Primero debemos comprender que será un proceso
necesariamente extenso. Quizá tome un siglo, quizá más. Las fechas siempre son
aproximativas, nunca definitivas (porque no podemos aplicar en éste caso el Carbono-14
como quisiéramos, ya que sólo funciona hacia el pasado y no hacia el futuro (la
ciencia siempre nos decepciona de algún modo)).
En
un principio comenzaremos a creer que EEUU y Europa ya no son los socios
comerciales adecuados para los productos latinoamericanos. Por lo que, los
países necesitados de divisas, saldrán a la caza del dinero oriental, no me
refiero aquí del peso uruguayo, sino de algo un poco más al este. Firmando
cualquier tipo de contrato sin siquiera leerlo realmente por estar escrito en
chino básico (y, sólo por ésta vez, dicha afirmación será completa y
totalmente, cierta).
Argentina
será la punta de lanza de todo el proceso. Pero no se deberá a que lo único que
allí se produce sea soja y biodiesel, sino porque así nos dejaremos tratar. Por
eso mismo, la producción argentina ha de salir por Chile y no por los puertos
existentes en el territorio nacional. Sin discutirlo, lo aceptaremos.
Luego
se crearán las escuelas de idioma sinoargentinas para que aprendamos a hablar
en su idioma y no ellos en el nuestro. Pero, como se pondrán de moda los
insultos en mandarín, los aprenderemos sin más; aunque sólo sea para insultar
al taxista que nos salpicó de barro en la calle que siguen sin asfaltarse.
Quizá
lo mejor de éste cambio sea que la plaga de botineras desaparecerá de la
sociedad. Pero el gremio de mujeres desesperadas por el dinero y la fama a
cualquier precio, creará un nuevo fenotipo. Nacerán, luego de una conversión
obligada de los estereotipos femeninos, las chineras. Mujeres que sólo
aceptarán como posibles parejas exclusivamente a políticos, empresarios y
millonarios de nacionalidad china. Pero nunca, ni por error ni casualidad a japoneses,
coreanos ni nativos de ningún otro país oriental. Ignoro cómo, pero aprenderán
a identificarlos sin el menor margen de error. Sea como fuere, formarán una
casta sobre la cual, el resto de las mujeres, despreciarán o envidiaran en
igual medida.
La
política de un hijo por pareja impuesta hace décadas en el país asiático, hará
necesaria, también, la importación de mujeres. Pero la contaminación ambiental
de la antigua ciudad prohibida tornará más práctico el viaje hacia las pampas
americanas de los hombres antes que el traslado de las mujeres hacia dichas
latitudes. Por otro lado, las más beneficiadas por la política de un solo hijo
serán, por supuesto, las chineras, que no verán afectado su aspecto físico más
que una única vez a lo largo de su vida útil (reproductivamente hablando).
Pudiéndose dedicar, luego del parto, a sus actividades predilectas, como ser el
gimnasio y el ocio contemplativo de la televisión.
Las
parejas socialmente aceptables dejarán de ser las de individuos del mismo país
y serán, muy darwinianamente hablando, las que posean un miembro asiático. Se
entiende que será, principalmente, un miembro masculino. Mientras que, en otras
partes del mundo, la importación de novias soviéticas sostendrá la economía de
la Unión Europea que cobrará regalías por el usufructo de los cuerpos y
capacidades reproductivas de sus ciudadanas.
Poco
a poco, se irán multiplicando los latinoamericanos con sangre asiática en sus
venas, por lo que, luego de todo éste proceso, América Latina dejará de ser un
territorio subcolonial de los EE.UU. para ser colonia de pleno derecho de China
(sean cuales sean dichos derechos).
Por
supuesto que todos estaremos felices, comiendo arroz, sembrando soja, con Mao
en nuestros corazones y de la mano con Perón, virando cada día más, hacia el
lado consumo-comunista del mundo.
7 comentarios:
Espero que no sea necesario aclarar el humor y la ironía que puede destilarse de este texto.
Saludos
J.
Vaya ocurrencias las suyas. Gracias por arrancarme unas sonrisillas :)
Sgt. Pepper.
Gran post... buena ironia con tintes de realidad, las mujeres en China escasean, los pobres chinos no saben que hacerse para tener novia.
Prefiero morir antes que tener nada que ver con los chinos, ¡Horror!
Latinoamericanos mezcla con sangre asiatica, más que sonrisas me ha producido escalofrío.
Aunque eso de tener un hijo por pareja, no estaría del todo mal, no por imposición, más bien por decisión propia.
Que pases una dulce navidad, JOSÉ, muchos besos
Hasta ahora todo eso lo vivimos de la mano de los yanquis, ¿comenzaremos con los chino'
¿No sera un cuento chino lo tuyo?
mariarosa
Por estas latitudes, los establecimientos regentados por personas orientales han invadido los barrios de clase media, además de adquirir cada vez más grandes locales comerciales que dedicarán a sus negocios procedentes de China. Son los amos de casi todo el mundo... Hasta ahora no he encontrado un chico/hombre guapo y chino, espero que su conquista se retrase aún más. Feliz año 2015 con todo lo mejor para ti o al menos, que la mayoría de situaciones y acontecimientos sean positivos.
un fuerte abrazo
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