Comenzar diciendo que aquella era una situación
inesperada, carecerá de sentido, ya que el decirlo no aportaría nada a su
explicación. Es más, casi que complicaría un poco más aquello que, en
definitiva, tendría que ser mucho más sencillo.
La
citación a compadecer ante el Gran Jurado estaba en un sobre cerrado, lacrado
con las siglas inconfundibles del Ministerio del Humor. Después de tantos años,
se habían percatado que ejercía sin la reglamentaria licencia de los tres
sellos. Alguien me había denunciado, algún amante despechado, alguien que se
hubiera ofendido por mi risa, o quien haya leído mi libro de memorias publicado
varios años atrás donde dejaba bien en claro por dónde me pasaba las
regulaciones del Ministerio.
Nadie
ajeno a la casta política puede hacer reír y reírse (de ó con los otros); los
excluidos de dicha casta son incapaces de pronunciar palabra cómica alguna.
Llevaba
más de tres décadas hasta que, por fin, se percataron de su error.
El
último humorista libre del mundo (o del país, que, al fin y al cabo, siempre
termina por ser lo mismo), caía, tras una guerra silenciosa, en las garras de
la opresión.
Lo
sabía, aún antes de abrir ese sobre. Me condenaban al ostracismo, a las artes
menores, o tal vez a conducir un taxi por el resto de mi vida. Y yo, que siempre
me alimenté bien y cuidé de mis dientes, sabía que me quedaban varios años por
vivir. Esa era mi suerte y mi fortuna.
Al
menos sé que, si he de abandonar mi profesión, lo haré con mis mejores galas.
Porque
así como sabía que éste día llegaría, me preparé para el mismo guardando los
mejores chistes de mi cosecha personal para arrancarles a esos malditos
burócratas, las suficientes risas que los envíen directamente a sus tumbas.
Pasaré
a la historia, aún a pesar de todo, ya sabrán sobre mí.
8 comentarios:
Que genial venganza, matarlos de risa. Literalmente.
Nunca mejor dicho: Literalmente.
Saludos!
J.
Genial tu publicaciòn. Enhorabuena
un abrazo
fus
Que raro la burocracia y la política matando ideas..
-¡Escuchá este que te vas a morir de risa! Resulta que...
jajaja, siempre admiro a los que poseen el don de hacer reír, el tuyo es además inteligente.
Saludos y feliz semana.
Ah, qué bueno, en Grecia dicen que ojalá te pique el ... y las manos no te lleguen para rascarte, así te arrastres por los suelos como los perros. Ya, ya sé que no es muy fino, jajaja! Pero entre una forma u otra de vengarme no sé con cuál me quedaría!
Un abrazo, te respondí al comentario que hiciste en mi blog.
El humor es un arma que no todos manejamos/an. De un tiempo a esta parte, se han manifestado o se han mostrado muchos humoristas críticos con la sociedad y el sistema que estamos padeciendo. Aquí en España tenemos clásicos y veteranos como Gran Wyoming, pero igualmente ocupan un lugar importante Buenafuente, J. Reyes, E. Hache, D. Navarro, D. Broncano, D. Rovira... y muchos más.
Me alegro de que no acaben con nuestro/vuestro humor :))
un abrazo
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