 2017

Sueños Breves # 01


Me encontraba en el interior de un avión —sin nunca haber viajado en una—. Todos los pasajeros iban de pie, no había asientos, ni ningún otro tipo de comodidad. Parecía más a una habitación de la que habían quitado todo mobiliario que otra cosa que el interior de una avión. Había poca luz, las ventanas eran pequeñas, escasas y mal distribuidas. Para peor, estábamos apretados los unos contra los otros. El suelo era negro, de un material que me resultaba raro pero conocido.
            La gente susurraba y murmuraba cosas pero no se les entendía, era como si hablaran en otro idioma, o no quisieran ser comprendidos por los demás y hablaban con códigos conocidos sólo por ellos. El aire se notaba pesado y caluroso.
            El suelo comenzó a deslizarse de imprevisto, moviéndose hacia atrás provocando que varias personas cayeran y fueran pisoteadas por quienes reaccionaban a tiempo. En mi caso me mantuve de pie porque comencé a seguir el ritmo del suelo que no dejaba de desplazarse cada vez más rápido.
            —¿Qué es esto? ¿Qué pasa? —pregunté sin dejar de correr.
         —El avión va a despegar, corremos para darle impulso —respondió una voz de actor de doblaje mexicano a mi espalda. Me tranquilizó, serenando mi incertidumbre, ya que era la voz de varios personajes de dibujos animados de mi infancia.
            —Esto no se parece en nada a los aviones de las películas —dije.
          Las risas inundaron ese espacio vacío y, al mismo tiempo asfixiante.
            —Nada es como lo muestran las películas —susurró la misma voz de antes más cerca de mi oído.

3 comentarios:

José A. García dijo...

Nunca nada es lo que parecer ser.

Nunca.

Saludos,

J.

la MaLquEridA dijo...

Este relato me hizo un hueco en la panza. Brrrr



Abrazo José (este es el mejor relato).

Frodo dijo...

Este sueño breve también es muy bueno.
Creo que me voy a abonar al servicio de "Sueños Breves".

Abrazo!