domingo, 4 de noviembre de 2012

Esquirlas de pensamiento


Cuando ya no queda nada, y con nada me refiero a que hasta la esperanza y a dignidad se han perdido, sobreviven apenas las últimas esquirlas de pensamientos.
Palabras mal pronunciadas, números de teléfonos incompletos, datos sin personas, rostros sin rasgos, nombres, nombres y más nombres.
Senilidad que le dicen, vejez, abatimiento.
Tanto que se nos olvida que un diminuto trozo de plomo, o una pastilla a deshora, podrían solucionarlo todo. Pero nos aferramos a lo último, a esa palabra, número o imagen, y la transfiguramos en talismán, en la posibilidad de trascender.
Aún cuando sabemos que hacernos invisibles es imposible.
Y la muerte siempre será ese último refugio.

7 comentarios:

Cinco Días dijo...

yo creo lo contrario, que nos refugiamos en la vida hasta que nos atrevemos a morir como nos corresponde.

Martha Barnes dijo...

No sabemos si lo que llamamos vida es un sueño y lo real es la llamada muerte..Martha

Esilleviana dijo...

No siempre la medicina es tan milagrosa, sobre todo, porque la ha inventado el hombre. Pero sí te puedo escribir que suelo acudir al ibuprofeno o al paracetamol cuando realmente estoy mal y no puedo resolver mi vida diaria.

Un abrazo

Geraldine, dijo...

También pasa que surge la posibilidad de la magia...recurrir a remedios y tratamientos alternativos, brujos y otras yerbas, que sacan dinero, pero el final es el mismo siempre, hay que dejarse llevar...

Mista Vilteka dijo...

Es cierto. Queda, y no sólo en la vejez, información que son sólo datos acumulados sin conexión aparente. Datos simplemente. Un conocimiento que se perdió y sólo pesa. Guardamos bastante más información en nosotros que la que somos capaces de emplear. ¡Un abrazo! F:

José A. García dijo...

Gracias por sus comentarios, en un mundo tan inundado por el desinterés y la falta de compromiso, significan mucho para el autor de éste blog (es decir, para mí).

Saludos

J.

Thor_Maltes dijo...

No estoy de acuerdo del todo, con la edad llega algo llamado sabiduría y los ancianos tienen bastante de la última mencionada, lástima que pocos le prestan atención.

Saludos y salados