Fue un desastre. Al menos así lo presentaron.
La categoría de jóvenes que ese año cumpliría los 18 años, edad de la plenitud,
edad de los guerreros, no se había presentado a recibir instrucción militar. Decían
que eso era perder el tiempo entre armas obsoletas y conflictos de antigua data
que para ellos nada significaban.
Cundió
el pánico entre las elites de ancianos gobernantes que vieron sus negociados
internaciones peligrar y sus fronteras desprotegidas. Si la sangre joven y
viril no pretendía ir a las guerras que ellos organizaban, ¿qué sucedería?
¿Cómo reaccionarían los enemigos tan reales como imaginarios?
La
noticia se filtró. El ejército carecía de nuevos cadetes y recurría a los
reservistas para cubrir el cupo.
Los más jóvenes, por supuesto, se
plegaron a lo proclamado por la nueva camada. Nosotros no iniciamos sus ridículas guerras carentes de todo sentido,
por lo tanto no participaremos en ella.
Los de mayor edad, con antiguas
medallas al valor y la entrega desinteresada, se indignaron clamando por el
respeto a la nación, el estado, a la patria y los símbolos que dividen al mundo
en pequeñas parcelas de cementerios.
Aquellos
que no querían ser parte de ejércitos inservibles, hablaban de libertad, de la inmaterialidad
de las fronteras y los gobiernos ilegítimos. Se cuestionaban las bases de la
opresión, perdón, del orden establecido, algo que, por supuesto, no podía
tolerarse.
Los
ejércitos de ancianos, veteranos de batallas que los libros de historia
siquiera registraban, se ofrecieron voluntarios para conservar la honra y el
espíritu de las naciones. Los jóvenes construían lazos por sobre la
fraternidad, los ancianos los negaban y se dividían en rencillas fratricidas.
Solamente el tiempo dirá quién tiene la razón,
proclamaban los jóvenes. Si las antiguas generaciones que se entretenían
aniquilándose entre sí; o esa nueva idea que surgió el día en que nadie creyó,
a sus 18 años, que presentarse en la puerta de los cuarteles fuera una buena
idea.
Dicen
que en la actualidad los ejércitos son cada vez más pequeños y especializados con
mejores armas y que no se necesitan muchas personas para una guerra. También
dicen que los jóvenes tienen más tiempo y que algunas ideas se esparcen más
rápido que las muertes que caen con formas de bombas, misiles o artillería
desde las nubes artificiales que ocultan aviones.
No es pacifismo, dicen que decían esos
jóvenes, es sentido común.
9 comentarios:
Me parece muy interesante tu relato...aclara algunas dudas en mis pensamientos...de lo que no debería ser
Un abrazo
Es sensatez, no sentido común.
El sentido común no cuestiona, no plantea nuevas ideas.
Profundo y magnífico relato lleno de sabiduría.
Un beso
No hay que seguir las reglas que son absurdas y se pusieron sin consultarnos.
Pensar lleva a decidir y lo sensato es decidir a favor de uno mismo.
Podría hacer una larga lista de actividades que me parecen mas divertidas y útiles que apuntarme a aprender a hacer guerras.
Excelente, para que dividir al mundo con guerras y rivalidades inventadas, mejor esparcir ideas.
Me gusta el tema y cómo describes las distintas actitudes de las personas frente al mismo problema de los conflictos armados.No obstante, creo que sigues patrones de conducta generacionales y en esto disiento, pues hay mayores tienen actitudes progresistas y jóvenes de 18 años que actúan como los muy mayores. No estoy tan segura de que los jóvenes no se alistaran en lo cuarteles para combatir. Los hay muy primarios, amantes de lo militar, de los uniformes y de las armas.
Aparte de tus temas y forma de escribir, me gusta la sobriedad de tu blog;eso me dice algo bueno de tu personalidad.
Mi felicitación.
Saludos.
Me voy a registrar seguidora para estar al tanto de lo que escribes.
Te puedo recomendar este blog de dibujo, por el que me parece que estuviste preguntando.
http://kebondi.blogspot.com.ar/
Y también este otro.
http://dariobrabo.blogspot.com.ar/
Los niños están en los ejércitos enfrascados en guerras que no comprenden. Los jóvenes no, no les da tiempo de serlo, los matan antes.
Un saludo
Como veterano de las luchas antimilitaristas, condenado a cárcel por ello, y utópico que aún mantiene el "imagina que hay una guerra y no va nadie, enhorabuena y gracias!!!
Publicar un comentario