viernes, 28 de junio de 2013

Trilogía de la Credulidad - Volumen II


Existe un tipo de hombre (que también a veces es mujer, pero nunca será un niño), que posee un defecto perturbador según los parámetros de la sociedad, ya que se trata de un incrédulo confeso.
Así como lo leen, es capaz de no creer en ninguna cosa, ni buena ni mala, aún cuando se le presenten todas las evidencias necesarias para convencer a cualquier otro, para él nunca son suficientes.
Lo que más asusta de éste tipo de personas, no es su capacidad para escaparle a las rutinas diarias, si no que ellos, y solamente ellos, son capaces de creer sí mismos.

5 comentarios:

José A. García dijo...

Tampoco cree en milagros, ni que los tiempos pasados fueron mejores ni que antes estábamos peor.

Nada.

Suerte!

J.

José A. García dijo...

En otras palabras, es casi un desgraciado.

Saludos

J.

José A. García dijo...

Aunque podríamos definirlo, también, como un argentino, pero como es factible encontrarlo en otras latitudes, esta denominación no tiene mucha aceptación en el resto del universo.

SaludosX2

J.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Y curiosamente, son gente capaces de creer en las más inverosimiles teorias conspirativas, para justificar que tal cosa no sucedión.

Esilleviana dijo...

Creer en uno mismo, en estos tiempos... es todo un privilegio.

Un abrazo :)