Es así el destino, muchacha, y bien sabes que,
una vez vaticinado, poco es lo que puedes hacer para modificarlo. No porque se
encuentre inscrito en algún libro inexistente, sino por la simple falta de
voluntad que te caracteriza. Lo sabes mejor que nadie, porque es tu vida la que
desperdicias, la tuya y ninguna otra.
Sonará a sentencia, a maldición
sobre tu persona, y de nada sirve decir lo contrario porque tampoco lo
creerías. Pero, para ti, la soledad es algo mucho más grande que un castigo,
más terrible que una maldición.
Porque, en tu caso, en tu único
caso, aprenderás a vivir en soledad reprochándote cada mentira dicha como si
fuera la última, cuando sabes muy bien que con la mentira nunca se termina un
noviazgo.
5 comentarios:
Se sugiere algo más que no se cuente. ¿Que habrá terminado con esa relación, que falta habrá cometido para que se lo reprochen tan duramente? Y para que le auguren un futuro tan oscuro.
¿Qué la hace mentir?
Hay casos donde la mentira es una enfermedad, no la pueden evitar o hay que tratarlas....
mariarosa
Interesantes líneas para analizarlas... Aunque me temo que tienen mucha apertura interpretativa, y los lectores atinaríamos distintas perspectivas. Por ejemplo en la última frase, yo diría "que con la mentira nunca de se debería terminar un noviazgo". Es que en mi caso si me mienten el noviazgo se termina indefectiblemente, jaja. Quién sabe, hay mentirillas y mentirillas.
Un gusto pasarme por aquí, José.
Hay mentiras piadosas? para no causar pena y tristeza a los otros y a nosotros mismos... podría ser?
:))
un abrazo
La mentira puede ser el final de algo valioso, o el principio.
Tiene ponch tu post.
Saludos.
Publicar un comentario