Una semana más se suma al tiempo
transcurrido, al pasado, a lo que ya fue y no volverá a ser jamás.
Claro
que esto es sólo posible dentro de la concepción de tiempo lineal de la
civilización judeocristiana; en donde la historia tiene un principio, un
génesis, y un final, un Ragnarok. Y a partir de ese final que no es final sino
una incógnita genial para que el final de la temporada te deje pensando en lo
que pasará en la siguiente y volver a comenzar para transformarse en otra cosa.
Tal y como diría Einstein, la masa se transforma en energía, nada se pierde,
todo se transforma en algo más. Pero por supuesto que nadie anda por la vida
pensando que el día de mañana puede convertirse en abono para plantas, pero podría
ser útil no dejar de tenerlo en mente.
Sabiéndolo
perderíamos menos tiempo, no aprovecharíamos mejor. O quizá no, porque la
neurosis de saber que la vida se termina podría ser mucho peor, para algunos
casos. No me refiero a conocer el momento exacto en que tendrá lugar nuestra
muerte, sino a dejar de comportarnos como mortales inmortales y no perder de
vista el futuro que nos aguarda.
Pero,
si mañana se anunciara que han descubierto la vacuna de la inmortalidad, allí
estaría yo, haciendo cola para recibirla y así tener la habilidad de continuar
quejándome de lo difícil que es escribir por los siglos de los siglos para
siempre amen. Por lo menos hasta que el sol se recupere de su letargo y se
lleve al sistema solar en su acto final.
Todavía
falta mucho para eso, me refiero a la vacuna, el sol es un tema bien diferente.
13 comentarios:
Y a solo tres semanas del final!
Nos leemos,
J.
Dicen que las investigaciones científicas podrán hacernos casi inmortales dentro de poco. Lo malo es que solo a algunos, no a todos... O lo bueno, porque no sé si querré verlo.
¿Habrá de verdad alguien que quiera ser inmortal?
Un abrazo
Pedro: Los adelantos científicos siempre son para unos pocos al principio... y el resto del tiempo también, es cierto.
Malquerida: ¿Tú no? O como cantaba Freddy Mercury en Queen "Who wants to live forever?
Gracias por sus visitas,
J.
Yo no sé si querría ser inmortal. Besos.
Yo no quisiera ser inmortal para nada, la mera idea me parece angustiosa. Y no es que no me guste la vida, es que el sentido de la misma está en su final.
Un abrazo y gracias por pasarte por mi blog.
Celia
Ah, pues si hay que ponerse a pensar, mejor dejaré en mi testamento que, en caso de servir de abono, que sea para un cerezo o una higuera, ya seré feliz por toda la eternidad. Lo de inmortal, como no podré pagármelo, mejor lo olvido; al fin y al cabo es como soñar con un Ferrari...
Me deprimiste :)
Beso y cafelito.
¿Qué final?
¿Qué pasará en tres semanas?
¿Otro fin del mundo?
¿Empieza una liga?
¿Serás padre?
¿Acabarán las momarquías?
¿...?
Hola José, te imaginas que diferente seriamos las personas si tuvieramos en mente que nuestra vida tiene fecha de vencimiento. Creo que seriamos mejores personas, no sé, imagino, de cuantas cosas pasa riamos por arriba, si total de nada sirve preocuparse tanto, llevarlas no sería importante. Mira en lo que estoy pensando, quien te dice, tal vez mañana estoy alimentando plantitas.
Un abrazo.
mariarosa
Yo también estaría allí. Aunque creo que la inmortalidad existe en otra dimensión. No aquí en la Tierra. Aquí todos morimos.
Me imagino entradas con títulos como "Año Noventa y Ocho, Semana Ciento Dieciocho Millones Cuatrocientos Diecinueve Mil Novecientos Catorce", y si yo estaba en la mima fila que vos, ahí estaría mi comentario, tan desatinado como éste.
Abrazo!
¿Abono para plantas?... La creación toda, es maravillosa a la par que enigmática.Yo pregunto,para que reflexionemos,,¿Todo lo que conocemos, todo, sería un error, y para qué???? Mi idea, es que todo es inmortal y sólo dejamos el vehículo externo cuando nos toca partir, luego volveremos en un nuevo cuerpo para seguir aprendiendo...no se el final de la historia , pero como soy historietista ,pondré "continuará." Martha
Amapola Azzul: Tampoco lo sé, pero que sería interesante probar lo que se siente, eso seguro.
Crónicas Vienesas: Pero si el sentido de la vida es que tiene un final, ¿entonces por qué comienza? Tal vez haya algo que no estemos entendiendo del todo en esto que llamamos vida y que creemos saber qué hacer con ella.
Censuras: Existen autos mucho mejores que los Ferraris… Mucho mejores. Se podría continuar viviendo como abono para un árbol, ¿por qué no? Ni yo mismo sé qué pasará mañana mucho menos en tres semanas.
María Rosa: Sabiendo cuándo es el final se podría planificar qué hacer con todo ese tiempo que se tiene (o no se tiene) y utilizarlo de otro modo tal vez.
Ester Del Pozo: Todos morimos y algunos ni siquiera se percatan de que están vivos.
Frodo: Creo que en ese caso lo mejor sería recurrir a los números, más corto, escribir menos. Además como que aburriría de solo leer semejante número escrito. Nos vemos en la fila. Llevo galletitas.
Martha Barnes: Bien podríamos encontrarnos dentro de la rueda del karma sin saberlo y que sea como lo decis, que todo continúe, que nada se acabe, nunca, jamás. No sé qué opción suena peor…
Gracias por sus comentarios.
Nos leemos,
J.
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