viernes, 2 de agosto de 2013

Musa

Ayúdame, oh, Musa, a responder la pregunta que tantos quieren conocer. No ya si los inmortales existen, puesto que ello no amerita discusión alguna. Ellos son para nosotros lo que nosotros para los animales. Seres tan superiores que ni siquiera podemos pretender comprender.
Pero, joven y hermosa Musa, las dudas son la razón de ser del hombre, que siempre un poco más ansía por conocer. Me han preguntado cosas toda la vida, y a cada una he respondido con sabiduría y consejo. Mas ha llegado el día en el que todo mi conocimiento no es suficiente para completar mi labor.
Oh, preciosa Musa, dime, si es que tú sabes del tema; ¿cómo se compone la memoria de un inmortal? Oh, Musa, queremos saber, tanto aquellos que me escuchan aquí hoy, como yo mismo, qué es capaz de recordar un inmortal.
Si han estado vivos por un tiempo incalculable para los hombres. Si han visto ciudades nacer y morir. Si han visto reinos surgir en el polvo y acabar en la arena. Si han visto al mar escupir la tierra. ¿Qué de todo ello recuerdan?
Tal vez su poder de vivir para siempre les permita, también, tener presente cada acontecimiento. Desde los más pequeños, como el nacimiento de una flor, hasta los más inconmensurables, como la geografía de los mundos y del sol que giran en torno a la tierra.
Pero no lo sabemos, oh, Musa.
Quizá su memoria no sea ilimitada. Y se parezcan a los hombres que, con la edad, comiencen a olvidar los hechos acontecidos añares antes de la aparición de nuestro pueblo. Quizá no recuerden cómo fue que crearon el mundo, sino sólo que fue obra suya. Quizá no rememoren las guerras pasadas, sino que se contentan con haberlas ganado, saliendo siempre victoriosos ante los otros dioses.
Dinos, oh, Musa sabia e inmortal. ¿Qué recuerda un dios, qué sabe de nosotros y de ti, del mundo, del pasado y del futuro? Dinos cuanto sepas, oh bella y encantadora Musa.
Pero, si en tus manos se encuentra ésta posibilidad, líbranos, oh Musa, siempre que nos sea posible así elegirlo, de los dioses escleróticos…

4 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Si la musa te responde, apareciendose ante vos, colega demiurgo, te voy a tener mucha envidia.
Son interesante preguntas las que planteas, dignas de una musa.
Tal vez recuerden lo que consideren más significativo. Tal vez tengan a alguien encargado de que los recuerdos no se pierdan.

José A. García dijo...

No soy yo quien canta, pero si por casualidad recibo alguna señal y/o respuesta, te paso el dato.

La idea de qué puede recordar un inmortal siempre me planteó dudas y posibilidades. ¿Cómo tendría que ser dicho personaje para poder saberlo todo? ¿Recordaba todos los hechos o sólo los que había vivido/contemplado? ¿Qué? ¿Qué? ¿QUÉ?

Saludos

J.

Noelia A dijo...

Líbranos de los dioses escleróticos, muy bien, ¡me ha dado gracia! Imaginennos, una vez en el infierno, preguntandole a Dios o a un dios, "¿por qué estoy aquí?" Y éste respondiendo. "oh, no sé, algo has debido haber hecho!" jaja

Saludos, José, muy constructivo tu relato.

Esilleviana dijo...

La duda es si tendrá tema de conversación nuestra Musa inspiradora cuando descubra que no hay tal dios anquilosado?

un abrazo