El sistema se creó, en principio, para la detección temprana de problemas. La firme creencia de que existe la posibilidad de encontrar una solución para cualquier dificultad les llevó a diseñar un programa que pudiera predecirlo todo. Incluso, decían, podría predecir lo impredecible, negando de antemano la propia definición de impredecible.
Lo intentaron de todos modos, incorporándole al programa tantas variables azarosas como pudieron encontrar en los viejos catálogos de programación así como en registros que nada tenían que ver con el problema pero que, tan sólo por las dudas, revisaron de todas maneras. Revisaron cuanto cayó en sus manos y cualquier idea que pudiera adaptarse a las necesidades del programa.
Introdujeron variables climatológicas, que hasta el momento eran poco más que teorías. Creyeron que, pudiendo verlas en funcionamiento, se podría medir su viabilidad para tenerlas en cuenta en ocasiones posteriores.
Sumaron luego, a la existencia del clima, el paso del tiempo, para que cada fenómeno atmosférico tuviera un principio y un final, como deben de tenerlo todas las cosas.
Incorporaron variantes gravitacionales y el peso específico de compuestos aún por definir; una tabla periódica de elementos específicos y sin sentido en su conjunto, pero de mucha utilidad para el sistema y su desarrollo. Al menos así lo entendían durante la codificación del programa, intentando convencerse de que hacían lo correcto.
Agregaron un poco de inteligencia y cantidades desproporcionadas de prejuicio, ignorancia y superstición para equilibrar cualquier defecto que pudiera producirle la inteligencia a los factores generales del programa; principalmente porque todo debía mantenerse lo más estable posible. Y siempre, ante una propuesta razonable, existe una respuesta irracional en su intolerancia.
Continuaron incorporando variables y posibilidades para un sistema que pretendían que resultara tan complejo que superara la realidad de sus creadores; aún cuando estos eran incapaces de darse de cuenta de su modo de proceder. Se encontraban dando inicio a algo tan nuevo que carecían de forma para nombrarlo; algo que de tan complejo demorarían milenios en ponerlo a punto para su correcto funcionamiento.
O que al menos funcionara a prueba de fallos, como suele decirse en algunos casos. Porque ningún sistema programado para predecir errores puede, precisamente, sustraerse del error.
Es por eso mismo que alguien, nunca se sabrá con seguridad quién, lo puso en marcha de manera prematura e inesperada, sin que, una vez iniciado, existiera manera de detener el programa. Sus creadores aún debatían otras cuestiones antes siquiera de pensar en la posibilidad de incorporar la opción de una parada de emergencia, o un reinicio del sistema a su estado original luego de que comenzara a fallar. Suponían, por otro lado, que algo semejante no haría falta. Pero, como acabaron por descubrir, estaban equivocados.
El caos, que algunos se empecinan en denominar vida, había comenzado.
Imagen nada tiene que ver con el texto.
Pero esta foto es mía, así que...
11 comentarios:
Porque algunos problemas comienzan antes de la existencia misma. Al menos así lo parece.
Saludos y buen semana.
J.
No vale, colega demiurgo. Tu comentario define tan bien tu propio relato, que no queda más que agregar. Salvo tal vez mencionar La teoría del caos.
Tal cual la existencia humana.
Un saludo (hoy al pucharle a tu blog me mandó a una página porno, agggh).
Tanto número, algoritmo, ecuaciones y variables para concluir que la vida es impredecible y que, si se empeña uno, puede encontrar soluciones, jajajaja.
Pues he oído que están en ello.
El mundo da miedo.
Un abrazo.
Pues sí. Es verdad.
Besos.
Ya imaginaba que si esto no era el mismo infierno, sería lo que describís en el escrito.
A medida que leía, no pude evitar pensar en la máquina de Person of interest.
Saludos.
Intentaba imaginar que estaban creando y nada, hasta que hablaron de inteligencia, prejuicios y superstición y me dije; crearon un ser humano.
Hasta la próxima semana.
mariarosa
Tal vez si este texto maduraba un par de horas el Universo se hubiese acomodado. Pero no, tuvo que salir así, con ajustes, con definiciones técnicas, con paradojas y explicaciones detalladas.
¡Pero tan bueno!
Abrazo
Demiurgo: La vida es el caos, la teoría vino después.
Malquerida: Tal cual. No sé por qué sucede eso, ya que se supone que el servidor de mi página no permitiría eso. Voy a averiguarlo mejor.
Dyhego: ¿Qué solución existe para un imprevisible? ¿Ser previsible?
Celia Segui: El mundo es aterrador, miedo es poco.
Amapolita Azzulita: Gracias!
Raúl Omar: La verdad es que solo conozco esa serie de nombre, nunca la he visto, pero tendré que darle una mirada a algún capítulo para verla en funcionamiento.
María Rosa: Un ser humano no, el ser humano. Es cierto.
Frodo: Cierto, está escrito a las apuradas. Pensé que no se notaría tanto… En fin, salió así.
Gracias a tod@s por sus visitas y comentarios.
Nos leemos,
J.
Todo es materia y cuestión de autoregeneración... sin fallos, hasta carecería de sentido el mismo caos que creamos.
Un abrazo, José A.
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