Quizá haya creído que era posible algo así como
huir. Tal vez supuso que sería viable triunfar allí donde tantos otros antes, y
después, que él, no habían logrado más que frustración. Era probable, también,
que su razón haya sido alguna otra y que su motivación radicara en otra parte. Sea
como sea, hizo su intento; lo que es, de por sí, demasiado.
Se
desentendió de lo virtual, no porque pretendiera regresar a lo real, sino
porque nada disimulaba el vacío que sentía crecer en su interior llenando cada
rincón de su ser —claro que hablar de la nada llenándolo todo parece una
contradicción—. No hizo más fotografías, no respondió los comentarios a los
comentarios de los comentarios que otros comentaban. Dejó de dar perdidas
señales de su presencia con símbolos que reemplazaban las palabras. Hizo de su
vida algo privado, algo personal, algo por extremo suyo. Sin dudas, no lo
sabía, pero su rebelión era, en verdad, una restauración del sentido común.
La
primera semana nada sucedió.
Tuvo más tiempo para sí mismo, que
debió utilizar en otras actividades, en otros lugares; como ser la recreación
fuera de las paredes de su encierro doméstico, volver a sentir el sol
acariciándole la piel, el aire meciéndole el poco cabello que le quedaba, los
aromas del mundo dándole un incómodo picor en la nariz, como cuando niño. En
esos días, empujado por la vorágine de la permanente actualidad, de las
noticias repetidas presentadas como algo diferente a lo que acabamos de
escuchar y ver, su decisión pasó inadvertida. Su desconexión transcurrió sin
sobresaltar a nadie, sin generar problemas, sin alterar la continuidad del
universo. Aún comía, viajaba hacia su trabajo, leía y miraba series como antes,
pero no se lo anunciaba a quien se encontrara del otro lado de las pantallas.
Durante la siguiente semana comenzó
a notarse la ausencia de sus símbolos, sus repetidas palabras, sus comentarios
comentando comentarios y sus fotos carentes de cualquier tipo de valor
estético. Comenzaron algunos a preocuparse, no porque temieran por su
seguridad, o por el valor de una vida que tal vez se hubiera perdido, sino por
su utilidad como seguidor. No se trataba de un interés real, se entiende, tan
sólo era mero interés práctico. En el hipotético caso de que tal diferenciación
aún pueda realizarse.
Al comenzar la tercera semana,
cuando cualquier desconexión accidental o excusa similar había perdido atisbo
de realidad, se lo señaló como un prófugo, como un rebelde, como un inadaptado
que creía que escapar era realmente útil, además de posible. Después de todo, sistema
alguno de Internet permanece caído durante tantos días, eso sólo sucedía a
principios del siglo XXI y en Argentina, ningún teléfono pseudo-inteligente
demoraba tanto en autorepararse, nadie dudaba durante tantos días en adquirir
un aparato nuevo, nadie sobrevivía sin recibir símbolos a cambio de palabras,
ni comentarios comentando sus comentarios a los comentarios comentados por
alguien más.
Ese mismo día, comenzó la
persecución.
La sociedad no toleraba a los
prófugos del sistema.
Eso sí que no.
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Inicio del Espacio Publicitario
Acaba de aparecer el número 34 de la Revista Próxima, de Ediciones Ayarmanot.
¿Por qué menciono esto? Es debido a que cuenta entre sus páginas con un cuento
de mi autoría, Navegando las cuerdas del
acordeón. Cuento que, para orgullo de mi persona, comparte el espacio con
un relato de Mario Levrero.
La
revista salió en estas semanas, por lo que aún es fácil de conseguir, o pueden
comunicarse con la gente de la editorial en el enlace anterior.
Por otro lado, en a publicación digital de la
Revista Pélago número 26, que pueden descargar de aquí (http://revistapelago.blogspot.com.ar/),
pueden leer otro de mis cuentos, Sal de
mis sueños, se cosecha un poco anterior, pero también fruto de mis (pobres)
ideas.
Saben que cualquier comentario sobre los mismos
es bienvenido y aceptado.
Fin del Espacio Publicitario.
Fin del Espacio Publicitario.
8 comentarios:
¿Es posible huir de lo virtual? Incluso puede ser que se esté indirectamente al interactuar con alguien que sigue conectado.
Lo segundo es preguntarse si es deseable. O tal vez sea lo primero.
Te felicito por tus cuentos publicados.
Me gusta la tapa de PROXIMA.
Saludos
felicitaciones por rebasar el domestico espacio de tu blog y proyectarte hacia otros espacios donde lo propio reluce, porque hay un otro que se reconoce la valía y lo incorpora, como cuando el bloguero elige algo ajeno, pero mas. Mas.
No se si es mas real el entorno que nos cobija o las palabras virtuales. Yo jamas alabo en lo virtual algo que no me gusta y para buscar espejos huecos no estan los comentarios.
Se ve que hay un verdadero horror vacui en el que escribe. Sera todo una apariencia?
Me da miedo seguir comentando, yo tengo la costumbre de desaparecer por algún tiempo... voy a cumplir con mis obligaciones y seguir comentando...
felicitaciones po las publicaciones.
mariarosa
Hola, José:
Excelente tu relato, tiene una cadencia narrativa que va aumentando el interés con cada párrafo. Además, me identifico con el personaje de tu relato.
Por otro lado, te agradezco el que nos brindes la oportunidad de descargar en pdf el ejemplar de la revista “Pélago”. ¿Se puede publicitar para que así otras personas puedan descargarlo?
Enhorabuena por tu reciente publicación en la revista “Próxima”.
La mayor de la suertes, José.
Me ha gustado tu relato
Sin embargo pienso que tus ideas no son pobres
Felicitaciones por tus logros
Me gustan las personas con ideas y pensamientos diferentes
Abrazos
Felicitaciones por las publicaciones J.
En algo tiene razón Nilda, en poner en duda este espacio. Pero creo que el precio que se paga por la llegada "fácil y rápida" a un mayor número de gente, es la frivolidad.
Tu salto hacia otros espacios, es un orgullo.
Con respecto a tu relato, existe una frase de Solari que reza "...dice desde la TV que no quiere estar jamás en la TV".
Difícil escapar.
Abrazo!
Bien por la novedades José! está bueno que sigas encontrando espacios para publicar tus letras. ¡Que se multipliquen!
saludos!
Sera
Gracias por las visitas y comentarios, como siempre.
Claro que pueden compartir el enlace de la Revista Pélago, cualquier ayuda en su difusión en bienvenida.
Saludos y Suerte
J.
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