sábado, 31 de diciembre de 2016

Acerca del No Recuento

Me niego a seguir la moda decembrina de hacer recuento de lo que fue y, más que nada, de lo que no fue, el año que se acaba, en este caso, el 2016. Principalmente porque creo que los calendarios son meras convenciones que poco dicen sobre lo qué es el tiempo y mucho sobre la sociedad que quiere creer de ellos. Pero, evitando ponerme demasiado filo-filosóficos, diré que entiendo que resulta demasiado poco lo que este tipo de situaciones aporta a la vida misma.
            De nada me sirve saber cuántas visitas tuvo Proyecto Azúcar en la relación 2015-2016. Sé que la cantidad es menor; prefiero no seguir deprimiéndome al saber la cantidad exacta. Un conocimiento que, por el momento, en nada interviene para que continúe escribiendo (al menos así lo aparenta).
            Sé que el planeta Tierra se encuentra cada vez en peor situación, pero no necesito saber cuántas hectáreas de selva amazónica han sido deforestadas en los últimos doce meses por que ya fueron taladas, la madera curada, cortada y convertida en muebles que sin dudas han sido comercializados (incluso es probable que alguno de esos muebles se encuentren hoy descartados por lo que mucha madera ha sido talada para nada). Tampoco me gustaría descubrir que en mi casa hay madera de ese origen; sí, a veces mejor ni pensar. ¿Qué puede hacerse frente a un hecho consumado salvo lamentarse? Y los lamentos no devolverán a la tierra los árboles perdidos. No, no lo harán. Continúo regando mis plantas, que al menos es algo.
            Las estadísticas nunca fueron, ni serán, confiables en su pretensión de exactitud; porque tampoco lo son esos números que resultan ser, otra vez, apenas una convención. Los números no poseen valor en sí mismos, entonces, ¿para qué dárselos? Es como el dinero, ¿qué valor tiene? El que nosotros aceptemos darle, ningún otro; son papeles de colores que aceptamos con válidos para los intercambios que realizamos cotidianamente. Sería exactamente igual si en lugar de papeles impresos de una manera determinada usáramos ostras disecadas o caracoles, por poner algunos ejemplos.
            Los balances funcionan solamente si se trata de una casa comercial, que pretende conocer si obtuvo mayores ganancias en el año en curso o en el ejercicio anterior, si hubo pérdidas, cuántos empleados serán despedidos el 1 de enero y otros detalles económicamente similares.
            Saber cuántos amigos quedaron en el camino, los amores frustrados, las despedidas obligadas, los objetos incorporados a la colección que llamamos vida, los regalos, los premios perdidos, lo que dejamos en el camino, las veces que hemos evadido a la parca, son memorias, recuerdos, anécdotas personales, que pierden su esencia de ser cuando se las comparte como si realmente importaran a alguien más que a uno mismo. Si me engripé una, dos o tres veces en invierno, es un dato que sólo le interesaría a mi médico clínico, y a nadie más.
            Carezco de enemigos (tampoco es que me crea tan importante como para tenerlos, ni me he convertido aún en un villano de historieta al estilo de Lord Voldemort) que pudieran utilizar estos datos en mi contra, por lo que carecen de valor tanto para ellos, por ser inexistentes, como para mis lectores, por ser irrelevantes (los detalles que no los lectores), como para mí mismo, porque ya pasaron y en nada me afectan.
            Así que no habrá recuentos, estadísticas, memorias ni fastidios semejantes en esta entrada (que resulta ser, por otro lado, la número 835). Les dejo las modas y las tendencias, me quedo con mi ostracismo, como siempre y como no podía ser de otro modo.

12 comentarios:

jfbmurcia dijo...

Todos vivimos, en mayor o menor medida, condicionados por los convencionalismos. Aunque los amantes de utopías y de otros mundos que nunca serán, lo vivimos todo un tanto perplejos, ensimismados, como el que mira un escaparate sin ninguna pretensión, tan sólo por mirar, tan sólo porque había mucha gente mirando.
Un abrazo.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Quedate con tu ostracismo, te felicito por eso. ¿De que sirve conocer tanto dato adverso? Parece el manifiesto de un demiurgo con principios. Y me adhiero a eso.
Que tengas un buen año.
Saludos.

La utopía de Irma dijo...

Bonito proyecto con o sin azúcar y con o sin recuentos.

Abrazote utópico, Irma.-

Amapola Azzul dijo...

A veces el ostracismo es un buen lugar para vivir.
Besos.

taty dijo...

Los números son un punto de referencia común con qué hablar de las cosas, pero hemos puesto ese uso fuera de proporción, en una confusión descomunal de fondo y forma.

Yo ando como tú, tratando de pisar ligero en la selva, aferrándome a los muebles de la abuelita y cultivando mis jardines. ¿Qué más nos queda?

Feliz más-tiempo-que-nos-viene :)

Geraldine, dijo...

Usted me ha abandonado,,,pero yo paso siempre a leer sus buenas letras,,,jjaja

Geraldine, dijo...

Es una serie, la que me recomendaste no la vi, pero cuando termine ésta la busco y te cuento...buena semana y gracias por estar ahi, saludos!

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

yo también paso de hacer balance de nada, y más de que casi todo es negativo...
feliz año nuevo 2017

Mirella S. dijo...

Tampoco hago balances, los números y las estadísticas no son mi fuerte.
A veces, en cualquier momento del año y no precisamente al final, miro hacia atrás para darme ánimo cuando me parece que me quedan pocas fuerzas. Solo para ver que he pasado muchos escollos y decirme "también estos los sortearás".

Buen año y saludos.

Frodo dijo...

¡Felicitaciones por esta espectacular gran entrada Nº 835!

la MaLquEridA dijo...

Jajajaja de todos modos no te pudiste sustraer de los números. De estadísticas ni hablar, reprobé en la preparatoria y caput. Son engañosas, representan menos que nada.



Saludos.

Xindansvinto dijo...

Tiempo = Comedia - Tragedia

Esta fórmula magistral se la debemos a El Listo, y llamándose así qué más podríamos decir.

Bueno, sí, puede consultar de donde lo sacamos aquí:

http://listocomics.com/comic/580-tiempo-comedia-tragedia/

Salud y que usted lo disfrute.