Ésta diatriba está dirigida a esos idiotas que
te ven esperando en la esquina, de pie, a que cambie el color del semáforo y
levantan, con el rostro cargado de preocupación y fingida tranquilidad, el
vidrio de todas las ventanillas y traban las puertas.
Porque, por supuesto, todos aquellos
que carecemos de un vehículo a motor, pensamos siempre en formas de arruinar lo
que no tenemos. En robar relojes pulsera, en manotear anteojos de sol, pañuelos
de falsa seda o carteras desprotegidas. Si, es cierto, cada peatón es un ladrón
en potencia que esconde entre sus ropas una lata de pintura, una bujía caliente,
líquido para frenos o folletos de los testigos de jehová. O, quizá, piensan que
tenemos todo eso junto en los bolsillos de las camisas, de los pantalones;
escondidos allí donde no pega el sol.
Hacen bien encerrándose, porque
ignoran de lo que somos capaces. Pero, parecen olvidar, que un simple vidrio,
no nos detendrá.
6 comentarios:
El error es, por supuesto, ponerlos sobre aviso de la situación...
Saludos
J.
Me asusta pensar en la violencia y en tener que cuidarme de la gente cualquiera que sea.
Un abrazo
Pues yo soy una de ellos, porque en un semáforo de una céntrica plaza y a mediodía, un degenerado abrió la puerta del conductor, que era yo, me dio un tirón en el brazo, metió medio cuerpo en el coche y se llevó la olsa que tenía el el asiento del copiloto. No sé de dónde salió porque ni tiempo tuve de verle, pero recuerdo el apestoso olor y el dolor de hombro que 12 años después todavía me dura... Además del susto y de la renovación de toda la documentación, tarjeta del banco, etc...
Hay algunos que tenemos razones.
Un abrazo y tu cafelito.
El personaje suena más amenazante que desprejuiciador.
El problema es que ya nadie se siente seguro, ni dentro ni fuera de un vehículo.
Por otra parte, soy de los que padecen la 'portación de rostro', no me resulta nada fácil.
Un abrazo, José.
HD
y ni hablar de los que ni notan tu presencia húmeda bajo la lluvia esperando en la esquina a que alguno se digne a frenar para que desde la calidez del interior del auto te haga un gesto con la mano invitándote a cruzar.
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