Las mañanas no son el momento de mayor lucidez
de mi día. Supongo que sucederá algo similar a mucha gente, pero lo cierto es
que sólo me preocupa mi caso puntual. Mis mañanas son difíciles, más si ese día
me toca trabajar (lo cual no es una suerte el trabajar sólo algunos días, como
algunos creerán, sino una descalabro de horarios infernal e inconstante),
entenderán entonces la problemática que se suscitó mientras tomaba el primer
café del día.
La máquina automática de café aún
humeaba, el sabor del brebaje que escupiera sus entrañas tenía un regusto
metálico que atribuí a alguna pieza en mal estado dentro del mecanismo, a
alguna otra razón que, siendo la hora que era, tampoco descifraría. La lucidez
se abría paso poco a poco frente a la niebla resquebrajada del sueño que se
negaba a dejarme por completo. Tenía otras cosas que hacer además de acabar mi
café, agradecerle a la cafetera automática por haberlo preparado, tomar el
maletín y salir del cubículo habitacional.
De pronto, de manera inesperada,
como se supone que debe suceder este tipo de cosas, tuvo lugar mi momento
satori del día. La iluminación llegó a mí como algo espontáneo, como la
respiración misma, como el recordar los 86 dígitos de la secuencia de
numeración bancaria, el orden de los títulos completos de los 52 capítulos de
la primera parte de El ingenioso Hidalgo
Don Quijote de la Mancha, o el código genético de una mosca como lo
enseñaran en las clases de biología de quinto año.
—Un momento —dije en voz alta—, yo
no tengo ninguna cafetera automática…
—Tampoco estás bebiendo café —dijo
la cafetera con su voz metálica, entre cansada y aburrida.
—¡Lo sabía! —exclamé son sorpresa—. Nadie
puede engañarme. De regreso compraré uno dos frascos de café sintético en el
camino.
—Gracias —dijo la cafetera—. Siempre
tan amable.
Terrorífica... ¿Cierto?
16 comentarios:
¿Una alteración de la continuidad de la realidad?
Intrigante, colega demiurgo.
Uno de esos artefactos que cobran vida.
Lo mejor es tirarla al contenedor de reciclaje, jajaja.
yo me ahorro todo eso, solo bebo te y mi tetera no es eléctrica
besos
Los objetos nos hablan a veces, la mía se llama Leona... y es que a cada aparato lo bautizo.
La llamo Leona por lo que se/me despeina por las mañanas.
Sonrío.
Saludos, J.A.
Definitivamente parece que las mañanas no son lo tuyo, jajaja.
Yo las prefiero a las tardes... Tengo más energía.
Un saludo.
Yo para tomar ese café te ofrecería una taza de porcelana un poco especial. Una taza que hace tiempo me concedió una entrevista.
Saludos
¡Muy bueno! Me encantó. Eso de "el momento satori" es algo que no se lee todos los días.
Me hiciste recordar un capítulo de Alf en que se vuelve loco por perder todos sus ahorros y ganancias en la bolsa de comercio (a través de su PC del garage) y llega al living con una cafetera como rehén. Creo que podría ilustrar muy bien este hermoso, surrealista y cómico relato.
Yo aprovecho también para volverlo a ver.
http://www.dailymotion.com/video/x3im01v_alf-temporada-4-episodio-4-en-el-negocio-latino_tv
Abrazo!
Adoraría tener uno de esos amaneceres adormecidos, donde la lucidez brille por su ausencia y las sábanas sean como pequeños gigantes de dedos grandes que no te suelten.
Sea como sea, la cafetera es educada, te ha agradecido.
Un beso, José
Huyo ipso facto si veo que la cafetera eléctrica me habla. Primero correría al escucharla hablar. Después porque no tengo ese aparatejo.
Tal vez cenaste mucho, eso te produjo ver visiones.
Un abrazo
QUÉ MAÑANA TAN LOCA BROTHER. JAJAJAJA.
ABRAZOS
Un falso despertar quizás?...mejor eso que un cafe en mc donalds...
Te sugiero un psicólogo.
O un psiquiatra, es más seguro.
mariarosa
Tu experiencia me recordó mi ritual de los días jueves que hacía el año, cuando trabajaba en la ciudad vecina a la que vivo y estaba residenciado en casa de mis tías; un control de las cosas que me llevaba y las que me traía
Gracias por tantas lecturas, visitas y comentarios.
Lo mejor de este blog, sin dudas.
Saludos a tod@s.
J.
Casi prefiero las cafeteras antiguas.
Un abrazo.
No obstante siquiera se si podrán hablar... y eso es más triste.
fascinante relato, será el futuro de esa manera, que ya sera habitual interarticular de una manera más natural con los artefactos eléctricos??
bueno, hoy en día ya iniciamos este cambio, pero cual será el limite???
me gusto tu manera de relatar historias...
saludos!
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