Era una de esas situaciones que, por lo
general, nadie se esperaba, pero,
como ahora nos encontramos hablando de ello, sabrán que, finalmente, ocurrió.
Así fue como me di cuenta que utilizaba muchas comas en una sola oración si es
que no hacía las mismas demasiado largas como para que alguien pudiera entender
lo que trataba de decir con ellas. Insuficiencia literaria, lo catalogaron los
médicos.
Una
compulsión a escribir sin fijarme en las convenciones de género, no tener, la
mayoría de las veces, nada realmente importante para decir, porque ese era el
problema, decir algo, ocupar un espacio, evitar el vacío del ruido permanente
del cual, al parecer, era el único que se percataba.
El
resto del universo continuaba sin inmutarse.
Rumbo
a su destrucción, por supuesto.
Y
yo con las medias rotas y la misma ropa interior desde hacía como tres semanas,
porque no tengo nada, al parecer, digno de ser dicho en voz alta, en palabras,
a los gritos, en una obra de teatro simbolista.
Ni
siquiera un grito desesperado de auxilio.
Solamente
insuficiencia literaria y una nula formación como persona que siquiera me
alcanza para pagar la renta a fin de mes. Nada.
Ni
tan siquiera un. (punto, para que se entienda)
11 comentarios:
A veces pasa... pero de la carencia nace algo, algo extraño, que la representa, un metalenguaje. Tiempo de no pasar por aquí, José, un abrazo y un gusto leerte.
Gracias Noelia por volver y tomarte el tiempo de leer éste blog una vez más.
Saludos
J.
Nada más humano y hermoso que sabernos carentes. El deseo es carencia. Y ojalá nunca pueda ser colmado. Gracias por los huecos, la red y el aire. Mis Saludos.
Esa manía de escribir, esa ansia de trascendencia, remaches inútiles de puntos suspensivos... ante la inmensidad del universo; llámense carencias.
Salud.
Ah las comas y la necedad ferviente de aparecer en muchos textos sin necesidad.
Saludos
Ves... éste es uno de esos textos destacables, resuma ironía y está escrito "con su propia tinta", ojalá me entiendas.
Muy bien, José.
Un abrazo.
HD
Tu texto me recuerda un día en que me rebelé ante esta carencia. Le dije: Bien, enfrentémonos.
Los ejercicios sin comas pueden resultar bien interesantes :)
¿No es un dicho muy conocido, "De la carencia nace la rebelión"?. Y de ahí, ¡quién sabe!
Abrazos.
Insuficiencia literaria. Eso sí que es grave colega demiurgo.
El universo parece que siempre muestra esa indiferencia.
Aunque a las convenciones de género hay que ignorarlas, a veces.
Lo que no creo que no tengas nada que sea digno de ser dicho.
tu texto me ha llegado tocandome muy de cerca...
un abrazo
Creo que insuficiencia literaria no es tu problema o al menos nunca lo he notado. Como a todos a veces la inspiración nos lleva y los párrafos se nos hacen largos. Y eso que mi profesor decía; nunca más de 30 palabras...
buena semana.
mariarosa
Gracias por las lecturas y los comentarios.
Nos leemos!
J.
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