Ésta prisión carece de muros. Pero, así de
sencillo como suena, jamás es fácil comprender lo que aquí ocurre. Nadie dice
que las cosas siempre resultan bien y, al contrario, siempre puede suceder lo
contrario, algo diferente, algo feo, algo horrible.
Esta
ausencia de muros evidencia, también, la falta de sentido de mucho de lo que
vemos. Los guardias cambian sus ropajes constantemente, pero, aún así, el aura
del centinela los delata. Cuando están cerca no pueden disimular la sed del
dolor ajeno, el aroma de la pólvora, el murmullo de los huesos quebrándose y la
saliva que corre por la comisura de su boca. Cualquiera puede verlo, pero pocos
pueden entenderlo.
Los
muros invisibles intentan que nos sintamos a gusto con nuestra situación, y
evitemos, por supuesto, cualquier rebelión. Pero si este tormento es eterno es
porque algo en el mundo comenzó a funcionar mal. Y lo ha hecho hace tanto
tiempo que los errores, el odio, los problemas y el sufrimiento se han naturalizado
hasta tal punto que más violencia, mal o bien dirigida, en lugar de producir
algún cambio, confirma que aquello en lo que vivimos y denominamos sociedad es,
tan sólo, una prisión de muros dilatados y nada más.
11 comentarios:
La cuestión es, no sólo saberlo, sino también hacer algo con dicho conocimiento.
Suerte
J.
¿Como salir de ella si ni siquiera sabemos quienes somos?
Lo que define una cárcel no son sus muros... sino sus presos.
Exacto, Xindansvinto, a eso mismo me refería.
Saludos
J.
Tal vez el miedo a los guardias haga innecesarios a los muros. Miedo y tal vez paranoia, tal vez algunos supuestos guardias no lo sean. Pero la paranoia puede estar justificada. El miedo a guardias pueden ser que algunos se comporten como tales, sin serlo.
¿Pero cómo puede alguien tenerle miedo a los guardias, si ni siquiera sabe que está preso?
Punzante. Abrazos.
Aparte de la lima dentro del pan, hay algunas formas de evadirse, pocas pero las hay.
Podemos vivir en el monte solos...
Podemos eliminar prejuicios impuestos y sin juicio...
Podemos saltarnos alguna norma para favorecer a los necesitados...
Pero hay tantos que disfrutan del dolor, la necesidad, los malos resultados, la humillación, la pobreza o la muerte ajena, que da miedo hasta pensar en qué razones tendrán ¿O no tendrán ninguna y simplemente son unos miserables?
Demasiado altos son los muros invisibles. Hoy nos han negado ayuda alimentaria entre carcajadas por ser de un municipio que no está en la lista,,, y no lo está por un simple olvido.
Un abrazo y tu cafelito, amigo.
Gracias a todos por sus comentarios. Ayudan a seguir escribiendo con ganas de hacerlo.
Saludos!
J.
Es como cuando Pizarnik dice: "La jaula se hizo pájaro, ¿qué haré (ahora) con el miedo?"
La cárcel del pensamiento cuadriculado... buena metáfora.
un abrazo
Acabas de describir lo que es la prisión de cristal y hasta la situación de mi país (Venezuela) con respecto a su "segunda independencia"
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