La extrañeza puede tomar diferentes formas,
algunas tan sutiles que apenas somos capaces de percatarnos de ellas; de abrir
los ojos sólo lo suficiente para notarlo. Porque no siempre hace falta abrirlos
cuanto podemos, pero tampoco es posible ver con los ojos cerrados.
Eso lo sabe cualquiera.
Leer lo sutil en un mundo bárbaro e
incivilizado como el que nos toca en suerte en éste siglo, es un ejercicio
complicado que requiere de tiempo, práctica y de muchos pequeños detalles que
construyen sobre nosotros un armazón que, como una muleta, o una silla de
ruedas, nos ayuda a avanzar.
Tal vez no sepamos bien hacia dónde
pero, de todos modos, avanzamos.
El hombre no está hecho para las
novedades, las verdaderas novedades. No. El hombre vive en su circunstancia, y
esa circunstancia se llama rutina. Una tan rígida que no permite más que
pequeños cambios, minúsculos. Casi imperceptibles.
Pero una sumatoria de pequeñas
modificaciones puede crear una nueva rutina. Una que se presenta como alternativa
pero que, en definitiva, no es más que otra simple y repetitiva rutina.
Todo se reduce a que no sabemos ver.
Miramos sin dejar que los ojos se posen sobre nada, como queriendo evitar
ensuciarnos con lo que vemos o, al contrario, ensuciar lo que miramos. Porque
algunas miradas son peores que otras.
La gracia, si es que la hay, no es
fácil de descubrir, porque a estas cosas nunca nombradas, el 50% de la
humanidad la denomina vida, mientras que el otro 50% lo llama, con menos
ribetes alegóricos y artísticos, muerte.
7 comentarios:
¿De qué lado quieren estar ustedes?
Les dejo esa duda.
Saludos
J.
Depende,José,la rutina para los niños es seguridad, sus horas de comida, de sueño, etc, hacen que su mundo les parezca seguro y fiable, para los adultos, la rutina acaba con muchas cosas de la vida, entre ellas la pasión y la curiosidad por vivir experiencias, la creatividad; todo depende...
Interesante escrito y propuesta.
Un abrazo
Vivimos la muerte de nuestras almas y ellas mueren nuestra vida...
Para mí, toda rutina es muerte. Aunque es tan pavorosamente fácil caer en una...
Nada más fácil que decirnos todos los días: "hoy voy a hacer algo diferente..."
Y no darnos cuenta de nada.
Saludos!
J.
Entiendo tus palabras porque observar nuestro alrededor, mirar con ojos nuevos supone esfuerzo, cansancio, entrega y dedicación que no siempre estamos dispuestos a proporcionar a esa labor. Pero tendríamos que leer más palabras como las tuyas que nos recordaran que hay que recargan nuestra página diaria...
un abrazo
Lo extraño puede estar muy cerca, lo que convencionalmente se conoce como realidad me parece algo extraño.
Publicar un comentario