jueves, 21 de noviembre de 2013

Transmigración


Hasta ese entonces no me había percatado de algo que, en la actualidad, se torna sumamente obvio tanto para mí como para aquellos que me adoran.
           Nunca creí demasiado en nada. Pasaba mis días haciendo y deshaciendo entuertos como el que más sin darle demasiada importancia a las doctrinas filiales. Algo que, sin dudas, ayudó a que me diferenciara de los demás. De todos, de nadie, de mí mismo.
           La vida licenciosa tiene un límite, que suele llamarse aburrimiento, rutina, o la muerte diaria.
            La búsqueda de la trascendencia, también.
           El convertirse uno mismo en algo digno de ser buscado y apreciado por otro, puede llevar un poco más de tiempo.
            El momento exacto de dicho descubrimiento lo ignoro, la idea fue cobrando fuerza, presencia, sentido, en mi pensamiento, hasta que se volvió algo externo a mí, algo superior.
            La idea se transformó en mí.
            Y yo me convertí en la idea.
            Sólo fue necesario que pronunciara una frase:
—Yo soy el aire.
Para que comenzara la desintegración de mi ser físico.
Ahora estoy en todas partes, donde mires, donde busques, aunque no me veas, allí estoy. Incluso dentro de ti, como lo estoy de cada hombres y mujer que puebla el universo. Siendo parte de los seres más minúsculos así como, también, del más poderoso.
Lo que importa es que soy. Ustedes ya lo saben.

7 comentarios:

José A. García dijo...

Hay muchos lectores fantasmas que no sea animan a comentar.

Sepan que están tod@s invitados a hacerlo, sin miedo, que no serán juzgados por sus palabras.

Al menos no todavía...

Saludos y Suerte

J.

censurasigloXXI dijo...

Pues me parece que ese ser tenía un complejo de divinidad arrogante...

ESO, ESO...

Animaos, animaos a comentar, José no critica ni se come a nadie y mira que yo he hecho comentarios de "verdad" :))) Además invita a pastas cada vez que vienes...

Un abrazo y tu cafelito.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me pregunto cuan aburrido se necesita estar, a la vida licenciosa o la busqueda de trascendencial, para desear transformarse en un ser tan disperso, inmaterial.
Salvo que las sensaciones sean más intensas, colega demiurgo.

la MaLquEridA dijo...

Nadie nota la presencia de alguien tan poderoso como el aire.
Aún siendo tan importante nadie repara en él.


Saludos

taty dijo...

Ah, está buenísimo!! Me recuerda aquella canción de Mecano, "Aire" pero aquí pasa de una experiencia personal y nos estás tocando el hombro a todos.

"La muerte diaria" es probablemente una de las imágenes que más me obsesiona a la hora de escribir :)

Saludos!

aristio dijo...

Pues si mal no recuerdo el primer principio de la metafisica es: una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo.

Pienso (fuera de las metaforas en las que subsumiste esta entrada) que lo que debemos buscar es evolucionar (la involución me parece que no es algo que cientificamente exista) como seres humanos.

Hay cosas que jamas aburre... si te contara....

Un abrazo, muchos saludos y un buen finde.

Esilleviana dijo...

Pero a pesar de todo, siempre queda algún pequeño rastro que todo fantasma desea perdurar o que se mantenga. Te confieso que casi... siempre que entro en tu blog te comento en la misma noche o al menos, el día siguiente.

un abrazo :))