jueves, 26 de diciembre de 2013

La resignación o la fábula de la fe

Extendiste tu mano, si por azar o casualidad lo mismo da, y me tocaste, apenas, con al punta de tus dedos. Fue tan sólo un instante cuando tu piel se rozó con la mía.
Perfecto, único, irrepetible.
Uno de esos momentos que, antes de volverse rutinarios, nos acercan un poco más, a la divinidad de ser dos y volvernos uno. De retornar al ideal, al amor sin igual.
Pero el tiempo lo enferma todo, todo, todo. Y tan pronto como nos acostumbramos a nuestros cuerpos desnudos, comenzamos a odiarnos.
En silencio.
Con la mirada.
Ignorándonos.
Como si el simple contacto de otra piel con la mía, de tus labios con los míos, de mis ojos con los tuyos, no fuera, en definitiva, más que un recuerdo carente de valor.


9 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

¿Solo el tiempo fue el culpable? ¿O hay una condición autodestructiva que incluso destruye las emociones?
O tal vez errores como considerar al amor como un contrato de exclusividad, citando a Attaque 77.

Esilleviana dijo...

Me gusta la imagen y el simbolismo que representa: al final resulta que todos tenemos algo de habilidad para transformarnos según la situación, como un camaleón. En un tiempo podemos querer o ser apasionados de alguien o algo y en otra etapa, desinteresarse totalmente por ese asunto.

felices fiestas en buena compañía y te deseo un mejor o buen año 2014.

un abrazo

Martha Barnes dijo...

Ningún recuerdo es carente de valor.Cuando pasa el tiempo uno va creciendo y cuando eso ocurre, resulta, que somos nuevos seres y ya no vemos las cosas como antes,porque hemos crecido.Si tenés un buen compañero, el amor se convierte,no termina ,pero no es el mismo.Cariños Martha

Anónimo dijo...

Ufff "vivir consiste en construir futuros recuerdos". Saludos. P.

BEATRIZ dijo...

La metáfora es inteligente, lo demás desafortunado.

Saludos de fin de año.

Mientrasleo dijo...

El tiempo que lo enferma dicen que también es el que todo lo cura
No culpemos al tiempo
Besos

Boris Estebitan dijo...

Del amor al odio hay un paso y a veces el tiempo destruye el amor, saludos amigo, te deseo el mejor de los años, feliz 2014.

taty dijo...

"En silencio.
Con la mirada.
Ignorándonos."

Es que el odio así, callado y despacito es mucho más amargo que el odio abierto de cualquier gesto.

Abrazos, nos seguimos leyendo en el 2014. Mientras tanto, felices fiestas!

Vivian dijo...

Qué bonito! Me gusta ese título, y hasta me quedaría sólo con: La resignación.
La rutina es cruel, pero antes de que ésta haga estragos todo es mágico; el temblor, la piel, los pájaros, la ilusión, nosotros en el espejo…
Me encanta el final, y la imagen es genial.
Un abrazo