Ésta es mi teoría.
La década de 1980 nunca llegó a su
fin. Cuanto vivimos desde entonces es un engaño. Estos últimos veinticinco años
que transcurrieron desde el 31 de diciembre de 1989 son, en realidad, una
falacia. En ese momento se puso de moda rememorar lo ocurrido en todo el año
con videotapes de los hechos más importantes (sociales, culturales, deportivos,
políticos, aburridos, decadentes y sexuales). Pero, como ese día también se
acababa una década, la del número ocho en el tercer lugar del número ficticio
que conforma la década, comenzó un movimiento mucho más grande, indetenible,
ineludible y, también, innecesario.
Rememoramos
la década entera, todos y cada uno de los acontecimientos ocurridos entre el
primero de enero de 1980 y el 31 de diciembre de 1989, uno por uno,
minuciosamente. La ropa, los peinados, la música, las películas, las
enfermedades, los presidentes y las dictaduras. Todos los aspectos posibles en
un videotape sin final que lleva durando demasiado tiempo y que, los operadores
del canal de televisión, haciendo gala de sus conocimientos técnicos, editan y
reeditan para que aquello que vemos parezca siempre nuevo, novedosos, diferente
y nunca antes visto.
La
música y las publicidades no son lo peor. Eso lo sabe cualquiera. Al igual que
la ropa. Todo eso sólo puede disimular. Pero éste eterno 31 de diciembre ya ha
durado demasiado. Y el pasado, en algunos casos, puede convertirse en un lastre
que debemos dejar ir (se los digo con conocimiento de causa y porque soy
Profesor de Historia y mi título me autoriza a decir cosas semejantes; claro
que en 1989 tenía sólo seis años, por lo que también puede decirse que hablo
como un nene caprichoso que quiere, por fin, crecer).
La
cuestión es que ese día dejamos de progresar. Anhelamos un pasado que es
imposible, por suerte, de recuperar. Si queremos seguir adelante, lo mejor es
que entandamos, de una buena vez, que el tiempo pasa, nos vamos volviendo
viejos (adultos, mayores, experimentados o interesados, elijan la expresión que
prefieran), tal y como debe de ser. Pero, eso sí, lo más importante de todo,
los peinados de la década del 80 eran sumamente ridículos…
Para las generaciones futuras que quizá no lo sepan, ésto es un videotape:
16 comentarios:
Alguien debería de hacerme una entrevista.
Éste es el texto número 700 de Proyecto Azúcar.
Espero que lo hayan disfrutado.
Nos leemos,
J.
Ohhh casi eres de la edad de mis hijos, pensé eras mas grande. Bueno no, nunca pensé de que edad serias pero tan joven no.
Ojalá te hagan tu entrevista.
Saludos
Profe? De Historia?
Le tengo una pregunta.
No sé si pase por entrevista, es la cosa :o
Se anima?
Malquerida: Gracias por lo de joven...
Taty: No puedo ver tu blog, por lo que no tengo forma de responderte. Lo que quieras preguntarme, escribirme, no hay drama.
Saludos
J.
Se hicieron buenas cosas en esa decada, buena música, buenas películas como Volver al futuro, apareció Sam Raimi.
Actualmente se han hecho algo interesante, rememorando esa decada, como la película Super 8.
Pero también esa decada tuvo productos nefastos, como algún sonido de teclado odioso, que aparecen en un capitulo de Los Cazafantasmas, dedicado a Chthulu.
Que daba menos miedo que los teclados.
Profesor de historia. No lo había imaginado. Es una buena ocupación para un demiurgo.
Sam Raimi comenzó su carrera en 1978... Súper 8 está ambientada en 1979.
Volver al Futuro es casi una de las únicas cosas, junto con los posters de Pagsa, gaseosa Shiny y la Crush.
Ah, y sí, soy Profesor de Historia hace un par de años.
Saludos
J.
Uh, los ochenta... nos suena. Todo empezó ahí, o no. Pero regresar al futuro y llevar peinados ridículos son pura historia octopusiana, sin duda, o al menos da para un ochote de pote en pote.
Salud, suerte y que dure!
La década de los 80 fueron buenos tiempos, corrían por el mundo aires de progreso y abundancia, para Europa y para América, y en lo personal, maravillosos, nació mi hija...
Besos, José, feliz fin de semana
Mi infancia transcurrió en los 80 y fui feliz....entonces por qué no quedarse para siempre allí?...
Yo espero un nuevo renacimiento, porque hay una crisis creativa que sofoca. Lo loco es que la tecnología está cada vez más avanzada, pero ni eso equipara lo que se hacía en otras décadas. O será que nuestra mente está obsoleta.
Un abrazo.
HD
Leí recién hoy que es tu entrada N° 700.
Felicitaciones, colega demiurgo.
Yo apenas estoy a punto de llegar a las 200.
Una época demasiado idealizada, pero solo viví la última semana de ese 1989 así que no hablaré sin conocimiento de causa ;)
Nos leemos!
No se puede encerrar el tiempo en un vhs, ni en un trillón de therabytes. En eso estamos igual que hace 25 años.
Bien ahí amigo, bien...
Eso sí: en cuanto a música, los 70 rulean...
¡¡Aplausos!!
Hace poco mi nieta que tiene ocho años me pregunto que era eso; un videotaper,le dije y tuve que explicarle para que sevía, ni me acoradaba del nombre. Y las cintas para grabar en los pequeños grabadores que ya casi ni se consiguen, también asombraron su curiosidad.
Todo cambia, nosotros también.
saludos.
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