sábado, 5 de enero de 2013

Sobre los tristes hechos de los hombres que no acataban los designios de sus corazones

Dicen los que saben que la ignorancia es la mejor inteligencia. Eso dicen, aunque sea una fragante contradicción al sentido común. Sin embargo, nadie puede contradecir tan rebuscada lógica. Yo mismo, por ejemplo, lo aprendí a fuerza del error.
El mundo se iba al tacho y a nadie parecía importarle aún, sólo a unos pocos adelantados a su época que podían percibir los males que se aproximaban. Delirantes, los llamaban en los medios de comunicación mínima.
Entenderán, entonces, al menos un poco, espero, mi reacción cuando, en medio de un corto viaje en subterráneo, un señor de avanzada edad se acercó para hablarme. Alguien que, por supuesto, no conocía, se acercó a mí, me tendió primero una mano vacía para saludarme y, luego de un ligero apretón de reconocimiento, me entregó un viejo pistolón Safari, de esos que antes se usaban para masacrar impunemente elefantes.
—Lo veo apesadumbrado, m´hijo —comenzó a decir cuando se cruzó con mi mirada de desconcierto—, y no quiero que acaba usted mal, vio. Por eso le presto mi revolver.
—Qué… —carraspeé varias veces antes de poder continuar—. ¿Qué se supone que debo hacer?
—Sea precavido —dijo guiñándome un ojo—, mate a una dama, hombre.
—¿Eh…?
—¿O acaso usted conoce alguna Sociedad Protectora de Damiselas en Peligro? No. Sólo las hay de animales, plantas, minerales, muebles, patrimonios de la humanidad, tesoros nacionales, centros de recreación, aguas dulces, plumas verdes y, si no me equivoco, ninguna más. Ya lo ve, pues, adelante —dijo señalando al montón de cabezas y cuerpos que se apretujaban contra una de las puertas mientas el tren se acercaba a la estación—. Ellas se lo merecen —dijo el viejo entre dientes y guiñándome con ambos ojos.
Creo que era rabia, o resentimiento, lo que escuché en su voz; pero aquel pistolón se sentía tan bien en mi mano. Me sentía tan poderoso que, aun sabiéndome contrario a todo tipo de la violencia, no pude evitar ponerme de pié y apuntar al azar.

Pistolón tipo Safari:

7 comentarios:

Julieta en jumper dijo...

Sí, no sé si la mejor inteligencia, pero definitivamente le evita a uno muchos problemas.
Por ejemplo en esas personas que, por ignorar el hecho de estar siendo apuntadas, se ahorraron un miedo espeluznante...

Manco Cretino dijo...

"...Me puse de pie lentamente y apunté al azar... y le di a una monja... mal presagio para este año...!"

Noelia A dijo...

Buen ejemplo de feminicidio, y alentado por la sociedad. Hay un cura en Italia(siempre tan "moralista" la iglesia católica)que anda repitiendo eso de "ellas se lo merecen".

En fin, "protectoras" no hay, pero centro contra la violencia de género, sí. Lamentable que haya tanto resentimiento en el mundo.

Saludos

José A. García dijo...

Un crédulo, Noelia, eso es lo que es...

Y, para peor, se dejó convencer por un mal político.

Saludos

J.

Esilleviana dijo...

Creo que el pistolón que le entregó el sabio viejo no disparaba balas de fuego sino balas de compañía y balas perdidas alocadas y un poco sinvergüenza en el sentido de que de algún modo, le animaba a salir de su rutina o hacer algo diferente aunque le supusiera cierto sonrojo y bochorno... también puede que se refiriera a eso. Le decía: "anímate a conocer a una de estas mujeres que tienes frente a ti". Es otra posible versión jaja

PS: ayer entré en su blog pero no me dió tiempo a comentar. Más tarde leo su último post.

Un abrazo

mili dijo...

Me llevó a pensar en lo que sucede hoy en el mundo, la violencia de género, qué terrible suceda en este siglo y con tantos avances, cambios, sin embargo, la sociedad se ha quedado...

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Es uno de los detalles ironicos del cuento AMOR S.A. En futuro en la Tierra, se puede entrar en una guerra, a favor o en contra del Inca de Peru, se puede contratar a la agencia mencionada en el titulo, donde se conoce a una mujer cuya personalidad ha sido alterada para ser la mujer de la vida...por un día. Incluso hay un negocio de tiro al blanco, cuyo blanco son mujeres...que desafían a un potencial cliente a dispararles.
Es interesante porque damiselas en peligro es una categoria del cine.
El que se lo tenía merecido era el viejo.