Esa maldita línea que siempre se mueve, que
sólo se está quieta cuando nosotros reposamos, como si conociera nuestra
debilidad. Esa maldita línea que se enquista frente a nuestros ojos, como
burlándose, riéndose, de nuestros errores, de nuestros defectos, o no.
O
no, no. Sé que lo hace. Por eso continúa allí, siempre en el mismo lugar, a un
paso más de distancia cuando caminamos, alejándose a la velocidad del rayo
cuando corremos, esforzándose por burlarse de nosotros, de mí, de nosotros, de
mí.
Maldita
línea infranqueable, que me condena a ser su eterno perseguidor, para no
dejarme descansar nunca, ni siquiera un segundo. Ni siquiera eso.
Seremos
legiones de hombres levantándonos uno detrás de otro, persiguiéndote. Si uno cae, si uno descansa, si uno muere, habrá otros (en número incontable),
dispuestos a perseguirte, a acribillarte a miradas, a empujarte con el deseo.
Sé
que puedes huir y que lo harás sin dudarlo. Pero todo tiene un límite, y hasta
donde llegue mi poder de hombre amo de la creación y destructor de mundos, sé
que te alcanzaré, que llegaré, que serás derrotada, humillada, quebrada en
tantas partes como manos se apoderen de ti, hasta hacerte desaparecer.
Y
sólo entonces sabremos qué se esconde más allá de los límites del horizonte y
el crepúsculo. Pero sólo entonces.
5 comentarios:
Vaya tema difícil. ¿Cómo llegar? Es imposible, siempre está metras adelante. Muy buena entrada y muy bien escrita. El mar me despierta tantas preguntas cuando lo miro desde la orilla, al menos me reconforta saber que hay varios locos, que no estoy sola.
mariarosa
¿qué sentido tiene la metáfora de querer derrotar, humillar o quebrar el horizonte?
¿Porque nunca sabemos bastante por más que andemos y andemos, y nuestro conocimiento tiene límites por más que nos esforcemos?
Ya me cuentas...
O me falta el cafelito de mediodía...
Abrazo.
Tal vez ese grupo que trata de alcanzar el horizonte se choque con otro grupo, que trata de alcanzar el horizonte en otra direción.
Te dejé un premio en mi blog, colega demiurgo.
El horizonte, esa línea inquebrantable que siempre hemos mirado con curiosidad, con intención de investigar, con gran análisis y reconocimiento con la intención de saber más y estar a la altura de los dioses... nunca llegaremos a sobrepasarla.
un abrazo
Creo que lo que vivimos se parece más a una carrera en postas que a un horizonte todista, ¿no?
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