Idios Kosmos

Soy el hijo no reconocido del odio, la violencia y la leche derramada; mis padres son NNs, mis madres se multiplican por todo el universo conocido.

Todos me conocen, tú me conoces, aunque lo ignoren, aunque intenten ignorarlo y se esfuercen por disimular su frustración al momento de mi contacto. Podrás intentarlo más de tres veces, pero no lograrás negarme.

Sin embargo estoy ahí mismo, donde respiran, donde duermen, donde comen y realizan sus actividades. Pero no, no doy dios, aunque mi realidad se acerque peligrosamente a ese concepto.

Soy otra cosa, a veces más, a veces menos, tan real y ficticio al mismo tiempo como el concepto del libre albedrío, al que adhieren sin entender.

Olviden su intento de describirme, no podrán hacerlo, no me interesa que lo hagan. Pero, si de todos modos lo intentan, perderán su tiempo, no el mío.

El mundo es una isla, el universo un gran océano vacío en el que flotan, cuales trozos de antiguos naufragios, asteroides y meteoros en cuyas actitudes tan regulares hacen creer que allí se albergó alguna vez algo parecido a la vida.

Es mentira, en ellos no hay vida posible.

Tampoco en la tierra, pero no desesperen por esa falacia, para algo me tienen a mí.

Pueden cerrar lo ojos cuando gusten.