domingo, 1 de junio de 2014

Como para no frustrarse


En conclusión, luego de años de estudios, de investigación, de búsquedas más o menos infructuosas, de reacciones alérgicas varias, de lectura de la mayor parte de la bibliografía disponible, y deslizándome lentamente hacia la muerte por aburrimiento (que, tengo entendido, es el peor tipo de muerte), cuanto logré resulta un tanto decepcionante.
            Es casi que trágico llegar hasta un lugar, luego de tantos esfuerzos, que no se parece en nada, pero en nada de nada, a lo que se espera encontrar. Sin embargo, mi director de investigación, el organizador del instituto y el dueño del laboratorio, mantienen una postura similar.
            Así es la ciencia. Uno nunca llega donde se propone llegar. El camino se ramifica. El ejemplo de Einstein buscando una forma más rápida de calentar las sobras de la comida del día anterior, que terminó con el descubrimiento de la bomba atómica, no es de mis favoritos.
            Uno siente que ha desperdiciado gran parte de su vida en un proyecto que concluye de otra manera, donde se frustran las expectativas y mueren los anhelos, acercándonos peligrosamente a ese gran miedo, ese pan-miedo con mucha de irracional pero, también, con varios componentes de verdad, que llaman depresión.
            Y, habiendo estado allí, lo que menos interés tengo es en regresar al mismo sitio.
            Pero, claro, las opciones restantes no son muchas.
            ¿Qué dicen? Ah, cierto, las conclusiones, claro. De eso era de lo que venía a hablarles ésta noche.
            En unas pocas palabras, la conclusión a la que arribé luego de tan arduos estudios es que un poeta no es un poeta sino es un poema en sí mismo.
          Así que, si alguien puede explicarme la razón por la que desperdicié todos esos años en la carrera de letras que no me enseñaron a ser poeta, los escucho.
             Soy todo oídos…

10 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Creo la carrera de letras no enseña a ser poeta, sino a saber de quienes se han convertido en poetas. Como creo que estudiar filosofía no garantiza ser filosofo.
¿Que hay que hacer, colega demiurgo?
No estoy seguro de saberlo.
Un poeta es su propia obra. Interesante planteo.

José A. García dijo...

Creo que eso, que la carrera de letras no enseñe a escribir, por ejemplo (o que historia no te enseñe a ser historiador), o hacer miles de cursos y talleres de teatros no te hacen un gran actor, es el gran problema que confunde siempre a la gente.

En letras deberían de enseñar a escribir. De eso no me cabe la menor duda.

Saludos!

J.

la MaLquEridA dijo...

Es fácil, los poetas nacen, no se hacen. Si usted no nació poeta ya se fregó. Eso digo yo.


Saludos

Martha Barnes dijo...

¡Vayas por el camino que vayas, en algún momento vas a hacer lo que depara tu íntimo deseo o necesidad, eso se llama "vocación"!!!Cariños Martha

mariarosa dijo...

"Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo."
— Julio Cortázar


Yo no sé responderte, pero me pareció que el maestro te dice algo....
Un abrazo.

mariarosa

Xindansvinto dijo...

Ser poeta es una manera de estar en el mundo. Luego (también, e incluso a su pesar) están los poemas; los cuales, si son buenos, siempre superan al poeta que los (re)creó (indagando, no sabiendo) como si fuera posible la poesía en este (¿nuestro?) mundo. La poesía se escribe a ciegas y con las manos abiertas, y por ahí pasa el poeta.

Salud.

censurasigloXXI dijo...

Pues no debe ser algo muy complejo, porque en esta web explican que siguiendo unos determinados pasos se hace uno poeta en un pispás.

http://es.wikihow.com/ser-poeta

Una forma metafórica de decir las cosas que no me va, la vuelta y vuelta con bonitas palabras me marea... lo único bueno que tiene la poesía es que es estrecha y me canso menos de leer porque muevo menos los ojos. Lo siento por los poetas pero me aburren soberanamente. Escasos poemas me han cautivado, amigo mío.

¡¡¡Eso sí, me enseñas un pedrusco con inscripciones y te hago marqués!!! :))

Un beso y tu café.

taty dijo...

En letras enseñan a escribir. Ahora, que los ensayos sobre otros escritores no tengan el lirismo de un poema, eso ya es otra cosa...

Xindansvinto no ha podido ponerlo mejor.

Podríamos entrar en debate y preguntarnos dónde queda el límite entre el arte que se puede enseñar y el que no es posible aprender.

Abrazos!

José A. García dijo...

Gracias por sus comentarios.

Por cierto que ésto no es algo que me haya sucedido a mí, sino que es algo que se siente cuando se transita por esos lugares.

Saludos

J.

Esilleviana dijo...

La vida debería crear o afianzar ciertas sensibilidades, pero creo que la experiencia en la mayoría de los casos, produce impasibilidad y cierto grado de crudeza... hoy no es un día para dar explicaciones, se lo aseguro... jaja

un abrazo