miércoles, 18 de febrero de 2015

El mar de la tristeza absoluta (segundo intento)

Brújula alguna señala el camino. En los mapas más antiguos ni siquiera se lo menciona. Mirando las estrellas puede adivinarse su ubicación, es cierto, pero los caminos que supieron conducir a Roma, a Bizancio, a Pekín, a tu alcoba y la mía, jamás guiarán los pasos de los desprevenidos hacia ese sitio.
            Quien más ansíe alcanzarlo, jamás podrá hacerlo; quien por un despreocupado error se encuentre con él, será incapaz de reconocerlo. Lo tendrás bajo tu nariz, pero tus ojos miran más allá. Se oculta a todos los sentidos, se muestra a quien no quiere verlo. Está allí, pero no lo está. Es y no es a un mismo tiempo.
            Junto a él los opuestos no son los únicos que se atraen, también los similares, los idénticos entre sí, los separados al nacer. Todos forman una gran comunión que se rompe con sólo comenzar a alejarse de allí.
            Es mitológicamente real; es la fuente de todas las fantasías; es el origen de cada dios diseminado por el mundo; es la matriz de los sueños y las ilusiones; es el destino de los últimos suspiros de los moribundos. Es donde las canciones de amor inconclusas se refugian y los odios más profundos encuentran la paz que ansían los ojos cansados.
            La magia y el placer, la magia del placer, o el placer de la magia, existen porque así lo quiere. El hombre continúa vivo porque es su alimento: el único animal racional que continúa siendo tan instintivo como cuando primitivo. Aquel que se cree superior al resto del universo porque destruye su mundo es quien más cree en la existencia del Mar de la Tristeza Absoluta, allí donde los océanos se unen y toman la sal que inunda sus aguas.
            Los diamantes pierden su eternidad y el petróleo carece de valor en sus aguas donde algunos se percatan que están vivos y, la mayoría, se refleja en sus aguas como un futuro cadáver.
            Allí, donde nadie quiere estar.
            Donde Xibalbá, Yhhdrasil y el Baobab de El Principito hunden sus raíces.
            Allí, solamente allí; y en ningún otro sitio.

7 comentarios:

José A. García dijo...

La imagen corresponde a un mapa elaborado, en teoría, por el geógrafo árabe Al-Idrisi, durante la segunda mitad del siglo XII. Detalle aparte merece destacar que el Mediterráneo no es centro del mundo, y que los polos se encuentran invertidos... ¿Alguien más lo nota?

Saludos

J.

la MaLquEridA dijo...

Yo no lo noto, ha de ser porque no tengo ojo avizor. Qué se puede esperar de alguien que nunca ha entendido El Principito.


Saludos

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Más drmatico que el hombre lobo, es el lobo hombre, que al convertirse descubrió el apetito de inmortalidad, el sentimiento trágico de la vida, el deseo de mal, la verdadera violencia.
¿Como podrá cargar con eso cuando vuelva a ser lobo?
Un segundo intento tan logrado como el primero, compañero demiurgo.
No lo encontraran quienes lo busquen, tal vez no lo reconozcan quienes lo encuentre, yendose sin saber lo que pierden. Que trágico.

taty dijo...

En cuanto a la forma: El texto es exquisito, pero es a partir de "La magia y el placer..." que se me quedan fijos los ojos.

En cuanto al fondo: ¿es el hombre, de verdad, aún instintivo? ¿no es ese espejo de futuro cadáver el signo de lo contrario?

Hay que ponerse en los hombros de Atlas para desmenuzar ese párrafo. Venga y debata :)

Abrazos.

Darío dijo...

En el fondo no creemos que las cosas vayan a terminarse. Esperamos que exista ese lugar al que vayan a parar... Un abrazo.

Anónimo dijo...

Demasiado profundo para mi, cualquier comentario que hiciera no estaría a la altura ni de los anteriores ni de lo que escribes, pero me gusta lo que he leído y te doy las gracias por dejar huella en mi blog.
Un beso

José A. García dijo...

Malquerida: Pero quién dice que el Principito es una lectura sencilla? Esas son puras mentiras.

Demiurgo: ¿Cómo saber si estamos en en sitio que no buscamos? Gracias por el comentario.

Taty: Nos hacen creer que no somos instintivos, pero quienes lo dicen de seguro nunca fueron a un estadio de fútbol en Argentina...

Darío: Cierto, esperamos que "del otro lado" todo sea igual y podamos continuar con nuestras vidas sin el menor cambio, sólo quizá sin respirar...

Mía: Todo comentario es bienvenido y no hace falta estar a la altura de nadie, sino tan sólo decir lo que se se siente y/o piensa, nada más. Nunca nada es tan fácil como eso, al menos eso espero.

Saludos y gracias a tod@s por pasar.

J.