viernes, 20 de diciembre de 2013

El mundo no se acabará, sólo nosotros lo haremos

Como sucede siempre con los cambios realmente revolucionarios que no necesitan recurrir a la violencia para concretarse, solo nos damos cuenta de lo sucedido cuando se encuentran en pleno auge. En ese punto, más que revolucionarios se transforman, poco a poco, en una visión conservadora del mundo.
            Así, pues, cuando la noticia llego a los medios masivos de comunicagación, a la pseudo-opinión pública, a las mesas de cada hogar, a los salones de belleza y los juegos de video, ya era apenas una novedad vieja.
            Nunca sabremos cómo comenzó, pero sabemos que el primer atisbo de ello fue el dicho más peligroso que mono con navaja, y, al parecer, dicho dicho no era más que la afirmación de una verdad. En esa época, los monos comenzaban a dominar las patinetas.
            Luego vinieron los lagartos con yates propios, los delfines que adquirían en cómodas cuotas submarinos nucleares en desuso del decadente ejército de la ONU. No sé si lo recordarán, pero las cuotas eran en cornalitos y no en moneda de uso corriente. Ni qué hablar cuando las últimas familias de osos pandas (blancos y rojos), juntaron sus ahorros, compraron unas cuantas miles de hectáreas de plantaciones de bambú y expulsaron a todos los habitantes humanos de sus nuevos territorios; y es que un poco de justicia poética no viene mal de vez en cuando (o, en éste caso, justicia pandética).
            Los hombres comunes, por supuestos, reaccionaron tarde.
            Tal vez cuando descubrimos que los basset hound, esos perros tan graciosos como tiernos, portaban en sus cinturones, terribles revólveres Colt del 38. O cuando descubrimos la verdad sobre la guerra bacteriológica de las palomas; ese fue, en verdad, un día realmente terrible para la humanidad.
            A partir de ese momento, ya todo estaba perdido. Infinidad de hombres grises y anodinos habían dado a sus animales, creados por la voluntad de alguno de los infinitos dioses que pueblan nuestra imaginación, las armas de nuestra propia destrucción. Nada podíamos hacer frente a los tanques piloteados por ciervos adolescentes, o los comandos tácticos de conejos que se encargan de roer los cables de alta tensión de las centrales hidroeléctricas aun a riesgos de sus propias vidas.
            Ellos, que nos dejaron vivir el sueño de la dominación mundial, no nos dejarán destruir la Tierra, su mundo (no el nuestro). Nos dejarán morir, como hicimos con ellos, destruyendo nuestro hábitat urbano, restaurando la naturaleza oculta debajo del asfalto.
         Mientras tanto, nosotros, que apenas somos humanos, no sabremos nunca cómo agradecerles tan desinteresada ayuda. Nunca lo sabremos porque la ignorancia ha sido, siempre, la mejor de nuestras aptitudes.

Una imagen más de la hecatombe:

9 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Se hará justicia. Lo que les hemos quitado y destruido poco a poco renacerá entre sus manos, o... entre sus patas.

No quisiera pensar que harían mis chihuahuas o mi gato o mi pez en tal caso

Saludos

censurasigloXXI dijo...

Pues yo creo que este planeta, la única aberración genética que somos los humanos, sobramos desde siempre...

Voy a vigilar la espalda de mi pez a ver si le veo alguna granada.

Un saludo y tu cafelito.

Esilleviana dijo...

Me parece una estupenda forma de desear felices fiestas: respeto a todo el ser vivo. El comentario de La Malquerida es muy interesante, se necesita una especie de justicia divina sobre toda existencia material.

un abrazo profesor

Boris Estebitan dijo...

Hola, que tengas un lindo fin de semana navideña, un placer descubrir tu bello blog, feliz Sábado, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un poema mío titulado “El guerrero Pegaso”, espero que te agrade, puse mucho de mí para escribirlo, saludos cordiales y un abrazo enorme. Hay que respetar a todo ser vivo y cuidar a nuestro planeta.

Pipipi 7 dijo...

no somos, nada más y nada menos, que el cáncer del planeta.

Anónimo dijo...

"Apenas somos humanos"
Pfff
Saludos, Estimado. P.

taty dijo...

Ese final es un hachazo :o

De pronto se me ocurre que lo de la navidad como que no cabe aquí, no sea que los renos se sumen a la sublevación también, y cómo se lo explico a mi hijita!

Un abrazo, nos leemos.

Boris Estebitan dijo...

Feliz Navidad, saludos cordiales, el Blog de Boris Estebitan te desea las mejores fiestas :)

Manco Cretino dijo...

Pucha... CUANTA VERDAD SUELTA!!!
Pero de todas maneras... qué lindo Ser Humano (juejue).
Un (medio) abrazo navideño de este Cretino.