domingo, 15 de enero de 2017

El Divulgador

El artículo publicado en la revista de la Academia Científica Internacional, La ciencia de Hoy, más conocida con nombre en inglés antiguo Today´s Science, resultaba lo suficientemente críptico y trabajando con sobreentendidos como para que solamente un puñado de científicos en el mundo comprendiera lo que allí se decía. Se hablaba de macromoléculas comprimidas en alta densidad, hipertorsión de unidades covalentes, disociación de partículas elementales y de la vitalidad de los componentes metamórficos del universo; con tales categorías llegaban a conclusiones que, según ellos sostenían, alterarían la concepción de la realidad que poseía la menguante humanidad.
            El descubrimiento había sido posible utilizando los laboratorios de fisiopartículas de la República Semidemocrática de Madagascar, financiados por la explotación del coltán y diamantes, detalles que no se mencionaban en el artículo, seguramente por considerarlos carentes de importancia. Se contaba también con el aporte económico de varios monopolios de diferentes servicios de comunicación y empresas afines a la producción de agroquímicos y semillas transgénicas; así como la inestimable ayuda de científicos de la generación anterior que habían servido de enlace entre los investigadores y sus financistas, como no podía ser de otro modo, ninguna investigación puede llevarse adelante sin buenos contactos.
            El resto de nosotros, es decir, el vulgo, necesitamos a un Divulgador atento que nos explicara con palabras sencillas en qué cosas se gastaban miles de millones de cualquier moneda con valor internacional (dinero que nunca era real, sino más bien una ficción con sabor a deseo), y sin palabras encriptadas que nada significan (incluso dudo que signifiquen algo para quienes las utilizan). Personajes siempre atentos a la posibilidad de la publicidad gratis, unos minutos frente a las cámaras para lucir sus intelectos y sus sonrisas de modelos publicitarios.
Así fue que alguien acabó explicándonos que significaba aquella jerga; uno de tantos, tal que ni siquiera su nombre vale la pena recordar, porque abundan como sanguijuelas en un estanque de agua pútrida. Ellas siempre preparadas para atacar a quien cae en sus aguas; ellos siempre preparados para presentarse frente a las cámaras para enarbolar su sabiduría como el único, sino el último, bastión de conocimiento en medio de una sociedad de ignorantes que sólo aprenderemos lo que él quiera enseñarnos. Es decir, como cualquier otro que se coloque frente a una cámara creyéndose superior al resto.
            —Ellos, simplemente, rompieron la luz —dijo como si sus palabras tuvieran algún sentido, sin perder su sonrisa mientras la cámara lo enfocaba buscando su respuesta a la primera pregunta de su entrevistador.
            —Pero… —intentó articular el estupefacto entrevistador haciendo un maravillo papel de ignorante, aún cuando no estaba fingiéndolo—, ¿qué significa?
            —Ah, sí, bueno. Descubrieron que hay algo más rápido que la luz, que no es constante en su velocidad como se sostenía hasta el momento de la publicación del artículo. Y como el espectro lumínico era uno de los límites que le quedaban por superar a la humanidad, ahora podemos pensar en algo más, podemos investigar lo que se encuentra más allá de la luz.
            —¿Y qué podría ser eso? —preguntó el entrevistador ayudado por el productor del informativo a través de sus auriculares—. ¿Qué es lo que podríamos encontrar del otro lado de la luz?
            —Esperemos que algo más que simple oscuridad —rió el Divulgador mostrando su dentadura tan completa como falsa.
            —Esperemos sí. Para ir finalizando con éste segmento, ¿podría decirnos que utilidad tendrá tan novedoso descubrimiento para la vida cotidiana? Para las personas de a pie, como quien dice —preguntó el periodista por fin haciéndose eco de lo que el resto de la gente realmente querría saber.
            —Probablemente no representará ningún cambio —su enorme sonrisa volvió a ser foco de la cámara.
            —Luego de tantas revelaciones necesitamos un breve descanso —dijo el entrevistador —, y nuestros anunciantes quieren decirnos algo también —. Intentó sonreír, es cierto, pero su sonrisa en nada se parecía a la del Divulgador.


19 comentarios:

José A. García dijo...

De seguro todos conocemos monstruos como los descritos en el texto. Son varios los nombres que se me vienen a la cabeza pensando solamente en casos argentinos.

Me refiero a los divulgadores, claro.

Saludos,

J.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Sin embargo, me agrada el concepto de divulgador.
Saludos.

José A. García dijo...

Seguro, pero hay divulgadores y divulgadores... No todos son iguales.

Saludos!

J.

jfbmurcia dijo...

El mundo está lleno de chupopteros, charlatanes y cara duras. Por desgracia, claro. Un saludo.

Frodo dijo...

Que los hay los hay, y por acá son plaga
Abrazo!

Mirella S. dijo...

Cuántas de estas investigaciones, en las que se invierten cifras astronómicas llenas de ceros, se llevan a cabo sin llegar a conclusiones de índole práctica. Mientras tanto en el mundo sigue habiendo hambre y desnutrición.
Me gustó el texto.
Saludos, José.

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

y si no nos va a servir de nada.... para que nos complican la vida?
besos

gla. dijo...

Yo mejor me voy a escalar sierras
Abrazos

Nino dijo...

Buenas tardes, José:
Gracias por este relato en el que reflexiones sobre la oscuridad de quienes aseguran aportar la luz.
Quizá la etimología fabulada de la palabra “divulgador” ya delata su condición ramplona: “di, vulgar”
Un abrazo, José.

censurasigloXXI dijo...

¡¡Ah, qué bueno!! En el momento de leer el primer parágrafo, me reía pensando en los medios informativos y los banqueros y políticos cuando salen en ellos, necesitas de traductores o de conexiones criticoneuronales a pleno funcionamiento para entender lo que NO dicen, jajajjaja. Muy divertido, amigo!!!

Gracias. Beso y café.

Amapola Azzul dijo...

Qué bien sonreír así.
Besos.

Geraldine, dijo...

Me acordé de la serie Cosmos de nat geo...jajaja, hablan mucho, dicen poco...
Creo que basamos el saber en mas teorias que leyes.

Dyhego dijo...

Todos los días salen estudios "científicos" sobre los más variados e incríbles temas.
Pero viajar a más velocidad de la luz sería magnífico...
Salu2.

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

divulgadores muchos y variopintos...
estudios, serios y no tan serios... igual, a patadas...
yo por eso no creo mucho en casi nada..
un beso.

mariarosa dijo...


¿?

Por qué no se van plantar perejil!!

Gastan plata en cosas que no sirven para nada.

mariarosa

taty dijo...

Cinismo exquisito, hay que quitarse el sombrero.

Saludos.

Recomenzar dijo...

Te leo y luego leí a los que te comentaron
Parezco una audiencia
ya que en este momento de mi vida
chupo chupetines de leche
sentada en primera fila
No opino desde que subio al poder Trump estoy en silencio hablando en chino

José A. García dijo...

Gracias a tod@s por sus visitas y comentarios, como siempre digo, lo más interesante de esta página.

Nos leemos,

J.

la MaLquEridA dijo...

Si todos los que buscan supieran qué estàn buscando la vida estaría resuelta. Peor es descubrir algo que no tiene provecho para nadie.
Preguntaba alguien hace rato:¿Por qué si somos muchos -los enfermos de pp a los que se refería- no nos unimos y puede que encontremos la cura?

Y pienso ah pues muy fácil, porque no somos científicos, porque no tenemos dinero. Porque nadie nos financiaría y porque
las farmacéuticas serian las primeras en poner obstáculos para eso.

un saludo