jueves, 10 de abril de 2014

Judy Garland no sabía mentir

La portada del libro resultaba sugestiva si conocías a la persona de la fotografía, de otro modo pasaría desapercibida en la vorágine de papel que lo rodeaba. Era un misterio, al menos para mí, pues creía conocer todo lo escrito —o la gran mayoría— sobre el tema. Pero aquel libro, que se encargaba de demostrar mi ignorancia, me molestaba, mucho, sobremanera. Empecé a odiarlo antes de pagarlo en efectivo en la caja —preferí el efectivo para que no quedara ningún registro de aquella transacción.
            Judy Garland no sabía mentir era su título; en la portada resaltaba una fotografía de Rita Hayworth provocativa, como cuando joven. El nombre del autor, escrito en caracteres cirílicos, era indescifrable.
            El vendedor, recomendándomelo con palabras de alabanza cargadas de superlativos, logró quebrar la poca resistencia. Parecía un fanático más del cine de épocas remotas, y con tanto entusiasmo que días después de salir del tugurio de los mercaderes, continuaba oyendo su voz. En mi caso en verdad amaba a esa chica; Judy era mi actriz favorita del milenio anterior. Rita no lo era tanto; tal vez sería la quinta o sexta opción de tener que hacer una lista exhaustiva. Pero, llegado el caso, podía mirarla con buenos ojos si la inclusión de su fotografía explicaba algo del libro cerrado en su bolsa de nylon para que la gente evitara manosearlo.
            Un detalle no menor, ya que el libro sobado por infinidad de manos carece del valor de una copia del mismo en su envoltorio original, cualquier coleccionista lo sabe.
            Cuando llegué a mi cubículo habitacional descubrí que el título era fiel a su contenido. A diferencia de aquel vendedor que sabía hacerlo muy bien, Judy Garland no mentía ni una única vez en ninguna de las cuatrocientas treinta páginas en blanco del libro.

Judy:
 Rita:

10 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Si alguien no dice algo, si no escribe nada, efectivamente no miente.
Algo más para tener en cuenta en caso de un encuentro con un genio que concede deseos litarales.

Melisa Reinhold dijo...

Me gustó mucho el escrito, fue interesante

mariarosa dijo...

Y cómo resultó el libro?
Tanto Judy como Rita, fueron dos buenas actrices, tal vez Judy más que Rita, y muy desgraciadas en sus vidas.

Saludos.

censurasigloXXI dijo...

Tal vez es mejor que estuviera en blanco, así se evita el maquillar sus vidas.

Me gustó esa sensación que explicas sobre el sentimiento que provoca el que te saquen de la ignorancia. Desmitificar cualquier concepto o a cualquier persona a la que se estima como buena persona, buena actriz, buen matemático, buena científica... es duro, porque la mente tiene que recomponer sus casilleros de nuevo y a veces no es fácil. Bueno, a mí me gusta en extremo que me abran los ojos :))

Saludos y cafelito.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Por aquí de nuevo, disfrutando de tus cosillas.

Saludos.

la MaLquEridA dijo...

Quien sabe nada de nadie si uno mismo no sabe quien es.


Saludos

Esilleviana dijo...

El pobre escritor estaría sufriendo... sabiendo que la editorial?? en la portada confundió a Rita Hayworth con Judy Garland. Cuanta profesionalidad...

un abrazo

Humberto Dib dijo...

Me gusta lo que decís en este texto, hay algo de novedoso, no se parece a lo que últimamente pulula en la red.
Vuelvo a mi silencio.
Un fuerte abrazo.
HD

Tramos dijo...

Llego por esos caminos, y bueno , sencillamente me apetece quedarme por convencerme tu manera de escribir, el hecho de que no lo haga yo bien no me aleja de discernir quien me gusta y quien, no.

Y en esta decisión no hay ningún mercader para influir.

Besos muchos ♥♥

tRamos

Giovanna dijo...

Esa Rita, siempre cómplice de los buenos villanos. ¿Recuerdas "Sueños de fuga? :)