jueves, 23 de abril de 2015

Las aventuras intergalácticas de los sobres de ketchup caducos

Capítulo 18 – De los mitos y los saberes


—En verdad —dijo el ketchup de abril tras flotar un largo tiempo en silencio, llevando a su compañero de deriva cósmica, el ketchup de octubre, a creer que por fin había logrado hacerlo callar—, que ese es un gran problema.
            El sobre de aderezo que debía responder, por el momento, nada dijo.
            —Tenemos la verdad y la mentira, ¿cierto? —preguntó retóricamente el sobre de abril—, y los encumbrados como el ideal de justicia e injusticia.
            —Algo que nunca terminaste de definir —respondió dejando de lado su mutismo, el otro sobre de ketchup—, ya que no puedes definir una recurriendo a la otra y viceversa.
            —Eso lo dices tú, mientras que yo digo lo contrario. Si la injusticia es ausencia de justicia, la justicia es ausencia de injusticia.
            —Carece de sentido, ¿qué es entonces lo justo? ¿Qué no lo es?
            —Bueno, eso depende.
            —Todo es relativo —dijo el ketchup de octubre.
            —Por supuesto, salvo la verdad y la mentira.
            —¿Por qué? —preguntó el ketchup de octubre rompiendo su papel de ser él quien daba respuesta a todas las preguntas. Al menos yo lo sé desde que tú lo dijiste.
            —Porque una verdad siempre será una verdad y una mentira siempre será una mentira. Eso cualquiera lo sabe.
            —Hace falta definir cada uno de los términos que utilizas. Pero, supongo, ya lo has hecho.
            —Claro que sí. Verdad es ausencia de mentira. Y mentira es ausencia de verdad. Así como la verdadera verdad es la verdadera ausencia de mentira y la verdad absoluta es la misma realidad, antes de cualquier mentira. Es algo más bien lógico.
            —Y carente de sentido. Nada es absoluto. Lo que era verdad hace quince minutos, un mes o quince millones de años, bien puede ser una mentira ahora. Como la vida misma.
            —¿Qué con ella?
            —Que no sabemos que estamos vivos hasta que morimos y, una vez que hemos muerto, ya no estamos vivos.
            —Me parece un razonamiento muy lógico —dijo el sobre de aderezo vencido en algún olvidado mes de abril.
            —Si, por supuesto —respondió el sobre de aderezo tan caducado como el anterior en el inmenso vacío del cosmos, flotando, solos, como siempre.

7 comentarios:

José A. García dijo...

Pero si todo es relativo, ¿qué sentido tiene hacer algo que nosotros consideramos bueno y necesario si para algún otro será malo e inútil? ¿Ese es el sentido de la vida? ¿Ese y nada más?

Suerte

J.

Pd, es muy interesante que ahora le tenga que demostrar a mi propio blog que no soy un maldito robot.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tiene el sentido de trabajar con hipotesis, con algunas premisas básicas, aunque no todos estén de acuerdo en cuales son.
Y si la definiciones son dificiles, se complica distinguir entre la verdad y la mentira. ¨

Raquel Cabest dijo...

Me encanta aprender con ellos, contigo, digo.

Besos!

Vérsame en tu boca

Noelia A dijo...

¿Estás seguro de que no sos un robot? Digo, si todo es relativo, quizás en algún estado de cosas quepas en la definición! Broma, José, me caen bien los sobrecitos vencidos. Saludos

Boris Estebitan dijo...

Filosofando con los ketchup, verdad es verdad y mentira es mentira, la verdadera verdad es la ausencia de mentira, genial.

Anónimo dijo...

Qué genialidad!
Abrazo desde un inmenso "vacío".

José A. García dijo...

Gracias por las visitas y los comentarios, como siempre, lo más interesante que puede encontrarse en éste blog.

Saludos y Suerte

J.