Existe un tipo de hombre (que también a veces
es mujer, pero nunca será un niño), que posee un defecto perturbador según los
parámetros de la sociedad, ya que se trata de un incrédulo confeso.
Así como lo leen, es capaz de no
creer en ninguna cosa, ni buena ni mala, aún cuando se le presenten todas las
evidencias necesarias para convencer a cualquier otro, para él nunca son
suficientes.
Lo que más asusta de éste tipo de
personas, no es su capacidad para escaparle a las rutinas diarias, si no que ellos,
y solamente ellos, son capaces de creer sí mismos.
5 comentarios:
Tampoco cree en milagros, ni que los tiempos pasados fueron mejores ni que antes estábamos peor.
Nada.
Suerte!
J.
En otras palabras, es casi un desgraciado.
Saludos
J.
Aunque podríamos definirlo, también, como un argentino, pero como es factible encontrarlo en otras latitudes, esta denominación no tiene mucha aceptación en el resto del universo.
SaludosX2
J.
Y curiosamente, son gente capaces de creer en las más inverosimiles teorias conspirativas, para justificar que tal cosa no sucedión.
Creer en uno mismo, en estos tiempos... es todo un privilegio.
Un abrazo :)
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