Se sentía como un libro, uno que cualquiera
podía tomar y hasta algunas veces abrir. Pero sólo por un instante, porque, lo sabía
muy bien, sus páginas estaban completamente en blanco.
viernes, 29 de enero de 2016
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1 comentario:
Se había quedado sin nada qué decir.
Saludos,
J.
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