Como cada noche antes de dormir, recorrió las
citas que extrajera del libro que estaba leyendo, El ateismo para principiantes; regalo por ser cliente frecuente de
la tarjeta de crédito. Aún sabiendo que el Autor del libro únicamente estaba
interesado en el dinero y no por la trascendencia repasó las frases sintiéndose
un poco menos solo.
Se
acercaba la hora en la que la energía de su cuerpo se agotaba por completo;
poco más podía hacer, la edad, como muchas otras cosas, era irreversible. Como
el peso sobre sus párpados.
Conociendo
la situación en la que se encontraba, algo que, por más que lo intentara era
incapaz de cambiar, pocas opciones le quedaban
—Buenas
noches —dijo en voz alta en medio de la habitación vacía. Intuía que, de una
forma u otra, ella estaría escuchándolo, como siempre lo hacía.
Abrió
la puerta del armario, lo justo para entrar por una pequeña rendija ya que
cerrarlo desde dentro era demasiado complicado. Tomó una de las perchas
bucales, la colocó suavemente en su lugar y, con un pequeño salto, se colgó del
travesaño del armario junto con la ropa de lluvia. Necesitaba dormir y recargar
energías.
Con
un poco de suerte, nadie le molestaría en toda la noche y podría, una vez más,
soñar con la chica de la piel color suave que viera en la calle la tarde
anterior. Deseaba haber tenido, en esa oportunidad, en esa única oportunidad,
la voluntad para hablar con ella pero, cuando lo pensó, ella ya no estaba allí.
El
silencio, una vez más, prevaleció. Y no sólo en su recuerdo, también en el
armario. Sólo le quedaba recordarle y hablar, con ella, con todos en el mundo,
en sus sueños, en su mundo privado que era, al final de cuentas, lo único que verdaderamente
le interesaba.
3 comentarios:
Después de todo, y al principio de cualquier cosa, el silencio, siempre el silencio.
Saludos
J.
Planteaste dos cosas interesantes.
La primera es si ateo puede buscar la trascendencia.
La segunda es lo de colgarse de un perchero para soñar una mujer, que no se pudo seducir por falta de decisión. Y saludarla por estar ella esperando en un sueño.
Dos hallazgos, colega demiurgo.
No entiendo el ateísmo,¿Podés explicarlo?Cariños
Martha
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